Las visitas al pabellón del Rey era constantes, todos los días enviaba algún soldado que fuese a buscar al Santo para que revisara sus pulsaciones aún cuando estaba en perfectas condiciones. Seokjin había estado prestando atención a cada movimiento, no llegando muy lejos al presentimiento de que este gobernante tenía profundos sentimientos por su hermano menor, lo cual estaba atormentándolo por las noches y no le dejaba dormir.Ya que, las reglas que habían impuesto el consejo de ancianos de su clan, debían respetarse y seguirse al pie de la letra. Taehyung no debía caer en esos trucos, no podía, los médicos destinados a ser sepultados con el rey de Jeonggu no podían tener una relación amorosa.
Aunque Taehyung era muy consciente de todas las reglas escritas en el gran mural de piedra del clan, no podía negar que se sentía levemente atraído por su paciente. ¿Y cómo no? los cuentos que los narradores ambulantes solían contar en los bares y restaurantes decían nada más que la pura verdad. Ese hombre de cabellos azabaches con reflejos platinados era el más hermoso y codiciado por todo el mundo.
Por su parte, Jungkook solo pensaba en alguna excusa para poder ver el rostro de ese hermoso muchacho, ya había intentado de todo, de hasta infartos hasta gripes leves.
Se estaba quedando sin opciones cuando solo quería verlo por cinco minutos.
- ¿Me ha mandado a llamar? -preguntó el pelinegro al poner un pie dentro de las residencias del Rey, quien se veía perfectamente bien desde su perspectiva.
Jungkook no fue muy demostrativo o sentimental cuando era un pequeño príncipe, su madre antes de morir siempre se había preocupado por la educación y el afecto de su hijo. Sin embargo, su padre el difunto Rey no le prestaba mucha atención a eso debido a que su lema era: "atender los asuntos políticos y dejar de lado a las mujeres".
Desde que lo vio en aquel bosque, lo atrajo como si fuese un imán, la sensación de que ya se habían visto antes no solo ocurrió esa vez que el moreno lo salvó. Muchas veces había soñado con una especie de Dios de cabellos negros, sin embargo, en el sueño solo podía ver la espalda de la persona y encontraba similar la postura del médico con la del inmortal .
Taehyung aún no había recibido una respuesta por lo que solo se acercó y tomó el brazo del azabache para revisar sus pulsaciones por quinta vez en el día. Jungkook no protestó y simplemente se dejó hacer, observando cada mueca y cada rasgo de aquel fino y misterioso rostro que se ocultaba tras una fina tela blanca transparente.
Un suspiro se escuchó y el brazo del azabache fue dejado en paz para traer consigo una mirada inconforme por parte de él. Taehyung no podría irse sin diagnosticar la supuesta enfermedad que el gobernante poseía, pero no importa cuántas veces sintiera sus pulsaciones, no encontraba un motivo por el cual Jungkook estuviese "enfermo" aunque para el contrario no era nada más que una mentira piadosa para mantener al médico un poco más cerca de él.
Pero aún así no contaba con que cierto hermano mayor les hubiera visto desde la rendija de la puerta.
Seokjin había visto esos ojos antes y no permitiría que eso sucediese de nuevo.
— ¿Y bien?
— Me temo que aún no tengo un diagnóstico exacto, quizá lo que usted tiene es solo estrés.
— ¿Es eso lo que me mantiene mareado cada vez? —pregunto con cierto sarcasmo en su voz molestándole al médico un poco.
— Si, ese es su diagnóstico. ¿Ha aprobado mi solicitud para regresar a la montaña?
Jungkook negó.
— No te irás, no hasta que yo te lo ordene.
*
Los árboles y el denso bosque de el territorio del rey parecían más interesantes para ella, nunca en su vida había montado un caballo e ir de cazaría con su padre pues este le prohibía rotundamente involucrarse con cualquier actividad que la pusiese en peligro. Suelto había nacido con una cuchara de oro en su boca, siempre vistió y comió lo más caro, siendo la única hija del Ministro Kim no tuvo que hacer nada más que darle órdenes a las criadas y hacer lo que ella quisiese.
El padre no había caído en cuenta que su preciada hija se había enamorado de su primo de crianza, quizás hubiese sido una muy mala idea haberla juntado con él a muy temprana edad. La rebelión que el ministro estaba planeando estaba a la vuelta de la esquina y temía herir los sentimientos de Seulgi en el proceso.
Seulgi había estudiado libros militares a escondidas en la biblioteca del rey, cada vez que este rechazaba sus visitas aprovechaba de matar el tiempo aprendiendo un poco de lo que era el gobierno y mandato. En sus humildes sueños deseaba ser la reina que estuviese al lado del Rey Jeon.
Mientras más soñaba, más entrenaba a aquellas mujeres que el general le había encargado al ver su supuesta "determinación " ante los asuntos militares.
Hasta que una sombra negra se acercó a ella.
— ¿Quien eres tú? —Musitó a la defensiva con una espada mal agarrada de la empuñadura, seguida de las soldados que estaba entrenando que, sin esfuerzo alguno, rodeaban a la persona que estaba vestida completamente de negro y portaba una sonrisa maléfica en su rostro.
— Saludos a la Princesa Seulgi —Se inclinó — Discúlpeme por lo que estaría haciendo a continuación. —Aunque había dado dos pasos hacia el frente, con una mano había mandado a volar a cada una de los soldados dejando a la mortal indefensa, retrocediendo sus pasos hasta chocar con un árbol en el cual había cerrado sus dos orbes castaños cuando vio que el hombre desconocido tenía la intención de tocar su rostro.
—Maldicion.
Pero, los dedos del hombre nunca llegaron a su rostro lo cual hizo que abriera los ojos y se diera cuenta que no había nadie más en frente suyo, si no, el General Kim Namjoon preguntándole innumerables veces qué había ocurrido y por qué las soldados estaban inconscientes.
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El Hijo De La Luna ||Vkook Libro #1||
FanfictionJeon Jungkook es el Dios del Viento que vive en el reino de los nueve cielos, hijo de la Diosa de la Luna. Como príncipe celestial, debe hacerse cargo de asuntos que involucren a los nueve cielos. Kim Taehyung es el único hijo de la Diosa del Amor...