Memorias XI

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— ¡¡¡NEGACHECHALAKA, NEGACHECHALAKA, NEGACHECHALAKA, CHECHECHALAKA!!!

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— ¡¡¡NEGACHECHALAKA, NEGACHECHALAKA, NEGACHECHALAKA, CHECHECHALAKA!!!

—Jeong, no es que moleste oírte cantar amiga, que de hecho sí, ¡así que cállate!

—Chaeyoung, déjala ser. Canta Jeongyeon, canta todo lo que quieras mi amor —defendió Nayeon.

Yo sonreí mirando la pantalla de mi celular. Daniel me estaba escribiendo. Está con Hyunjin y con Yeji.

Tenía tiempo diciéndome que necesitaba una noche de chicas. No podía decir lo contrario, la verdad es que extrañaba pasar tiempo con todas, espectáculos como estos no se ven en todas partes.

—YO CANTO LO QUE QUIERO.

—¡Sólo decía que si ya vas a hacer sangrar mis oídos por lo menos deberías cantar algo que nos guste a todas!

—I AM THE BEST LE GUSTA A TODO EL MUNDO.

—¿POR QUÉ NO PUEDES CANTAR ALGO DE TROT COMO JI? —gritó Chae exasperada.

—PORQUE NO SOY JI MALDITA SEA.

Solté una carcajada y mandé un último mensaje a Dani para poner completa atención en la discusión.

Sólo espero que a mis hijos no les pase nada, o yo haré que algo le pase a él.

— ¡No! Hyunjin, no juegues con ese tenedor, le puedes sacar un ojo a tu hermana; ven, dáselo a papi

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— ¡No! Hyunjin, no juegues con ese tenedor, le puedes sacar un ojo a tu hermana; ven, dáselo a papi...

Me acerqué lentamente al pequeño, pero ya era demasiado tarde. El tenedor salió volando directo a mí ojo. ¡Hyunjin, eres terco como tú madre!

—Yeji, linda... no, no llores bebé. Mamá volverá pronto, yo...

Escuché unos golpes en la puerta. Respiré profundo, y me mentalicé.

Alejé a Hyunjin de todos los objetos inflamables, cortos punzantes y electrizantes. Sujeté a Yeji para cargarla sobre mi pecho, y finalmente abrí la puerta.

— ¿Necesitabas una niñera?

— ¡TZUYU! Gracias al cielo, yo...

—No me lo agradezcas, sabía que cuando JiHyo me llamó tu estarías en problemas. ¡De nada!

 ¡De nada!

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—A veces siento que con los niños en el estudio no puedo ni respirar, me abruma un poco, pero Daniel siempre encuentra la manera de ayudarme y hacerme compañía. Ahora que en su trabajo son flexibles con el horario por todo el éxito que tiene la columna, tenemos menos cosas de que preocuparnos. Él, es muy considerado.

—Sí, eso es admirable, y, ¿JiHyo? ¿qué se siente no vivir juntos pero tener dos hijos en común y estar locos el uno por el otro?

—Es genial, yo tengo mi propio espacio... nos tomamos las cosas con calma... aunque frecuentemente quiero matarlo, a veces él se queda toda la noche con nosotros y... en resumidas cuentas, es lindo.

Las chicas me sonrieron con ternura, es lindo, demasiado lindo.

—Y... no, mejor me callo.

—Nayeon, ¿sucede algo? —quise saber.

—Él no, ¿nada de...?

— ¡Eres una pervertida! —le reprochó Mina, yo no hice nada más que sonrojarme.

— ¡No me refiero a eso estúpida! Me refiero a... —señaló el anillo que la enlazaba futuramente a Jeongyeon, divertidos recuerdos de la boda de Momo.

Las chicas casi por acto reflejo me miraron expectantes. Yo volví a sonrojarme, están locas.

—Nayeon, tenemos poco más de un año conociéndonos, y apenas unos meses de relación... ¿qué piensan que soy? ¿una arpía que se va a aprovechar de la primera oportunidad para clavarle las garras y que se case conmigo? Ya les dije que no quería que él estuviera conmigo sólo por cumplir, así no funciono yo.

—Pero Ji... ¿tú lo amas? —preguntó Jeongyeon.

— ¡Sí!

— ¿Entonces que te impide seguir con algo más? —reiteró.

—Le tiene miedo al compromiso —Chae se la sabía.

—Daniel, a Yeji le pican las encías, dale el sacamuelas

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—Daniel, a Yeji le pican las encías, dale el sacamuelas.

—Okay, déjame darle la papilla a Hyunjin y enseguida lo hago... ¿ves amor? Todo está bien.

—Bueno, voy a confiar en ti. Llamaré más tarde cariño.

Corté la llamada y me apresuré a la cocina.

— ¡El arroz! ¡Se quema!

𝙎𝙀𝙍 𝙋𝘼𝘿𝙍𝙀 / 𝙅𝙄𝙉𝙄𝙀𝙇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora