Memorias XII

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— ¿Lista? —le pregunté

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— ¿Lista? —le pregunté. Ella me sonrió y asintió, pasé mi brazo por sus hombros y pegué su cuerpo al mío. Nos acercamos al cochecito y ella dio inicio a nuestro paseo diario.

Todas las tardes a eso de las 5 o 6 y antes de que oscurezca, salimos con los pequeños a dar un paseo. Los abrigamos bien, y nos dirigimos a un parque cercano para darles de comer y acunarlos hasta que se duerman... así suelen estar más tranquilos durante la noche, y no despiertan a JiHyo hasta que les toca ser alimentados de nuevo.

A veces me quedo en su casa para hacerle relevo y que ella descanse un poco más. Sé que es cansado y no pienso dejarla sola en esto.

Ji salió primero que yo, no sin antes darme un pequeño beso en los labios.

—Que tengan lindo día tortolos —nos desearon las chicas.

Y en cuanto ella desapareció de la vista de Nayeon y Jeongyeon, esta ultima me sonrió e hizo gestos exagerados mientras señalaba su mano izquierda, justamente a su dedo anular. Se señalaba ella y al mismo tiempo a la puerta por donde segundos antes salió JiHyo.

Su prometida solo sonrió de lado y me levantó ambos pulgares en signo de aprobación.

Yo las miré confundido, quería preguntarles por qué tanto secreto, pero fui interrumpido por los gritos de JiHyo.

— ¡Daniel, muévete, Yeji empieza a impacientarse!

Me despedí de ellas con la mano —No me manden fotos de sus cosas sucias —pedí antes de salir.

—Idiota, ¡dale el anillo de una maldita vez! —es la primera que Jeongyeon me insulta, se ve que le importo. Pero sus palabras se quedaron tatuadas en mi mente.

¿Un anillo? ¿Compromiso?

¿De verdad me sentía preparado para dar ese paso con ella?

¿Acaso JiHyo me aceptaría?

Un matrimonio... ella y yo.

—Cariño, te estamos esperando —la mano de JiHyo acariciando la mía fue más que suficiente para sacarme de aquel trance.

Espabilé y comencé a caminar detrás de ella, ambos tomamos un extremo del manubrio del cochecito y emprendimos la marcha.

Observé a los niños y después a JiHyo.
Claro que quería un matrimonio con esta mujer.

En absoluto quiero ver sus ojos todo el tiempo y oír su voz cada noche antes de dormir.

¿Cómo saber si ella quiere lo mismo?

𝙎𝙀𝙍 𝙋𝘼𝘿𝙍𝙀 / 𝙅𝙄𝙉𝙄𝙀𝙇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora