Fragmento 11

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—Quiero comer sopa de patas de pollo con melocotón y crema de chocolate

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Quiero comer sopa de patas de pollo con melocotón y crema de chocolate.

—Acabas de inventarte el antojo más raro que he escuchado, JiHyo.

—Déjame en paz Niel, es más, vete con tu pequeña amiga esa.

— ¿Somi?

— ¿Tiene nombre?

—No se ponga celosa mi niña, es sólo por trabajo, lo sabes —le apreté las mejillas y le hablé como a un bebé.

— ¡Eso no es trabajo para nada! Hace dos semanas tú no la conocías, y pasabas conmigo las noches de películas. Ahora ya ni eso.

— ¿Quieres que te dedique más tiempo?

Ji últimamente se comportaba muy raro, cuando hablaba con las chicas y yo llegaba se callaba. Ignoraba mis llamadas para almorzar, y se molestaba cuando hablaba con Somi.

—Sean celos o reclamos, intentaré prestarte más atención. Ahora levántese que vamos a dar un paseo, señorita.

—Tengo sueño Dani, mejor mañana...

—Te voy a cargar, te voy a levantar en modo nupcial...

— ¡Ya, ya me levanté! —ella brincó como un resorte de aquel sofá—. Pero que sepas que me debes mi melocotón.

 Pero que sepas que me debes mi melocotón

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Ooooow, ¡un perrito!

— ¿Te gusta?

—No me gusta... es un pug carlino, el cachorrito más kawaii que hay en la tierra, me encanta —comenzó a mimar al animal, impacientando cada vez más a la dueña—. Oh, disculpa, tu perro es muy lindo.

Se alejó sonrojada.

Seguimos nuestro paseo y a un par de calles más, vi una tienda de mascotas.

—Oye amor, acércate, pondré mis manos sobre tus ojos.

—¿Qué tramas?

— Es sorpresa. Te va a gustar.

—No ofrecemos a los cachorros en venta, vienen de hogares problemáticos y sólo les buscamos un lugar en donde estén cómodos y reciban mucho amor

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No ofrecemos a los cachorros en venta, vienen de hogares problemáticos y sólo les buscamos un lugar en donde estén cómodos y reciban mucho amor. Por cierto, mi nombre es Lana, un gusto.

— ¿En serio vamos a adoptar un perrito? —JiHyo estaba inquieta, parecía una niña pequeña en dulcería. Yo asentí adorando la forma en la que brillaban sus ojos cuando se emocionaba.

—Bien, déjenme buscar los papeles de adopción y podrán llevarse al canino que quieran, pueden observar en los cubículos a ver cual les llama la atención.

La chica se levantó de la silla y nos dejó solos.

— ¿Sabes? De pequeña, decía que si llegaba a casarme, tendría un perro llamado Gato, un gato llamado Conejo, y un periquito llamado Nix.

Me giré a mirarla con una sonrisa en el rostro y no dije nada por unos segundos.

—¿Qué? —me cuestionó con una ceja arriba.

—Suena adorable cariño. No puedo esperar por tenerlos a todos.

—¿Acaso estás insinuando que terminaremos por casarnos?

—Para nada Ji, yo sólo estoy completamente seguro de eso.

JiHyo entre abrió los labios para decir algo más, seguro algo que no dejara esta conversación como algo cursi y romántico.
Pero entonces una sonrisa tímida apareció en su angelical cara. Y sentí cómo mi pecho temblaba.

—Tú serás quién limpie la popó de Gato, y te asegurarás de que Nix no muera en invierno.

—¿Me estás diciendo que aceptarías casarte conmigo?

JiHyo rió con suavidad. Como si supiera algo que yo no.

—Es hora de adoptar un perrito, amor. Andando.

𝙎𝙀𝙍 𝙋𝘼𝘿𝙍𝙀 / 𝙅𝙄𝙉𝙄𝙀𝙇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora