Fragmento 13

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—Muy bien, ya saben lo que tenemos que hacer —Ryujin comandaba aquel grupo de traviesos, era la mayor y se lucía en su papel de prima gruñona y mandona

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Muy bien, ya saben lo que tenemos que hacer —Ryujin comandaba aquel grupo de traviesos, era la mayor y se lucía en su papel de prima gruñona y mandona.

Apenas nació, Momo juraba y perjuraba que era igualita a Heechul, yo no vi parecido, todos los bebés son iguales. No fue sino hasta unos meses que se le notó la herencia genética, sí, era la viva copia de la Chula... sólo que con los ojos cafés, y teniendo el vivo temperamento de su madre, sálvese quien pueda.

— ¡No es justo! Tú siempre decides lo que vamos a jugar —y ahí está mi hija, YeJi.

Muchas veces durante el embarazo me hice esa pregunta, ¿a quién se iban a parecer? Me asustaba ese simple hecho, y al mismo tiempo me mataba la curiosidad... pero, con el tiempo mis preguntas fueron respondidas.

Tenían ese lindo color de ojos miel que cambiaban con la luz del sol y se iluminaban cuando estaban emocionados, eran tan idénticos a JiHyo pero de alguna manera se mezclaban perfectamente con mis rasgos.

Hyunjin tenía el cabello lacio y castaño como su madre antes de teñirse, mis dudas fueron disipadas con los hechos. Y YeJi, ella tenía el cabello castaño oscuro como yo, casi negruzco; de no ser por eso no los diferenciaríamos, ¡son idénticos! Tenían el color de piel de JiHyo. Y eso en cuanto a atributos físicos.

Hyunjin era más reservado, casi tímido, pero siempre tenía algo para decir, nunca se quedaba callado ante nadie —excepto ante su aterradora madre—, era muy altanero, a mi parecer eso lo había aprendido de Nayeon.

En cambio, YeJi era algo más extrovertida, le encanta salir a jugar al sol, hacer nuevas amistades y meterse en problemas; sí, yo era travieso pero ella me ha superado. Ambos eran muy inteligentes, compartían una afición por los animales, las galletas y los libros de fantasía.

YeJi era un poco más miedosa, pero sabía disimularlo muy bien, incluso más que Hyunjin. Pero algo sí no cambiaba entre ellos, lo parlanchines.

—Yo soy la mayor, así que yo mando.

—Kim Hirai Ryujin, deja a tus primos divertirse también —Momo le dedicó una mirada de soslayo a su esposo, ¿qué acababa de pasar? Ella acarició su vientre de embarazo asustada.

—Sí papá.

¿Papá? Ella casi nunca le obedecía.

Los niños empezaron a jugar entretenidos, hasta que un pequeño intruso de regordetas piernas y apenas 3 y medio años se les unió.

— ¡Mamá!

—Ya voy, ya voy... ven acá Cris, tus hermanos no quieren que juegues con ellos porque saben que les vas ganar —mi hermosa esposa cogió en brazos al menor de nuestros hijos y me sonrió.

Puedo decir que el pequeño Cris era mi copia inédita, sólo que mi versión mejorada.

Los adultos seguimos conversando hasta la llegada de Jeongyeon y Nayeon, quienes traían consigo a Lia, la pequeña a la que adoptaron un año después de casarse, la cual ahora tenía la misma edad de los mellizos. Era una niña castaña de tez pálida con ojos color miel y una conducta pasiva, era algo sumisa y tímida, pero se llevaba de las mil maravillas con la pandilla.

— ¡Lia! —Canturrearon los niños. Ella se asustó por el ruido, olvidé mencionar que a los 4 años le diagnosticaron Síndrome de Asperger.

Pero eso no le impedía crecer como toda niña normal... siempre sacaba sobresalientes en la escuela y memorizaba la información a un nivel fascinante. Y era sobre todo amable, y muy consentida por sus tías, a pesar de que le costaba tanto trabajo desenvolverse y mostrar sus sentimientos.

Tzuyu sonrió y le dio un gran beso en la mejilla a su ahijada.

Minho salió corriendo y la abrazó, cosa que Lia no rechazó, era el único niño más o menos de su edad del que se dejaba atrapar por contacto físico, por cariño.

Minho era el hijo milagro de Tzuyu y Taehyung. Larga historia... ni yo mismo sé como esos dos procrearon a esa criatura.

¡Ah! Mark y Jackson volvieron, ellos también tienen un bebé. El perrito que JiHyo y yo adoptamos, lamentablemente Hyunjin era alérgico y no queremos que se enferme, tampoco queríamos abandonar a Gato, así que en cuanto supieron de nuestra oferta no se negaron. Ellos insisten en que quieren ponerle un nombre "normal", pero Ji se opone rotundamente.

Los niños empezaron a corretear aun más inquietos y emocionados por la llegada de sus dos nuevos compañeros de juego. Y los adultos nos sumergimos en un mar de conversaciones banales, dándonos cuenta de lo que te llega a cambiar la vida después de que tienes hijos.

Pasado un rato escuché las peores palabras que un padre podría oír.

— ¡Abran espacio, déjenlos respirar! —di un salto de mi silla y me posicioné a un lado de ellos. YeJi y Minho estaban tirados en el suelo, ambos inconscientes.

— ¡¿Qué les sucedió?! —gritó JiHyo horrorizada, dejando a Cris en los brazos de Momo.

Minho, ¡mi bebé! — ¿olvidé decir que Tzuyu era muy sobre protectora? Yo también lo soy a veces, pero JiHyo es la que los alcahuetea en sus travesuras.

—Tranquila ma, sólo estábamos jugando a los choques de auto, se supone que YeJi conducía muy rápido y yo la chocaba, ¡así! —le dio un ligero golpe a mi pequeña en la cabeza, ella sonrió como si nada y se levantó del suelo sacudiéndose la ropa.

— ¡Por Dios niños, casi me matan del susto!—gritó mi esposa y volvió a levantar a Cristopher en sus brazos.

Por mi parte di un respiro alivido y los adultos volvimos a nuestra conversación.

Tener hijos es toda una experiencia.

𝙎𝙀𝙍 𝙋𝘼𝘿𝙍𝙀 / 𝙅𝙄𝙉𝙄𝙀𝙇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora