Epílogo

185 24 4
                                    

— ¿Está lista la novia? —pregunté, me adentré en la habitación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Está lista la novia? —pregunté, me adentré en la habitación. Notando cómo mi princesita lucía su hermoso vestido blanco.

—No llores Dani, ella no dejará de ser tu hija. —formuló su madrina de alianza, Nayeon.

—Sí, pero hoy dejará de llevar mi apellido —me quejé. YeJi se giró hacia mi persona y sonrió—. Estás preciosa cariño.

— ¡Basta papá! Me harás llorar... como aquella vez con la cucaracha.

— ¿Sigues pensando en eso? ¡Teníamos 15 años! —reprochó su gemelo.

—Ya cállate Hyunjin, es mi día, y prometiste una tregua.

JiHyo me miró discretamente, nunca dejarían de ser tan infantiles.

—Oye, YeJi, ya que te vas a casar y Hyunjin se va a terminar la universidad... ¿puedo quedarme con tu cuarto?

—Ese será mi regalo de cumpleaños, Chris. —el menor sonrió y abrazó a su hermana mayor, casi haciéndola perder el equilibrio y caerse con sus zapatillas —. Ahora entiendo por qué a Somi no le gusta usar tacones, ¿cómo pueden caminar con estas cosas?

—Ya es hora, YeJi—una de las damas de honor se asomó a través de la puerta. Kim Ryujin, lucía un vestido color oliva ceñido al cuerpo.

—Recuerda, algo viejo, algo nuevo, algo prestado y algo azul —bromearon las madrinas antes de dejarnos solos.

— ¿Por qué esa necesidad de dejarme solo? Apenas hace unos días terminaste la universidad... yo quería verte trabajar, y que te casaras como a los 36 o más...

—Daniel... sabes que lo del padre celoso no te queda bien —sonreí, mi esposa tenía razón. La madre celosa era ella.

Por mi parte siempre fingía que me daba igual con quién salieran. Hasta el día de hoy. Mi niña se va a casar y no puedo hacer nada para retroceder el tiempo y disfrutar de ella un poco más.

—Mamá, papá. Sé lo difícil que es para ustedes el despegarse de nosotros, es parte de la vida, los hijos crecen y se van. Pero yo prometo no abandonarlos, ustedes me enseñaron que el amor puede llegar de las maneras más peculiares.

Miré a JiHyo, recordando tantas cosas vividas a lo largo de los años. Sujeté la mano de mi esposa y le besé los nudillos, el rubor invadió sus mejillas ligeramente.

Se podían ver los indicios de algunas marcas que llegaban con la edad. Y aún así para mí ella seguía siendo la mujer más guapa del mundo. Ahora era castaña nuevamente, dejó de utilizar el tinte hace unos años y ahora sólo quedaban recuerdos de aquel bonito color rojo, pero ella se veía preciosa con lo que sea. Y me encargaba de recordárselo todos los días.

Al principio fue incómodo, parecía otra persona, pero logré acostumbrarme. El castaño también era su color. Le sentaba perfecto.

—Ay, ustedes dos son tan tiernos...

—YeJi, Kai empieza a impacientarse, ya hasta comienza a pensar que lo dejarás plantado en... oh, momento de familia, entiendo. Excluyan a Hyunjin, decían, no le va a doler, decían.

—No seas dramático hermano, sabes que te quiero, mi socio en el crimen... —ella camino hacia él y le dio un abrazo. Pronto escuché cómo unos pequeños gimoteos irrumpían en el cuarto—. Te voy a extrañar hermanito, no sé qué voy a hacer cuando me levante y no tenga a quien despertar con el agua de los floreros...

—No digas más cosas como esa YeJi, sabes que soy sensible, yo... ¡maldición! —sí, era Hyun quien lloraba.

—Ehhh, ¿YeJi?

— ¡No pases Kai! Sabes que es tradición no ver a la novia antes de la boda.

—Sí, lo sé, yo sólo...

— ¡Escúchame bien idiota! Estuve esperando un abrazo sincero de esta pequeña zorr— se detuvo ante la mirada severa que su madre y yo le dirigimos—. ¡Estuve esperando un abrazo sincero de mi hermanita por meses! ¿Oíste? ¡Más te vale hacerla feliz! ¡Y que no me entere yo que la haces sufrir, porque te guindo de los pies como cerdo en matadero! ¡¿Me escuchaste bien, Kai?!

JiHyo y yo reímos ante la amenaza. Era tan lindo cuando la protegía.

—Oye, Hyun, sé que viajaras a Oxford para tu maestría. Pero más te vale no embarazar a ninguna chica porque si no yo iré y te castraré con un tenedor, ¿me oíste bien Kang Hyunjin? No dejaré que la prima Lia se haga falsas ilusiones contigo—le informó su hermana. No se perdían pisada.

Hyun suspiró —Mi corazón es única y exclusivamente de Kim Lia

Ambos se sonrieron y yo me asomé al pasillo, Kai se había ido.

—Chris, ¿trajiste los gemelos? —le pregunté. El chico asintió positivamente y me los entregó. Me acerque a YeJi antes de que saliéramos de la habitación—. Se supone que el padre debe obsequiarle estos al novio, pero en vista de que en nuestra familia todo lo hacemos al revés... —JiHyo me codeó, eso le había molestado, aunque era cierto—. Yo quiero que tú misma se los des a Kai. Y que él en frente nuestra nos prometa cuidarte y amarte hasta que la muerte los separe.

—Papá, vas a arruinar mi maquillaje —se quejó mi hija.

●●●

—Y, ¿a YeJi se le ve la pancita?

Abrí los ojos de par en par.

— ¿Qué has dicho Kim Ryujin? —casi grité. JiHyo y yo la miramos sorprendida.

—Oh, es solo una teoría, creemos que ella y Kai se casaron tan apresuradamente porque ella se embarazó —suspiré pesadamente, ¿qué diantres acababa de escuchar?

—Bueno, al menos no es nuestro caso —comentó la coreana, a lo que yo la miré con sorna—. ¿Qué? Lo último que hicimos antes de casarnos fue concebir a Chris, ¿o es que acaso no lo recuerdas Dani? Si es como tú dijiste, en esta familia todo lo hacemos al revés.

—Lo siento, ¿sí? Esto es nuevo para mí.

— ¿Y crees que para mí no? Por Dios Daniel, a veces pienso que no te llega oxígeno al cerebro.

No es bueno que tu esposa se moleste contigo en medio de la boda de tu hija pero, ¿qué se le va a hacer? Somos un caso especial.

Besé su mejilla con suavidad y me levanté de la mesa junto a ella, pronto sería el primer baile de los novios.

—Prometo dejar de ser tan idiota —le sonreí. Haciéndola reír, su dulce y hermosa risa...

—No sé si creerte, creo que ya tienes una maestría en eso —comentó, a lo que ambos reímos.

Te amo, JiJi.

Y yo a ti, Dani.

Nos dimos un beso suave y lento, por ahí, escondidos en un rincón lejos de los demás invitados.

Disfrutando un momento a solas como pareja.

Y dándonos cuenta de que ahora la mayoría del tiempo la pasaríamos solos. Tal vez nuestros hijos prometan algo que no cumplirán, tal vez me esté equivocando... pero sólo nos queda esperar lo que nos depara el futuro.

Solo sé una cosa, mientras esté con ella, mis días no serán grises. Ni aburridos. Voy a ser el hombre más feliz estando a su lado, amándola tanto como ella me ama a mí. Profesando ese cariño que solo nosotros nos podemos dar.

La amo y no dejaré de hacerlo. Jamás.

𝙎𝙀𝙍 𝙋𝘼𝘿𝙍𝙀 / 𝙅𝙄𝙉𝙄𝙀𝙇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora