¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Daniel.
— ¿Si? —pregunté. JiHyo estaba más parlanchina de lo normal.
—Hoy cuando fui por los niños al prenatal, la maestra me comentó algo muy, muy curioso. ¿Qué crees que me dijo?
—No lo sé, ¿qué te dijo?
—Que durante la primera semana no supo quién lloraba más, si tú o ellos.
—Puedo explicarlo linda —me ruboricé.
—No tienes nada que explicar mi amor, te entiendo, nunca pasas tanto tiempo lejos de ellos, estás acostumbrado a su presencia, sientes que los extrañas cada vez más... —explicó sentándose sobre mis piernas—. Pero, ¿sabes? Hay algo muy sexy y atractivo en un hombre sensible —pronunció antes de besarme.
El beso se fue tornando más intenso, pero sin embargo seguía siendo dulce y calmado.
Ella sujetó el cuello de mi camisa y yo apreté sus caderas.
Mis sentidos se agudizaron cuando Ji soltó un gemido desde lo más profundo de su garganta.
—Mamá, ¿me ayudas a dibujar la letra 'G'? —la voz de YeJi nos interrumpió en medio del asunto.
—Claro mi niña, adelántate, voy en un segundo y... dile a tu hermano que se prepare, papá va a darle un baño. —la niña sonrió y corrió hacia su cuarto.
Cuando se alejó lo suficiente, JiHyo me besó en los labios y se despidió —. Esto no terminará así, ¿me oyes?
Sólo me quedó sonreír. Eso, y esperar a que los niños se durmieran.
