|8| ¿Luego de la tormenta, siempre sale el sol?

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El maestre tenía razón con el tema de que iba a ser complicada la noche, apenas había comenzado y William hervía en fiebre, sudaba bastante, tenía dolor de cabeza y en algunas partes de su cuerpo. Rhaenys lloraba al verlo de aquella manera. Pero la Targaryen en todo momento estuvo a su lado, pero uno de los sucesos más terrible fue a las cuatro de la mañana. Ambos se encontraban durmiendo abrazados cuando William Burgess le complicaba respirar, el no quiso despertar a su esposa para no preocuparla pero su intento fue fallido. 

Lo primero que Rhaenys escucho al despertarse fueron las especies de respiros de William, no podía respirara y aquello la alerto, se levantó rápidamente pero con cuidado por el abultado vientre, se puso una fina bata para abrir la puerta encontrándose con algunos guardias en turno.

-¡Rápido! ¡Traigan al maestre!- exclamo Rhaenys y uno de los guardias salió corriendo en busca del mencionado mientras que la Targaryen volvía junto a su esposo.- Por favor Bill, respira lentamente y tranquilo.- murmuraba en lagrimas. 

Al cabo de un rato llego el maestre pero por todos los medios que intento ayudar no lo logró, su lord William Burgess había muerto aquella madrugada y todos pudieron oír a su reina llorar y gritar. Mary fue una de las personas que la comenzó a tranquilizar al igual que Louis y Eimon que igual sufría por la muerte de su primer y único mejor amigo, habían crecido, jugado, rieron y lloraron juntos, pero en esta oportunidad, Eimon tuvo que ver morir aquel amigo. 

Aquella mañana todo fue preparado para el funeral de su lord, le ceremonia fue bastante hermosa. Dejaron el cuerpo de William Burgess en una especie de hoguera en donde todos los cercanos y los que deseaban podían despedirse. Rhaenys estuvo todo el tiempo observando a la nada mientras acariciaba su abultado vientre ¿Qué iba a ser de ella ahora? Era Rhaenys de la casa Targaryen, la heredera al trono de hierro, la viuda de William Burgess y tan solo una mujer con un embarazo de seis meses. Ella era la hija del ultimo dragón, Rhaegar Targaryen y su esposa hermana, Naerys Targaryen, pero ella había perdido el amor de su vida y estaba embarazada, el padre ni el hijo se pudieron conocer correctamente y aquello le dolía a Rhaenys. 

Rhaenys fue la ultima en levantarse y se dirigió con paso lento pero firme a aquella hoguera, sus ojos se aguaron pero no le detuvieron. Se acercó al cuerpo de su amado esposo en donde dejo un beso en la frente y por ultimo en sus labios sabiendo que podía ser peligroso pero si iba a ser la ultima vez que tocara aquellos labios, debía hacerlo.

A la Targaryen le entregaron una antorcha en donde ella observó por ultima vez a su esposo antes de escender la hoguera pero ella no se movió, algo en ella la obligaba a quedarse. Los presentes se asustaron al ver que Rhaenys Targaryen no se movía de aquel lugar, iba a morir pensaba todos y el bebé con ella pero no fue así. 

Cuando el fuego comenzaba a apagarse por el tema de que ya no había más que quemar. Rhaenys se levantó se aquel lugar con sus manos en su vientre abultado. Nadie de los que habían visto a su reina estar junto al fuego no se fueron, querían quedarse ahí hasta ver las cenizas de su reina pero aquello no fue así, la vieron con su cuerpo algo negro por las cenizas pero ella estaba intacta al igual que el vientre que había crecido ligeramente, era como si se hubiera alimentado del mismo fuego y aquello le dió poder de crecer más de lo que estaba hace algunas pocas horas. 

Louis fue el primero en reaccionar que corrió hacía su reina y puso su capa sobre el cuerpo de la Targaryen, ella no se movió de aquel lugar y miro a su pequeño reino y al pueblo. 

-¡Mi nombre es Rhaenys de la casa Targaryen! ¡Hija del ultimo dragón, Rhaegar y Naerys Targaryen! ¡En mi sangre recorrer las sangre de la antigua Valyria! ¡Soy la heredera legitima al trono de hierro! ¡Yo ya no quiero más muertes y no los obligare a pelear por mi! ¡Si están conmigo pelearan como hombres y mujeres libres, que no pelean por dinero o por algún juramento! ¡Se que soy una forastera para ustedes pero yo les prometo que en mi reinado tendrán paz y no abra mas injusticias! ¡La injusticia será pagada por justicia! ¡Ustedes no pelearan atras, pelearán junto a mi! ¡Les prometo que si ustedes dan sus vidas por mi, yo daré la mía! ¡Así que les preguntare una cosa! ¿¡Desean pelear conmigo!?- exclamo Rhaenys, en el fuego entendió varias cosas y una de ellas era que sus lagrimas no iban a servir de nada, tenía que luchar por lo que deseaba y por lo que le pertenece.

𝐈𝐍𝐄𝐅𝐀𝐁𝐋𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora