|38| Los rubí.

632 64 1
                                    


▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

Habían pasado algunos días del día en el cuál Rhaenys decidió que iban ir hacía Asshai por aquel hechicero y el huevo de Balerion el terror negro. La Targaryen se encontraba en su dormitorio observando aquellas hermosas piedras. 

-¿Que haces amor?- pregunto Charlie al despertarse y acarició la espalda desnuda de Rhaenys. 

-Nada, solo pensaba en algo.- le contesto con una sonrisa y empezó a guardar aquellos rubí en la pequeña bolsita. 

-Ey ¿Qué es eso? ¿Qué tienes?- le pregunto con una sonrisa y intentó tomar la pequeña bolsita pero Rhaenys no estaba segura.- No haré nada malo, te lo prometo.-

Aquella declaración y sonrisa hizo que Rhaenys le entregara la bolsita, Charlie curioso observó su contenido pero no era algo que esperaba, la peli-plateada no era de andar con piedras que mostrará el dinero que tenía. 

-¿Y esto? ¿Por qué lo llevas?- pregunto curioso. 

-Cuando morí en el trono en llamas, tuve unas visiones, siete en total.- le comentó Rhaenys recordando aquellas pero la primera no la comprendía muy bien.- Una de ellas fue la batalla del tridente, en donde...- 

-...Tu padre murió.

-Si, vi como empezó y como termino.- dijo aguantando las lagrimas.- Cuando el usurpador mato a mi padre salí corriendo para buscarlo, tome algunos de los rubí que se habían caído de su armadura. Al despertarme y luego de hablar con la sacerdotisa, ella me dijo que revisara los bolsillos y encontré esto.- dijo Rhaenys mientras mostraba la pequeña bolsita.- Eran los rubí que se habían caído de su armadura.-

Aquellas ultimas palabras hicieron que Rhaenys soltara un sollozó y rápidamente Charlie la abrazo para consolarla. 

-Quería hacer algo, quería detenerlo lo juro, pe...pero no pude. Vi como el usurpador Robert Baratheon lo mato con su martillo y gozaba verlo morir, no puedo quitarme de la cabeza el placer que sería matarlo, ver su rostro, saber lo que piensa con el solo hecho de que sería asesinado por la hija de Rhaegar Targaryen.- dijo Rhaenys con odio lo ultimo.

-Pero el usurpador... Esta muerto ¿No?- hablo Charlie. 

-Si pero murió en su cama tomando vino y tal vez con la boca de una puta en su polla mientras el gozaba el recuerdo de como asesino a mi padre.

Rhaenys ni siquiera le tenía tanto odio a los Lannister como se lo tenía al usurpador Robert Baratheon, enserió le gustaría poder retroceder el tiempo y ir al desembarco para asesinarlo con sus propias manos, le encantaría ver su rostro al morir sabiendo de quien era su asesina pero como dijo Charlie, Robert Baratheon estaba muerto y ella no podía hacer nada.

-No sabes las ganas que me gustaría verlo morir, todo lo que eh pasado, me quede sin un padre por la culpa de ese gordo borracho ciervo. Ni siquiera me importa que Jaime Lannister pague porque mato mi abuelo, el se lo merecía pero mi padre era un buen hombre, hubiera sido un buen rey, pero no pudo hacerlo y el usurpador ocupo su lugar.

A la Targaryen enserio le gustaría venganza por la muerte de su padre pero el asesino esta muerto y lo más probable era que murió sin sufrimiento. Rhaenys nunca odio tanto al gordo con patas desde que lo vio como mataba a su querido padre, su padre quería el bien y ella lo sabia, el no era de propagar el mal y no le gustaba las injusticia. 

Rhaegar Targaryen hubiera sido el rey y padre ideal que nadie podría cubrir, ni siquiera su propia hija Rhaenys que era la viva imagen de el, o era lo que ella pensaba, pensaba que su padre era único y que ni siquiera merecía que lo llamaran violador o ese tipo de cosas. 

El problema de Rhaegar no fue ser hijo del rey loco, sino haber amado a la mujer equivocada, amar a la mujer prometida de un borracho sádico, y cuando Rhaenys se enteré, le tomará odio a la loba.

-Tal vez el usurpador está muerto, pero están los Lannister y ellos pagarán también por lo que han hecho.- le aseguro Charlie, Rhaenys soltó una risa sarcástica y algo falsa, causando algo de miedo al pelinegro, nunca había visto a su amor de aquella manera, era alguien dulce y ruda, pero él odio no estaba con ella y ahora que lo estaba, daba miedo, aquella sensación más de un Targaryen demostró y la gente le tuvo miedo.

-¿Los Lannister?- pregunto de una forma sarcástica.- Tywin esta muerto y espero que se este pudriendo, el enano solo es el detestado de la familia. Jaime es solo el perro faldero y el tonto enamorado de su hermana, el mato a mi abuelo, algo por el bien que yo misma hubiera hecho y luego está Cersei, ella hizo cosas horribles y pagará por ello, pero tampoco no tuvo nada que ver con los problemas de mi familia.- dijo con molestia, le molestaba el hecho de que no hubiera nadie que tuviera que pagar por lo que le hizo a ella y a su familia.

Rhaenys quería fuego y sangre, pero no tendría venganza por la muerte de su padre, ella recuperaría el trono de su familia pero no es la venganza que ella quería, aquello sería recuperar algo que le pertenecía a su padre y luego a ella, pero no es una venganza.

-Odias el hecho de que no tener justicia por la muerte de su padre ¿Verdad?- pregunto Charlie.- Yo también la quería, quería vengar la muerte de mi padre y la de mis hermanos pero no logré matar a Henry pero es algo que se puede sobrellevar, se puede superar.

-Nunca podré superarlo, el usurpador podría soñar con la muerte de mi padre pero yo la de aquel gordo con patas.... Cuando era pequeña y no tenía idea de que mi padre estaba muerto, pensaba que no estaba conmigo y con mi madre por algo que yo hice, pase días culpándome de que mi padre no estaba conmigo porque le hice algún daño y cuando me entere que mi padre me fue arrebatado y yo me culpaba por ello, le tomé odio al asesino... Tu sabes bien que no soy alguien que de imagina la muerte de una persona pero aquella muerte la deseaba, recuerdo que cuando era pequeña me imaginaba como hacerle pagar al usurpador y yo no pude hacer nada.

-No fue tu culpa.

-Por supuesto que no, la culpa fue aquel idiota animal que estaba ahí o de los guardias que no lograron hacer que la miserable vida de aquel borracho durará hasta que yo llegara y lo asesinara con mis propias manos.

-¿Cómo imaginabas matarlo?- pregunto Charlie teniendo un poco la respuesta, su Rhaenys estaba diferente, el odio la rodeaba.

-Pensaba primero en quemarlo, una dolorosa muerte pero no quería parecerme a mi abuelo. Deseaba verlo sufrir quemándose pero no morir en el fuego, no de una manera purificadora.... Hasta me hubiera gustado arrancarle su corazón de su pecho.

Aquella manera de como Rhaenys odiaba al usurpador y asesino de su padre, así mismo iba a odiar a Lyanna Stark, como la puta norteña le quito el hombre a su querida madre que reflejaba el bien siempre.

Rhaenys le encantaría matar a gente que ya estaba muerta.

-No sabes las ganas que tengo y de las que me gustaría matar a alguien ya muerto.- hablo con odio mientras guardaba los rubí con delicadeza en la pequeña bolsa.

Charlie sonrió miedo aquel momento, miedo de que aquel odio provocará la muerte de inocentes pero supo que Rhaenys lo controlaba, vio como su miraba reflejaba molestia pero guardaba aquellos rubí con delicadeza como si fuera lo más apreciado de su vida. El pelinegro sabía que la locura no le llegaría a la cabeza y estaba seguro que la cara de la moneda de Rhaenys era la correcta, la misma cara que tenía su padre Rhaegar y su madre Naerys, hasta la misma cara que tenía su hermano Aegon, aunque ella desconocía algo sobre aquel hermano suyo, para ella estaba muerto ya que así parecía, nadie sabía ni siquiera de la existencia de Aegon Targaryen, ni siquiera Loki pudo llegar a tener algo de información sobre el hijo perdido de Rhaegar.

Aunque muy pocas veces Rhaenys pensaba en su hermano, ella se imaginaba con las características de un Targaryen, pero como sería su padre pero lo que ella no creía mucho, era que ella era la viva imagen de Rhaegar Targaryen.

𝐈𝐍𝐄𝐅𝐀𝐁𝐋𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora