|14| La marca del rey de la noche.

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Rhaenys se levantó abruptamente y observo su alrededor con rapidez, se encontraba en aquella cabaña que le dieron el otro día. Una fina capa de sudor la cubría al igual que de lagrimas y recordó aquellos raros sueños. Sin importar que se encontraba con un camisón, se puso unos zapatos y una capa para salir aquella fría mañana. 

La Targaryen corría por aquella civilización de vikingos buscando a una persona en especifico y la encontró. 

-¡Loki! ¡Loki!- grito Rhaenys.

-Majestad ¿Qué sucede? ¿Le paso algo?- pregunto el mencionado preocupado, al igual que su acompañante, Dante.

-Necesito que le envíes un cuervo a Robb Stark en donde le digas que por nada en el mundo pise los gemelos ya que los Frey pretenden asesinarlos y tal vez los Bolton están metidos en aquello.- hablo Rhaenys todavía con algunas lagrimas en su rostro. 

-Pero majestad, ¿Cómo sabe usted aquello?- pregunto Loki. 

-Se que va a sonar estúpido Loki, pero tuve un sueño en donde mataban a Robb Stark, a su madre, a su esposa y a sus hombres.- hablo Rhaenys con la respiración agitada al tan solo acordarse de aquello.

-¿Está segura majestad? ¿Usted cree que maten a Stark?- pregunto Dante.

-Completamente.- afirmo intentando mostrarse firme pero estaba asustada por dentro, Ned Stark la había protegido a ella y a su madre desde que Rhaenys eran tan solo una bebé de meses, pero Ned Stark siempre estuvo con ellas para todo lo que necesitaban y Rhaenys quería agradecerle por todo lo que hizo, protegiendo a su familia y estaba asustada al no poder hacerlo. 

-Yo le creo majestad.- hablo una cuarta voz, era Mary que se acercaba a ellos. 

-Si usted dice que pasara majestad, yo también le creo.- hablo Loki y hizo una reverencia con la cabeza.- Enviare un cuervo a Westeros enseguida, pero majestad necesito que sepa que puede demorarse algunos día. 

-Entonces envía el más rápido que tengas Loki y además... Si llegaran a matar a Robb Stark, avísale a una de tus aves que si lo llegara a matar, diles que envíen un cuervo con una gran suma de dinero para los Frey en donde nosotros paguemos por el cuerpo de Robb Stark, su esposa, madre y lobo. 

-Pero majestad, no tenemos el suficiente dinero para pagarles.- hablo Mary. 

-Pero si para matarlos cuando nos encontremos con ellos.- 

-Claro majestad, le avisare aquel trato a una de mis aves cercanas a los gemelos ¿En donde desea que sea la entrega?

-En el puerto de los Wilde, será seguro y que tengan cuidado.- le aviso Rhaenys antes de que Loki con su ave se fuera pero no antes de hacerle una reverencia a su reina. 

-Venga majestad, debe cambiarse.- le hablo Mary y sostuvo a su reina, la Targaryen sufría en su interior, algo en ella le decía que aquel cuervo con la noticia a Robb Stark no iba a llegar a tiempo. 

En el camino más de un vikingo saludo a Rhaenys, la mayoría creía en aquella profecía de la libertadora y la reina extranjera en llamas y creían que Rhaenys lo era, pero la Targaryen no iba a forzarlos a que pelearan junto a ella cuando regresaran a sus tierras si ellos deseaban seguirle estaba bien y si no, por lo menos iba a pedir algo a cambio por sus hombres que pelearon para liberarlos. 

Mary preparo una bañera para su reina y ella todavía algo sensible por lo sucedido, dejo que la bañaran, las únicas veces que se dejaba fue en Pentos ya que Viserys lo obligaba, además dos meses antes que naciera su Jon y un tiempo después de que naciera, ya que estaba no quería que nada malo pasará.

Mary limpiaba el cuerpo de su reina y iba a hacerlo lo mismo con el brazo derecho de su reina pero soltó un grito al ver unas raras líneas rojas en ella, parecían dedos, era la marca del rey de la noche y era una de las cosas que temía Mary, no quería que su reina se encontrara con el en un buen tiempo.

-¡Majestad!

-¡Mary! ¿Qué sucede?- pregunto preocupada Rhaenys. 

-Su brazo.

La Targaryen alzo su brazo descubriendo una marca en ellos y recordó aquella cosa rara de que parecía ser de hielo, se había olvidado de aquel sueño pero ella no se imaginaba que aquella cosa iba a dejar una marca en ella, su marca. 

-Pero que mierda.- hablo Rhaenys y paso sus dedos sobre aquello.- ¿Como?

-Majestad, debo quemar aquella zona si no quiere que la encuentre.- dijo asustada Mary. 

-¿Quemarlo? ¿Cómo sabes que hay que hacer aquello?

-Es la marca del rey de la noche y si no quiere ser encontrada por el, deberá quemar aquella zona por un tiempo.

-¿Cuando se borrara esta marca?- pregunto luego de envolverse en una bata y empezar a quemar aquella marca con una vela, pero aquella marca solo dejo de ser tan roja a ser una un poco más clara.

-No se como se puede borrar majestad, pero puedo investigarlo.- hablo Mary decidida. 

-Mary ¿Cómo sabes de aquella marca y de que los caminantes blancos están sueltos y con un ejercito?- pregunto Rhaenys. 

-¿Es tan grande?- pregunto preocupada Mary, ella sabía de la profecía y sabía que más de una profecía estaba conectada con su reina.

-Si, pero algo me dice que tendrá un mayor número en tan solo un tiempo.- hablo Rhaenys mientras se ponía unos pantalones, cuando termino de vestirse la puerta fue tocada. Mary la más cercana abrió la puerta y de ella paso Agnetha con dos mujeres más. 

-Disculpa majestad, pero algunas personas le han preparado algo.- hablo Agnetha con una sonrisa sincera. 

-¿Enserio? Son muy generosos.- hablo Rhaenys con una sonrisa y una de las mujeres paso adelante. 

-Dette er for deg, dronning i brann.- hablo una de las mujeres y extendiendo con gran y grueso abrigo de piel del algún animal, pero no era cualquiera, era de un oso polar.

-Es hermoso ¿Qué dijo?- le pregunto Rhaenys a Agnetha.

-Dice que es un regalo para usted, reina en llamas.- le tradujo Agnetha.

-Takk, det er en veldig vakker gave, og jeg vil hjemsøke deg for alltid.- hablo Rhaenys rogando que lo haya dicho bien ya que no quería pasar vergüenza. Las tres mujeres se miraron y comenzaron a hablar, y las dos extranjeras se miraban sin entender lo que decían.

-Majestad, el pueblo desea hacer una pequeña fiesta por su llegada ¿Y nos preguntábamos si desea ir?- le hablo Agnetha.

-Me encantaría, ¿Cuándo será?

-Yo vendré a buscarla, será en un par de horas más, majestad.- hablo Agnetha y Rhaenys le sonrió agradecida, se habían conocido ayer y ya era su mejor amiga en aquel territorio desconocido pero la Targaryen se sentía en casa, extrañaba la naturaleza, ocupar su espada, escalar los árboles y entre otras cosas, cosas que acostumbraba hacer junto a Jon pero que lamentablemente ya no se veían hace bastante tiempo. Ambos habían cambiado, Jon era un hermano de la guardia nocturna en donde tenía algunos problemas con los salvajes y en donde planeaba lo que iba a hacer, debía tener cuidado, mientras que Rhaenys era la heredera legitima al trono de hierro, aunque siempre lo haya sido, pero ahora ya había comenzado su reinado, tal vez eran pocos pero todos eran leales a su reina y estaban junto a ella incluyendo la loca idea de ir a lo desconocido y ayudar a unos salvajes a liberarse de unos usurpadores. 

Aquel día antes de la fiesta, Rhaenys tuvo que asegurarse de que todo estuviera bien con su ejercito y se aliviaba que a si sea, además tuvo que pasar bastante tiempo en unas reuniones que las había realizado el rey de los vikingos, Umber. Aquel hombre pelinegro tenía a la mira a la extranjera, estaba algo paranoico de que la hija de dos grandes dioses le quitara su trono y hacía todo lo posible para que recapacite la idea de aquel matrimonio pero Rhaenys se mantenía firme en su decisión.

𝐈𝐍𝐄𝐅𝐀𝐁𝐋𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora