CHANGE |Sarada Uchiha.|

04.

Sabía perfectamente que estaba mal caminar por la noche entre las calles de Konoha, pero me fue inresistible comprar unos dos churros, además estaban en descuento pero lo único malo es que gaste mi poco dinero en ello.

Por lo menos valió la pena.

Mientras que iba caminando pude ver a lo lejos a mi compañero Boruto el cual se encontraba observando un cártel de Kagezama por lo que decidí en hacercarme al Uzumaki.

— ¿Que hace Boruto-chan aquí?.— El se dio vuelta para verme.— Ya es tarde para que esté afuera.

— Hola ____. Solo pensé en dar una vuelta.— Contestó sonriente.— ¿Que haces tú aquí?.

— Fui a comprar unos churros.— Le extendi uno.— ¿Quiere?.

— Tuteame _____, no soy un anciano o adulto.— Hablo el chico.— Y si, muchas gracias.

El tomo el churro para así volver a observar el mismo cartel.

— ¿Que tiene de interesante ese cartel?.— Pregunté poniéndome alado de el.

— Nada importe.. es solo que.. he estado un poco frustrado con lo de la sombra.— Soltó un suspiro frustrado.— Estuve entrenando con mi tía casi todo el día y no pude descifrar nada.

— Tranquilícese Boruto-chan.— Coloque una mano en su hombro.— Solo hay que seguir vigilando más y..

— ¿Que hacen los dos aquí?.

Miramos detrás encontrando a Sarada frunciendo el entrecejo, sonreí al verla aquí.

— Hola ensalada-san.— Pude escuchar como Boruto soltaba pequeñas risas en cuanto dije eso.

— Ensalada...— Hablo entre risas.

— ¿No te cansas de llamarme asi, verdad?.— Pregunto cruzandose de brazos.

— Es solo un apodó.. “Ensalada”.— Ella volvió a mirarme molesta.

— ¿Y tú qué haces aquí?.— Pregunto ahora Boruto.

— Vuelvo de un entrenamiento nocturno.— Contestó aún cruzada de brazos.

— ¿Encerio? Hace un par de minutos te vi comiendo unos tacos.— Menciones haciendo que la Uchiha me mirara sonrojada.

— Cállate, he dicho entrenamiento nocturno.— Volvió a decir.— Veo que también vieron Kagemasa, a todos les gusta.

— Yo nisiquiera se que es.

— Y yo no he visto nada.

— ¿No? A mí me pareció emocionante.— Miró al rubios.—Pero que pena, parece que cancelaron la secuela.

— ¿Porque?.

— Nadie lo sabe, pero parece que el estrés le afectó al actor que protagonizaba a Kagemasa.

Inesperadamente hemos visto correr a Boruto cosa que nos dejó confundídas.

— ¿A dónde va?.— Me preguntó Sarada.

— No lo sé pero hay que seguirlo.

Dicho eso las dos hemos comenzado a seguir a Boruto el cual parecía adentrarse a una construcción la cual nisiquiera estába terminada.

—Una sombra se apoderó de él.— Respondió el rubio.— Tengo que hacer algo.— Volteó a verme— ¡Vamos ____!.

— ¡Si!.— Salte la reja.— ¡Nos vemos Ensalada-san!.

— ¿Sombra? ¿de que estás hablando?.

— Es difícil de explicar.— Finalizó y los dos hemos adentrado a las contrucciones dónde hemos oído una voz.

— Valla, no esperaba admiradores.—Miramos a todas partes esperando a ver de quién provenía aquella voz.— Hay que serlo para seguirme hasta aquí.

Aquel sujeto se dejó ver mostrando aún hombre realmente gordo vertido igual al hombre del poste que antes veía Boruto.

— ¿Y.. quien es el?.

— ¡Yo soy Kagemasa!.—Exclamo.

— No, no puede ser el.— Comentó el rubio.

— ¡Claro que lo soy!.

— Pues yo veo solo aún hombre gordo con problemas de sobre peso.— Le susurre a Boruto burlona.

— ¡Te escuche!.— Me señalo!.

— Es obvio que no eres Kagemasa, el no tiene el cuerpo así.— Boruto me miró.— ¿O si?.

— ¡Todos dicen lo mismo!.— Grito molesto y fastidiado.

El aterrizó sobre unos tubos de hierro los cuales comenzo q lanzarnos, afortunadamente Boruto y yo logramos esquivarlos pero en un descuido un tubo atrapó a Boruto de su chaqueta haciendo que se quedase atrapado.

— ¡Boruto-chan!.— Grite al ver como aquel sujeto lanzaba un tubo hacia el hasta que mire como alguien había lanzado un kunai provocando que el tubo callera aún lado del rostro de Boruto.

Al ver quién era no pude evitar sonreí al ver a la Uchiha.

— ¡Ensalada-san!— Exclame feliz colocándome a su lado.

— ¿Quien es ese?.— Nos preguntó.

— Pues.. dice que es Kagemasa pero honestamente yo no creo en eso.— Sarada al escucharme volvió a mirar al sujeto sorprendída.

— ¿No crees que ha engordado demasiado?.— Pregunto mirando al sujeto.

— ¡Dejen de decirme eso!.— Grito furioso apunto de golpearnos pero antes de que lo hiciera Sarada aventó una bomba de humo dónde aproveche y libre a Boruto para irnos a un lugar donde escondernos.

— Maldición..— Hablo Boruto al ver como su chaqueta se había hecho un agujero.

— ¿A si es como agradeces?.— Pregunto un poco ofendida la Uchiha.— ¿Cómo es que se metieron los dos en esto?.

— Boruto-chan puede ver una sombra la cual manipula a las personas.— He dicho en tono bajo.

— ¿Cómo se que no es una de sus bromas?.— Ella se hacerco a Boruto por lo que hice lo mismo.

— No estamos mintiendo, algo manipula a ese sujeto.

— De todas maneras debieron dejárselo a los adultos.— Boruto al escuchar eso borró su sonrisa.

— Solo yo puedo ver la sombra.— La Interrumpio.— ¡Tengo que detenerlo!.

— “Tenemos”.— Hablé haciendo que ellos dos me mirarán.— No dejaré a Boruto-chan solo en esto.

Boruto al escucharme decir aquello no pudo evitar en sonreír pero sin embargo para de notar como Sarada realizaba una mueca ante aquello para luego levantarse del suelo.

— Como sea, será mejor darnos prisa.— Me miró.— ____, tu vendrás conmigo.— Observó a Boruto.— Tu tendrás que distraerlo.

— ¿Porque yo?.

— Por que eres el más desmadroso del salon y es obviamente que sería a ti quien arriesgariamos.— Al decir eso asenti dándole el apoyo a Sarada.— Ahora ve ahí y has Lo tuyo.

Dicho así Boruto fue hacia el llamando su atención y mientras esté estaba distraído Sarada y yo salimos para así lanzarle Shurikens los cuales le fue fácil esquivar. Boruto apareció detrás de él con las intenciones de golpearlo pero este fue más rápido y sujeto al Uzumaki de su chaqueta.

— ¿Estás lista?.— Me preguntó Sarada extendiendo su mano hacia mi, yo solo sentí y me transforme en un fuuma Shurikens para luego Sarada me lanzará contra “Kagemasa”.

— ¡Fallaste!.

— ¡Seguro!.— Le hablo Sarada lo cual me transforme en mi forma normal y así golpearlo con mi puño provocando que este se estrellara contra el suelo.

— ¡Eso fue genial Ensalada-san!.— Exclame rodeándola con mis brazos sonriendo.— ¡Su idea funcionó!.

— ¡N-No me abraces!.— Ella me apartó teniendo un robos carmesí en sus mejillas.

Al verla así solté una risita, se veía linda sonrojada.