#10/"Examen"

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[Sábado 18 del 1959]

Hoy era sábado, un lindo y soleado sábado. Como había planeado anteriormente, me dirigía a la casa de Ringo. Sabia perfectamente que me encontraría una especie de gran casa-mancion, ya que Ringo anteriormente había dicho que sus padres eran de los barrios altos de la gran ciudad, eso técnicamente lo ubicaría en las grandes ligas en Liverpool.

Al llegar, y como anteriormente había predecido, me encontré con una gran casa. Era de dos pisos, estaba pintada de un agradable color azul marino, tenía ventanas grandes y sus puertas eran de suma calidad, toque con insistencia el timbre que logré ubicar cerca del gran portón que tenía la casa, un sonido parecido a el del timbre sonó del interruptor y de el una voz:

—Buenas tardes joven, ¿en qué puedo ayudarlo?—era la voz de aparentemente una señora mayor.

—Emm, vengo a visitar a Richard, soy George—conteste, el sonido agudo volvió a escucharse y lentamente los grandes portones fueron abiertos. Entre con cautela y camine hasta llegar a las hermosas puertas de la entrada, iba a tocar pero sin previo aviso las puertas fueron abiertas, de ellas se asomó una señora, de unos 50 o 60 años, su cabello estaba atado en un rodete descuidado, sus ojos eran de color café oscuro, y sus labios estaba pintados cuidadosamente de un claro color rosado, llevaba un estilo uniforme muy habitual en las amas de llaves, supongo que eso era, la ama de llaves.

—Pase con cuidado, joven, el joven Richard lo está esperando en su habitación—hablo con una sonrisa, yo asenti y le seguí a lo, que suponía, era la habitación de Ringo, al llegar ella tocó la puerta tres veces y antes de que se habrá me sonrió y se fue. Al momento de abrirse pude ver a Richard asomarse por la puerta.

—Oh, hola Geo, que bueno verte—se tallo un ojo y me sonrió.

—Veo que recién te despiertas—el soltó una risa avergonzada.—No te preocupes, yo tampoco suelo despertar temprano los sábados—dije para aligerar el ambiente. El no reprocho y con su cuerpo me dio espacio para ingresar a su habitación.

—Y bien, ¿qué te parece?—pregunto levantando los brazos.

—¿El que?—pregunte confundido.

—Mi cuarto, la casa, yo que se—se encogió de hombros.

—Me gusta, para que ahora sea de clase media, es demasiado, pero es bonita—conteste.

—Si, lo se, pero no importa. Tenemos que hacer el trabajo, ¿no?—cuando termino de hablar el ya se encontraba sentado en el pequeño escritorio que tenía a un lado de la habitación.

—Tu te habías quedado con el examen, ¿verdad?—pregunte sentándome a su lado en un sillas que el me extendió.

—Si, yo la tengo—contesto y se volteó para agarrar su mochila, trate de no verlo mucho, más por el echo de que me vería muy acosador y...y no quiero eso.

La tarde fue agradable, entre charla y charla logramos contestar todas las preguntas y al poco tiempo nos encontrábamos recostados en la gran cama de Ringo, comiendo unas galletas y contando anécdotas graciosas o solo hablando de estupideces.

—Entonces, ¿tu también tocas un instrumento?—pregunto siguiendo la charla que estábamos teniendo.

—Claro, toco la guitarra—conteste y pude ver por el rabillo del ojo como sonreía.

—Genial, yo la batería—río al recordar algo.—Mis padres querían que toque el piano, pero no me agrado la idea y me decidí por la batería, me gusta hacer ruido y me divierte mover mi cabeza al ritmo de la canción—ensanchó su sonrisa.

—Te entiendo...—dije y se formo un silencio incómodo. Escuche como Richard suspiraba y se daba la vuelta para poder verme, yo solo giré mi cabeza y lo vi a los ojos.

—¿Que quieres hacer ahora?—pregunto. Yo apreté los labios y reprimi un suspiro al ver lo tierno que se veía en ese posición y con sus ojos tan tiernamente abiertos.

—Realmente no tengo nada para hacer, ¿y tu?—contesté.

—Igual—contesto.—¿Podemos quedarnos un rato más así?—pregunto y me morí de ternura ante sus expresiones.

—Con mucho gusto—dije y volví a mirar al techo.—¿Que sueles hacer en estos momentos?—pregunté. El seguía en la misma posición tierna de antes.

—Sinceramente, nada—soltó una risa.—¡Cierto!, ¿quieres ver el estudio de música?—pregunto muy contesto. Mis ojos brillaron al imaginarme de lo que hablaba, acentí repetidas veces y el se levantó, extendió su mano hacia mi sumamente sonriente.

Salimos de la habitación,  Richard sin soltar mi mano, o yo sin soltar la suya, nos dirigimos a una de las tantas puertas de la casa, al llegar Richard sonrió. La puerta era de madera, de un brillante color marrón cálido, lo curioso era que en el centro tenía un estiker de una nota musical.
Al Ringo abrir la puerta pude ver lo que a simple vista era el paraíso, en el centro y obviamente lo que más resaltaba era la batería, en un costado había dos guitarras, una era acústica y la otra eléctrica, una pequeña mesa en un costado, y en el fondo de la habitación, un piano. Mis ojos brillaron y con el permiso de Ringo me adentre a el hermoso lugar.

—Suelo estar aquí todo el tiempo—hablo Richard luego de un silencio.—Es un lugar hermoso, ¿no crees?—pregunto sonriente, dirigiéndose a la batería y sentándose en el banquito detrás de esta.

—Realmente es el paraíso—sonreí mirando con un brillo especial la hermosa guitarra frente mío.

—Puedes tocarla si quieres—soltó una risita. —Yo no las utilizó mucho que digamos, no soy muy bueno, prefiero la batería—dijo eh hizo sonar el instrumento.

—Apuesto a que eres grandioso—dije y tome la guitarra entre mis manos, comencé a jugar con las cuerdas hasta que recordé una canción que mucho tiempo atrás había compuesto, no tenía letras, pero para mi, era una de mis mejores composiciones.

—Es muy hermosa—Ringo me saco de mi mundo al hablar.—¿Como se llama?—pregunto mirando curioso como yo tocaba.

—N-no tiene nombre, ni letra, la escribí a las 15 y...pues, nunca le puse nombre ni letra—conteste avergonzado.

—Creo que es hermosa, no soy bueno escribiendo, pero creo que deberías ponerle letras—no lo vi, pero estoy seguro de que sonrió, yo también lo hizo y me di la vuelta para poder verlo, ahora se encontraba sentado en el banquillo largo que tenía el piano. Solté la guitarra y me acerqué a el, al sentarme el sonrío y me volteó a ver.—¿Sabes tocar?—pregunto, negué, se encogió de hombros y sin previo aviso tomó una de mis manos y la colocó sobre una de las teclas.—Do menor—hablo concentrado en lo que hacía, no despegue mi mirada de el en ningún momento.—Y esta...esta es la más alta. Do mayor—coloco mi dedo en otra tecla.

Seguí mirando su perfil durante un rato más en el que el explicaba, hasta que se volteó, sus ojos azules se abrieron ante la cercanía, apreté mis labios y ante un descuido ya los dos nos encontrábamos viendo los del contrario, trago saliva incomodo y volvió su vista a el piano, parpade y volví mi atención a mis dedos sobre las teclas.

—C-creo que debo ir-irme—hable entrecortado, Ringo sacudió la cabeza en señal de asentimiento y volvió a subir su mirada.

—Te acompaño—fue lo único que dijo para luego pararse y dirigirse a la puerta.
























































🍊🍊🍊

Realmente no tengo mucho que decir a excepción de si les gusto la nueva portada.

¿Les gusto la nueva portada? :v

Espero que les haya gustado y no olviden votar si les gusto el capítulo. ❤

Nos volvemos a leer el próximo sábado o domingo :3

"𝘾𝙞𝙜𝙖𝙧𝙧𝙞𝙡𝙡𝙤𝙨" »𝙎𝙩𝙖𝙧𝙍𝙞𝙨𝙤𝙣« ✓ʷᵒˢᵗᵉᵛᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora