¡Ayúdame!

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Todo a mi alrededor era oscuridad, pero una brisa bastante helada corría en todas direcciones. Caminé hacia delante y luego hacia atrás. Me encontraba en medio de la nada. De un pronto a otro al dar un paso hacia atrás escuché agua. Miré hacia abajo y una onda se expandía alrededor de mi pie, entonces todo se llenó de claridad tan veloz que no me di cuenta del entorno donde me encontraba.

Estaba sobre un agua cristalina y pacífica, en ella se reflejaba el cielo. Debajo del agua corrían corrientes que tenían imágenes de viejos recuerdos.

¡Ayúdame! -la piel se me puso de gallina y despacio empecé a levantar mi cabeza-

¡Jessica! -ella corrió a mi y yo hacia ella-

Cada paso era como retroceder, pero aún así no nos detuvimos.

No me dejes por favor -me detuve y miré hacia atrás-

¿Mia? -pensé en volver, debo admitirlo. La chica se veía somnolienta, estaba por caer dormida-

Anda... ¡Corre! ¡Sálvala a ella! Supongo que es más importante -reprochó Jessica-

Me coloqué en una posición donde podía voltear a ver a ambas de izquierda a derecha.

Eron, por favor -Mia estaba por cerrar los ojos-

En ese momento debajo del agua pasó algo que se alejaba de un recuerdo. Era más como una visión. En ella se apreciaba a Mia intentando detener al Bulldozer y como este la empujó.

¡Mia! -corrí hacia ella a toda velocidad antes de que cayera dormida-

Me estaba acercando a la chica de ojos claros cuando una silueta logró atajarla en el aire. La chica tomó fuerza y equilibrio para ponerse de pie, entonces tomó a la silueta por lo que parecía su mandíbula y se empezaron a besar. Poco a poco se revelaba quién era, nada más que Tysson.

Volteé a ver a Jessica y se veía terrible. Pálida como la última vez que la vi, el rojo de sus labios había desaparecido y la alegría de su rostro se había apagado. Empecé a correr a toda velocidad logrando avanzar verdaderamente esta vez. Y miraba de vez en cuando hacia atrás como Tysson y Mia se seguían besando envolviéndose en un aura color negro que los iba consumiendo.

¡Dame tu mano! -estiré mi brazo hacia ella-

La chica con dificultades empezó a caminar hacia a mí con su brazo extendido. Noté una mordida cerca de su muñeca, se veía bastante infectada e irritada. Estábamos a un par de centímetros cuando todo se puso muy lento. Como si el tiempo estuviera deteniéndose. Me esforcé en alcanzar su mano, pero cuando estaba por tomarla, sus ojos se tornaron color dorado y el agua que nos sostenía la succionó velozmente. Lo cristalino del líquido empezó a ponerse rojo como la sangre y antes de que desapareciera en lo más profundo, alcancé a ver su mano aún extendida y el brillo en sus ojos. El tiempo se detuvo por completo y de un pronto a otro fue como si rebobinaran un cassette de forma veloz devolviéndome a la oscuridad.

¡Aún sigo aquí! -escuché cerca de mi oído-

Caí al suelo y estaba por golpearlo, cuando desperté por un grito.

¡ERON! -abrí mis ojos y tenía a Rhydian frente a mi apunto de golpearlo con el puño-

Lo siento... lo siento -retrocedí-

Al voltearme, todas las cajas y demás estaban hechas un desastre.

Debes controlarte, no puedes seguir bajo ese martirio -dijo la voz de experiencia-

Little Big Secrets © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora