Unión sobrenatural.

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Aún no podía creer lo que estaba sucediendo. ¿Como fue posible ver a través del concreto? ¿Qué significaba el brillo y porqué me llevó hasta el cristal?. Pero la duda que daba tantas vueltas en mi cabeza era el porqué Dalton tenía el cristal.

Escondí la roca en mi bolsillo y volví a mi habitación. Escuché que llegó un correo a mi laptop, tomé la silla y me acerqué al escritorio.

Es de Reymont Clow -leí en la bandeja de entrada-

"Querido/a estudiante, se le informa que Reymont Clow abrirá sus puertas el próximo lunes. Las habitaciones de los estudiantes fueron acondicionadas para una mayor comodidad. Ahora contamos con una terraza de entretenimiento por cada edificio, ya que se utilizó el tejado con el fin de que los jóvenes encontraran un lugar en el cual pueden sentirse relajados y disfrutar de su tiempo libre. Contamos ahora con una biblioteca más completa y puestos de bocadillos en el campus.
El horario de ingreso empezará los lunes con la primera clase, mientras que el horario de egreso concluirá los viernes en la última clase.
Se les pide a los estudiantes nuevos que hagan su matrícula a más tardar mañana sábado, mientras que a los demás se les pedirá su credencial de estudiante para iniciar las clases de forma normal".

Los saluda el director Clemond.

Se lucieron esta vez -cerré el correo y me lancé a la cama- ¿Por qué tantos lujos y distracciones ahora? Así nunca querríamos volver a casa. -reí fuertemente, pero pronto la euforia empezó a degradarse- Nunca querríamos volver a casa... -fruncí el ceño y miré un punto fijo en el techo- ¿Será algo planeado? ¡No! ¡Eron, basta! Te estás haciendo ideas que pueden ser erróneas... ¿Pero y si no? ¡NO! -salté de golpe-

Me tomé un tiempo para detallar el cristal. Lo saqué y lo sostuve de cerca. No parecía tener nada especial.

¿Cenarás? -Alina entró de golpe provocándome un buen susto-

Oculté rápidamente la roca en mi bolsillo de nuevo.

¡Alina! -dije mientras mi corazón aún volvía a acomodarse en mi pecho-

Ja ja ja ¿Estás nervioso? -me miró de forma arrogante y salió-

Respiré profundamente, me puse de pie y miré el reloj. Ya eran altas horas de la noche y realmente me pareció algo extraño que mamá quisiera organizar una cena.
Aún con mis dudas, decidí bajar.

Mamá, son casi las 12 de media noche... ¿No es algo tarde para...? -al acercarme a la cocina me topé con Dalton, él era quien cocinaba- ...Cenar...

Ahora si me era sospechoso todo el asunto. Toqué el cristal en mi bolsillo con disimulo.

De no haber sido por tu visita al hospital, hubiéramos cenado un poco más temprano. -mi madre entró a la habitación, escuché cuando corrió la silla con el propósito de estar más cerca de la mesa-

Dalton sirvió los platos sobre la mesa.

¿Eron? ¿Quieres que también te sirva el tuyo? -había algo extraño en su tono de voz, era como si estuviera molesto-

Los acompaño, pero no tengo hambre. Gracias. -me acerqué al refrigerador buscando algo de jugo-

Serví la bebida en un vaso pequeño y fui a tomar mi asiento en el comedor.

El único sonido que se escuchaba era el de los cubiertos mientras cortaban el pollo, o los vasos cuando los dejábamos nuevamente sobre la mesa después de beber.

¿Alguno de ustedes no vio una roca pequeña de un color azul? -preguntó el hombre sin separar su mirada de los cubiertos- Es una roca preciosa, pero temo haberla perdido, estaba en mi blazer y no la encuentro. -levantó su mirada y me miró de primero, luego miró a mi hermana y de último a mi madre-

Little Big Secrets © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora