El dolor no me deja dormir mucho, hace poco amaneció y Chad entra en mi habitación. Estoy acostada boca abajo y sin camiseta, quién iba a creer que mi padre me castigaría de esta manera. Al verme así, mi hermano corre a buscar un botiquín, se sienta en la cama a mi lado y con todo el cuidado que puede, me desinfecta las heridas.
—¿Cómo se atrevió a hacerte esto? —dice.
—Lo que me pregunto es cómo se enteró —respondo.
—No puedo creer que haya reaccionado así.
—Ya sabes cómo es, ahora me ve como una traidora.
Las heridas me arden terriblemente, pero trato de no quejarme, solo me pregunto qué más hará mi padre para castigarme, tiene todo el poder y como piensa que lo traicioné, buscará cómo hacer mi vida un infierno. Quisiera poder irme lejos de aquí, lejos de él y olvidarme de todo esto. Recuerdo que hace un par de años, tenía la idea de irme a vivir a Los Ángeles e ingresar allí a la universidad, estaba ya haciendo el papeleo, pero mi padre se enteró y me hizo desistir y renunciar a mis planes. Ahora mismo, no sería malo intentarlo de nuevo, tenemos algunos conocidos en la embajada, eso puede ayudarme.
—Chad —digo pensando en hablarlo con él.
—¿Sí? —pregunta él mientras se levanta de la cama.
—¿Si te dijera que me voy del país, te irías conmigo?
—No estarás hablando en serio.
—Muy en serio. Piensa en el grave peligro que estamos corriendo aquí junto a papá, aún no hay cargos en nuestra contra, pero si seguimos como vamos, pronto los habrá y tendremos que vivir huyendo para que no nos metan a la cárcel. No pienso seguir permitiendo que mi padre arruine por completo mi futuro, si su vida ya no tiene solución, la mía sí.
Él se queda mirándome sorprendido, pero sé que lo está pensando y sabe que tengo razón. La actitud de mi padre me ha hecho pensar en que aún puedo hacer algo, si continúo a su lado, tendré mucho que lamentar. Además, sé que Alexey sigue cerca, esperando el momento para matarnos y no pienso permitir que lo haga.
—Lo que dices es verdad —dice Chad mientras camina por la habitación hacia la ventana—aunque sabes que es duro para mí dejarlo solo.
—Yo sé que tal vez no esté bien abandonarlo a su suerte, pero ahora que piensa que lo traicionamos, nos va a hacer la vida imposible.
Chad abre las cortinas y observa el jardín, meditando una y otra vez en mis palabras, yo tomo mi celular y se escribo un mensaje a alguien que conozco, para pedirle que nos ayude con el papeleo, quiero irme de aquí cuanto antes, y evitar al máximo que papá se entere de mis planes. Voy a levantarme y observo a Chad salir de la habitación, tan pronto abre la puerta, se encuentra con que nuestro padre está abriendo la puerta de su habitación, que queda a unos cuantos metros de distancia.
—¿Cómo está Esther? —lo escucho preguntar.
—Bien, no lograste matarla anoche —responde Chad de muy mala manera.
—Un momento, no me hables de esa manera.
—No tenías que hacerle eso y lo sabes.
—A ti también debería haberte hecho lo mismo, tú lo sabías e incluso la ayudaste, no puedo confiar en ninguno de mis hijos.
—Ya deja de hacerte la víctima, papá, que eso no te queda, ni Esther ni yo debemos disculparnos por hacer lo que creíamos correcto.
El silencio de papá me toma por sorpresa, y sé que si no respondió es porque le duelen las palabras que Chad le dijo, al igual que le dolieron las mías esta misma madrugada, después de que me golpeó. Mi hermano sale y cierra la puerta tras él. Yo me levanto y me dirijo al baño a tomar una ducha, no sé qué otros oficios nos vaya a poner para hoy. Cuando salgo camino hacia el armario, saco de allí un pantalón oscuro y una camiseta negra, no quiero ponerme algo claro, pues se puede manchar de sangre. Me peino y me arreglo, luego bajo a desayunar. No tengo ganas de ver a mi padre, así que, lo ignoro y como en silencio, por suerte, ni siquiera me dirige la palabra, así, no tengo que escuchar sus reclamos.
—Chad —dice mientras se levanta de su silla— recuerda lo que te pedí ayer.
Mi hermano solo asiente, en este momento, ni él ni yo soportamos a nuestro padre. Lo observo mientras sale del comedor, acompañado de Frank y de otros de sus hombres, me pregunto qué estará planeando. Termino de desayunar y Chad me informa que debemos ir a buscar a alguien, otro más que le debe dinero a papá. Ya estoy cansada de que nos envíe a cobrarle a sus deudores, en verdad estoy cansada de él.
Cargo las armas y las oculto en el abrigo, luego, camino hacia donde está el auto, subo y arrancamos, Chad enciende la radio y escucho la voz de una mujer informar:
«Shawn Mendes lanza nuevo sencillo y da fecha de estreno de su nuevo álbum. El cantante canadiense anuncia nueva música que ha escrito en los últimos meses, los fanáticos están ansiosos, además, vendrá con fechas para una gira mundial.»
En seguida comienza a sonar una canción suya, mi corazón salta de alegría dentro de mi pecho al escuchar su voz y no puedo evitar sonreír. Si logro irme del lado de mi padre, ya no correré peligro, y tal vez, pueda estar cerca de él sin temer por su seguridad. Pero no quiero hacerme ilusiones, pues mi viaje todavía no es un hecho y algo podría salir mal cuando menos lo espere. La canción termina y tengo la sensación de que no está tan lejos de mí, de que tal vez haya una pequeña esperanza de que volvamos a reunirnos algún día.
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Síndrome de Estocolmo || Shawn Mendes
Fanfiction«Famoso cantante desaparecido.» Decían los periódicos, proclamaban los noticieros, informaba la radio. El mundo entero se preguntaba ¿Donde está Shawn Mendes? Solo Esther Hunter y su familia saben la respuesta. Fanfic de Shawn Mendes. Gracias por l...