Después de dos días, puedo salir del hospital, me siento mucho mejor, aunque todavía con un poco de dolor. Mi madre ha estado ahí, muy pendiente de mí, al igual que Shawn. Cuando salgo de la habitación, me encuentro con Chad y le doy un fuerte abrazo, pues hasta ahora no había podido hacerlo, estoy muy feliz de verlo. Salimos de allí y vamos primero al cementerio a visitar la tumba de papá. Llevamos un ramo de flores y lo dejamos allí, junto a la lápida de mármol en la que dice su nombre: Dimitri Hunter. Shawn sostiene mi mano y me permito llorar sobre su hombro, mi madre y mi hermano también lloran, aunque no haya sido un buen hombre, igual lo queríamos y nos duele su partida. Pasamos un buen rato allí, aunque no me escuche, le digo que lo quiero y que espero que descanse en paz. Luego, nos dirigimos a casa a recoger nuestras cosas.
Todo está como lo dejamos, tan pronto entramos, mi madre mira a todas partes sorprendida, imagino que este lugar está lleno de recuerdos para ella.
—No ha cambiado casi nada —comenta mientras camina por la sala.
Este lugar se siente muy vacío sin papá y sin sus hombres, que estaban en toda la casa todo el tiempo. Subo con Shawn a mi habitación, y me quedo observando cada rincón de ella. Luego, camino hacia el armario y saco de allí la maleta, mañana en la madrugada volaremos a Los Ángeles. Aún no es mediodía, tengo tiempo para despedirme del lugar que ha sido mi casa durante toda mi vida.
Shawn me ayuda a sacar mi ropa del armario, yo la voy doblando y guardando en la maleta.
—Estás muy callada hoy —comenta Shawn.
—Solo estoy un poco nerviosa por todos los cambios que va a tener mi vida —respondo— nunca antes había salido del país y será difícil adaptarme a tantas cosas nuevas.
—Pero lo vas a lograr, ahora cuentas con el apoyo de tu madre y podrás hacer muchas cosas que no creías posibles hace solo unas semanas atrás. Yo nunca olvidaré cuando me dijiste que te hubiera gustado estudiar arquitectura.
—Pienso presentarme a la universidad y ponerme a estudiar.
—Vas a pasar de hacer castillos de naipes a hacer edificios de verdad.
—Es cierto.
Él me sonríe y yo le devuelvo el gesto, luego me acerco y lo envuelvo en mis brazos, feliz de tenerlo conmigo.
—¿Y qué pasará con nosotros? —me pregunta mientras acaricia mi cabello suavemente.
—Eso no lo sé —respondo, y en verdad no lo sé, tampoco lo había pensado demasiado.
—¿Crees que podríamos intentar algo? Ya no tenemos el problema de tu padre y sus enemigos, tampoco va a estar él y creo que estaremos más cerca, aunque por mi profesión viajo mucho y no sé si estés dispuesta a soportar que pasemos varias semanas sin vernos cuando esté de gira.
—No creo que la distancia sea un problema, además, también estaré un poco enfocada en estudiar, pero me gustaría que lo intentáramos, aunque no sé si tu síndrome de Estocolmo se cure de repente y dejes de sentir lo que sientes por mí.
—Esto ya no es un síndrome de Estocolmo, o si lo es, ya no tiene cura.
Los dos sonreímos y nos damos un largo beso. No sé si lo nuestro pueda funcionar, pero haré lo que esté en mis manos para que sea así.
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Después de varias horas de vuelo y un largo camino en auto desde el aeropuerto, llegamos a la casa de mi madre. Es toda una mansión en la playa, bastante lujosa y muy bien decorada. Me quedo observando cada detalle, es un lugar muy bonito. Esta es una tarde soleada y siento mucho calor, tal vez porque en donde vivía antes es una ciudad muy fría. La habitaciones son bastante grandes, dejo las maletas sobre la cama y comienzo a desempacar con la ayuda de Shawn.
—La casa de tu madre es muy bonita —comenta mientras abre las puertas de armario.
—Así es —respondo— aunque me siento un poco extraña aquí.
—No creo que te cueste mucho acostumbrarte.
—Espero que no.
Camino hacia la ventana y observo la playa, nunca había visto el mar más que en fotos y pensar que ahora podré verlo cada vez que me asome a la ventana me parece maravilloso, además del sonido de las olas ir y venir. Shawn se acerca y toma mi mano. Sé que él ha estado ya en muchos lugares alrededor del mundo, y me imagino que nada le sorprende, mucho menos esta vista al mar desde mi ventana. Me regala una de sus hermosas sonrisas y me doy cuenta de que podría estar en cualquier lugar, pero me sentiría igual de feliz solo porque puedo disfrutar de su compañía.
—Te quiero —le digo mientras recuesto mi cabeza en su hombro.
—También te quiero —dice él.
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Síndrome de Estocolmo || Shawn Mendes
Fanfiction«Famoso cantante desaparecido.» Decían los periódicos, proclamaban los noticieros, informaba la radio. El mundo entero se preguntaba ¿Donde está Shawn Mendes? Solo Esther Hunter y su familia saben la respuesta. Fanfic de Shawn Mendes. Gracias por l...