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Dos días antes de la paliza.

Emma.

Me dirijo hacia mi casa cargando las bolsas de la compra. Todavía no entiendo porque no cogí el coche para ir a comprar de verdad, estoy maldiciendo a mi yo del pasado.

Tardo 30 minutos en llegar a casa. Abro la puerta y suspiro. Por fin he llegado a casa.

-¡¿Masón que coño haces en mi puta casa!?-grito del susto. Lo que me faltaba ya, estar viendo a este hombre constantemente.

Se acerca a mi y me ayuda con las bolsas. Veo cómo coloca las cosas en su sitio. Me cruzo de brazos esperando a que me responda. No pienso hacer nada hasta que no me de una respuesta.

-Podrías dejar de mirarme y recoger las cosas. Es tu casa.-me dijo mientras se giraba.

-Exacto, es MI casa-dije remarcado mi casa. ¿Quién se pensaba que era este tío?

-Venga ya Shelton, animate un poco, que este dios griego ha venido a verte-Dice acercándose a mi. A pesar de llevar casi 5 meses viéndole todavía me impresiona lo alto que es. Pero eso no quiere decir que me intimide.

-No te equivoques. Has venido invadiendo una propiedad privada. Invadiendo mi intimidad, colándote en mi casa como si fueses un ladrón-dije mientras me acercaba a él señalándole con el dedo-Así que te quiero fuera de mi piso ¡ya!

En ese momento me cogió de la mano y me retorció el brazo.

-¿un vulgar ladrón sabría hacer esto?-me dijo presumiendo de sus habilidades. Ja, el puede ser el jefe de su mafia y el más inteligente. Pero no más que yo.

Le pise el pie fuerte, en ese momento me soltó el brazo y yo le estampé contra la nevera. Cogí el cuchillo que tenía en la encimera de la mesa y se lo puse en su cuello amenazadoramente.

-Un vulgar ladrón habría estado en las mismas circunstancias que tú estás ahora mismo. Así que si, podría saber defenderse. Pero recuerda Masón que yo también sé hacerlo. Y ni tu altura ni tus encantos van a poder conmigo-le dije guiñandole un ojo y le liberé- Así que, si no quieres que me enfade más de lo que ya estoy, dime porque coño te has colado en mi casa y acabamos antes

Vi cómo se iba de la cocina con una sonrisa y se sentaba en el sofá. Me llamó para que me sentara con él, así que fui a su lado.

-Durante estos casi 5 meses has trabajado conmigo muy bien y me has salvado el culo varias veces. Al igual que yo a ti. Confío en ti Emily, quiero que trabajemos juntos. No te voy a hablar de mis negocios, todavía no. Pero quiero que vayamos a una fiesta mañana. Tengo que hablar con Alexander de unos negocios míos y necesito un acompañante.

-Bueno pues para eso tienes a Vernon.-dije muy segura de mi misma. Pretendía que trabajase con él sin que me contase nada. Ja. Ni de coña.

-Shelton, Vernon no está en París, se ha tenido que ir, así que estoy solo y no voy a meter a mi hermana en esto. Me niego.

-Ah, pero a mi si

-Tu eres lo bastante autosuficiente para que no te pase nada. Confío en ti Emily. ¿No te sirve eso?

-Si voy, ¿a qué condiciones tengo que someterme?

-No muchas. Solo que no vamos a ir juntos. Tú irás por mi parte y yo por la mía

-¿Por que?- pregunte frunciendo mi ceño

-Porque tú vas a ser la sirvienta de la casa. Te he traído un traje para que te lo pongas.

Empecé a reír. ¿Quién se cree que soy?

-Pretendes que me ponga eso, que es como si no llevaras nada, porque este traje es muy sexista ¿para complacerte a ti?- Volví a reír.- La verdad que si quieres una sirvienta para tus misiones, que lo sea Vernon, que es tu mano derecha. Eso te lo pones tú porque yo no pienso ser sirvienta ni de ti ni de nadie. Tenlo muy presente. Por ser mujer no tengo que trabajar ni para ti ni para nadie. Si trabajo es porque YO quiero hacerlo- dije levantándome del sofá- Así que si esa es la única condición que tengo que acatar pues la acatas tú, porque yo no pienso hacerlo. Puedes irte- sentencie y señale la puerta.

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