UNDÉCIMO CURSO

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SASUKE

Asunto: Algunos consejos para tu cita de esta noche.
Por favor, no te pongas una sudadera, sería una vergüenza.
Sinceramente,
Sasuke

Asunto: Re: Algunos consejos para tu cita de esta noche.
Por favor, no hables más de cinco segundos seguidos, sería una vergüenza. Nada de «sinceramente».
Sakura.

Asunto: En serio...
¿A dónde te va a llevar tu cita? ¿Tienes toque de queda? Sinceramente,
Sasuke

Asunto: Re: En serio...
Como es un caballero de verdad y no solo busca follar, como alguien que yo me sé..., me va a llevar a una cita «torbellino» (de esas de las que hablan todas las chicas). Primero iremos a ver una película de la sección VIP del Waldman's Theater. Luego iremos a Sandcastle para ver los fuegos artificiales sobre el lago helado... Y luego pasearemos por el embarcadero al atardecer y nos haremos unos tatuajes antes de mirar las estrellas como colofón de la noche. (Toma nota para saber cómo se hacen las cosas).
¿A dónde vas a llevar a Nana? Déjame adivinar... Ya que te ha dicho que está deseando acostarse contigo y solo quieres hacer cosas sencillas... ¿Una película y el Burger King?
Debes ser más creativo.
Sakura

Asunto: Re: Re: En serio...
Una peli y el McDonald's. Sinceramente,
Sasuke

Al final resultó que Sakura tenía razón con respecto a las citas «torbellino».
En el momento en el que fui a buscar a Nana —que por irónico que resultara llevaba puesta una sudadera— me dijo:

—No sabes cómo agradezco que no seas como otros chicos, Sasuke... No es necesario que me vista como una modelo para impresionarte. Estoy segura de que no me llevarás a ver una película en el autocine y a cenar a una hamburguesería como todos los demás...

«Claro que no...».

Puse en Google «cita torbellino barata» y le hice creer que era lo que había pensado hacer desde el principio. La llevé a una galería de arte gratuita y a Zapas, un restaurante un escalón por encima de las hamburgueserías de toda la vida. Luego, porque era un «buen chico», fuimos a un aparcamiento privado.

Cuando apagué el motor, comenzaron a aflorar sus verdaderas intenciones. Me rodeó el cuello con los brazos y apretó los labios contra los míos.
Recliné el asiento y la acomodé sobre mi regazo antes de subir las ventanillas.
Se sentó a horcajadas sobre mí, besándome más profundamente mientras me pasaba los dedos por el pelo. Deslicé la mano por debajo de la sudadera, acercándome al broche del sujetador, pero antes de que pudiera llegar más lejos, comenzó a sonar mi móvil.

Ignoré el sonido, y dejé que el aparato siguiera vibrando en el bolsillo.

Cuando Nana gimió contra mi boca, volvió a sonar el móvil, pero lo ignoré una vez más. Seguramente era alguien que se había equivocado, o alguna persona sin importancia; la gente más cercana a mí sabía que tenía una cita.

Puse las manos en los pechos de Nana sin desabrocharle el sujetador.

El teléfono siguió sonando, cada vez más fuerte.

Con un gemido levanté a Nana de mi regazo y la puse en el asiento del copiloto.

—Dame un segundo. —La besé en los labios otra vez antes de mirar quien era.

«Sakura...».

—Será mejor que sea un caso de emergencia nacional... —dije al acercar el móvil a la oreja.

—Lo es... —Estaba llorando... mucho—. Estoy fatal...

—Guau... Espera un momento —añadí, cambiando el tono—. ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué estás llorando?

Siempre SasukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora