PISTA 19

1.4K 149 30
                                        


SAKURA

I'M ONLY ME WHEN I'M WITH YOU (2:22)

Dos semanas que pasaron como si fueran dos segundos, y que me hicieron empezar a desear no haber enviado aquel correo electrónico a la escuela francesa con un SÍ en letras mayúsculas antes de ver a Sasuke. Me había sentido tan contenta en el momento, tan feliz de que mi sueño de estudiar cocina se pudiera hacer realidad que no pensé en lo que podría significar para nosotros.

Fuera lo que fuera «nosotros»...

Pasamos juntos todos los momentos de vigilia durante los últimos días. Me ayudó a comprar y conseguir todo lo que necesitaba para el viaje, incluso me regaló una maleta nueva y se ofreció a enviarme lo que no cupiera. Nos habíamos recreado en el cuerpo del otro más veces de las que podíamos contar, y nos pasábamos la mayoría de las mañanas paseando junto a la orilla del mar.

A lo largo de los años, no había llegado nunca a entender lo que significaba que la gente dijera que sentía ganas de reír y llorar a la vez, hasta ahora.

Me encontraba en Margaritaville, esperando que Sasuke regresara con las bebidas, tratando de ocultar el hecho de que me sentía como si fuera un agujero negro de emociones.

—¿Pasa algo? —Sasuke me tendió la cerveza.

—No. Me estaba preguntando por qué siempre nos prometemos que vendremos aquí a tomar la última, pero siempre acabamos viniendo antes.

—Una mala costumbre. —Me puso un mechón de pelo detrás de la oreja—. Ahora dime qué es lo que te preocupa de verdad.

—Nada... —mentí—. Nada de nada.

—¡Sasuke! ¡Sakura! —Sai se acercó con ganas de cotillear—. ¿Qué hacéis aquí vosotros? No, esperad, no respondáis a eso...

—¿Os apetece veniros con nosotros de copas? —preguntó la chica que llevaba colgada del cuello—. Vamos a ir a la calle trece y volveremos por esta zona dentro de dos horas.

—¡Yo corro con todos los gastos! —dijo Sai.

Era una oferta que no podíamos rechazar.

Salimos del pub y empezamos a andar bajo la cálida brisa nocturna de la ciudad. Sin embargo, unas manzanas más adelante me estremecí; Sasuke me puso su chaqueta sobre los hombros al instante.

—¿Sabéis lo que va a ser muy divertido dentro de cinco o seis años? — preguntó Sai mientras hacíamos cola en el Club Red.

—¿Qué?

—Cuando uno de vosotros se case. Si eres tú, Sasuke, tendrás que explicarle a tu mujer que, donde quiera que vaya Saku, irás tú. Y no sé si se lo va a tomar muy bien.

—Vale... —Sasuke movió la cabeza—. ¿Cuánto has bebido esta noche?

—Estoy prácticamente sobrio. —Sai se rio—. En serio... Piénsalo ahora que hemos terminado en la universidad y nos enfrentamos al mundo real... No creo que sea muy buena idea que vayáis juntos a los pubs para ligar.

—¿No sois pareja? —se interesó su cita—. ¿No os vi juntos en la Fiesta Épica que hubo en su casa?

—No, no, no... —intervino Sai—. Pero van juntos a todas partes. No preguntes ni intentes entenderlo. Es la amistad más extraña que he visto, así que haz lo mismo que yo: pasa. Aunque ¿sabes qué es lo mejor?

—¿Qué? —Parecía muy intrigada.

—Jamás se les ha ocurrido traspasar la línea —dijo—. Y se conocen desde quinto de primaria.

Siempre SasukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora