24.

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En el avión Thomas no me habló, pero tampoco lucía enfadado conmigo, es más, de vez en cuando lo agarraba viéndome con una sonrisa y luego volviendo a ver hacia el pasillo. La pregunta ahora es: ¿qué es lo que le ocurre? No sé si sigue molesto conmigo por lo que hice, o si me ha perdonado, no sé nada. En la mañana, las únicas palabras que intercambiamos fueron:

—¿Tienes tu pasta dental?

—Sí.

Espero tener algún tiempo con Thomas y poder seguir hablando sobre el tema del cigarrillo y por qué debería de dejarlo.

—Disculpen, ¿desean un poco de champagne?- Preguntó la azafata con una sonrisa, la botella de champagne y un par de copas en sus manos.

—Por favor.- Le dijo Thomas con una sonrisa y la mujer comenzó a llenar una de las copas —Pero a la señorita tráigale agua.

La azafata le entregó la copa con champagne a Thomas y se fue en busca de agua.

—¿Por qué le dijiste eso? Yo quería.- Le dije.

Thomas sonrió.

—Una dama tiene que beber champagne en un lugar con más clase.

—¿Más clase que la primera clase de un avión?

—Así es.- Dijo y bebió de su copa.

La azafata llegó con una copa (diferente a las que trajo antes) con agua y me la entregó.

El resto del viaje se pasó bastante bien. Thomas y yo nos pusimos a ver películas como: “Excess Baggage” (con comentarios de Thomas diciendo lo extremadamente preciosa que era Alicia Silverstone), “Annie” y “Everyone Says: I Love You”. Thomas lucía contento, pero no mantenía mucha charla conmigo.

(…)

—Esta pasarela es impresionante.- Susurré observándola.

—¿Verdad que sí?- Me preguntó una de las modelos y se fue a ver tras bastidores.

Todo esto me hacía recordar al día del desfile en Milán… y lo bien que había terminado ese día. Ya de eso pasaron meses, pero me sigue pareciendo como si hubiese ocurrido ayer.

Comencé a buscar a Thomas, pero no lo encontraba por ningún lado. Busqué tras bastidores, fuera del lugar, en los asientos, pero en ningún lugar estaba él.

—¡Chad!- Grité al verlo y me acerqué rápidamente a él pero, cuando lo tuve frente a mí, fruncí el ceño. —¿Chad?

—Oh… ¡sí! Hola, Cassie.- Me dijo rascándose la nuca.

—¿Por qué se me hace que tenías muchas ganas de verme?- Le pregunté sarcásticamente.

Chad bufó y luego subió y bajó sus hombros.

—Te tengo otra pregunta,- le dije —¿qué haces aquí? No te vi en el avión.

—Es que Thomas me pagó el boleto para venir en otro avión a… ¡verlo modelar!- Dijo y presentía que se estaba felicitando mentalmente debido a que le sonreía a nadie en específico.

Iba a decirle algo más, pero decidí dejar ese tema de conversación tal y como estaba, tenía más ganas de saber en dónde estaba mi novio que el porqué de la actitud extraña de Chad.

—Ya que tú eres su mejor amigo, respóndeme esto: ¿dónde está Thomas?- Le dije.

Chad se rascó la nuca otra vez.

—No tienes que preocuparte por él, Cassie, está haciendo… cosas de hombres.  

—Intentas sonar natural pero, déjame decirte una cosa: no te sale. – Dije —Me iré al hotel, si lo encuentras, llámame.

I'm With You. [Thomas Sangster]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora