I'm With You. [Thomas Sangster]

20.

—Thomas, come algo, hombre, estás más flaco que de costumbre.- Dijo Abby.

Thomas sonrió y se metió un brócoli en la boca.

Estábamos los cuatro en un restaurante muy refinado en Manhattan. Que se tenga en cuenta que digo ‘cuatro’ porque Abby había llevado a su nueva… ¿pareja? No lo sé. Ambos son muy diferentes, Abby: extrovertida, Tom: serio. Aunque, por más diferencias que les veas, ambos se veían felices juntos, y supongo que esas diferencias son las que los unen.

Por otro lado, estaba de acuerdo con Abby, Thomas andaba más delgado y seguía tosiendo sangre. Yo había logrado extorsionar a Angus y él me dijo que Thomas tosía sangre desde la última vez que lo vio antes de mudarse a la casa con nosotros… y eso fue hace un año. Al parecer Thomas se había alejado del cigarrillo por un tiempo, pero volvió a fumar hace unos cuantos meses. Yo sigo preocupada por su salud, pero él no me deja ayudarlo ya que dice que lo tiene “todo bajo control”.

—Abby me contó que ahora eres modelo en ‘Vogue’, Thomas, ¿estoy en lo correcto?- Le preguntó Tom.

—Así es.- Respondió Thomas asintiendo.

—¿Es un buen lugar? Digo, estoy segura de que no supera a ‘Vanity Fair’.- Dijo Abby.

—Bueno, estoy seguro de que es más que un ‘buen lugar’, pero no sé si todavía puedo saber si supera a ‘Vanity Fair’.- Dijo Thomas.

La cena se basaba en charlar y charlar y seguir charlando, para ser sincera, yo no estaba del todo concentrada sobre en qué se basaba la conversación, seguía preocupada por Thomas. Él seguía comprando paquetes de cigarrillos y seguía fumando. Yo no le conté que ya sé que tiene una enfermedad, pero no sé exactamente cuál es, pero de todos modos quiero que deje de fumar ya que es algo obvio que gracias a esa mierda él está enfermo… y no sé si es grave.

Cuando finalizamos de comer, Abby y Tom tenían planeado ir a una fiesta a la cual Thomas y yo no queríamos ir, nos encontrábamos bastante cansados; yo había tenido que tomarme varias fotos para la revista que saldría el próximo mes, y Thomas se estuvo preparando ya que, con su nueva marca, tendría un desfile en unas cuantas semanas. Al parecer, ese desfile sería en Boston y Thomas me había invitado (obviamente, yo acepté). Se me va a hacer raro verlo desfilar junto a otros modelos (modelos que nos hacen competencia a nosotros, a los de ‘Vanity Fair’), pero a la vez me sentiría feliz por él.

(…)

—Chad nos ha invitado a ir a su casa mañana a beber algunas cervezas, yo iré, ¿tú quieres?- Me preguntó Thomas desde el sofá.

Sonreí al recordar que la única vez que hablé con ese chico, yo me negaba completamente a estar enamorada de Thomas.

—Mañana iré a ver algunos asuntos junto con Angus, pero si llego a acompañarte, iré.- Dije.

Comencé a dirigirme a nuestra habitación y sentí como Thomas me seguía por detrás.

—¿Qué se supone que harás con mi hermano? Por lo que tengo claro, tú lo odias.

Al llegar al cuarto, yo me senté en la cama y Thomas se quedó parado frente a mí con sus brazos cruzados y el ceño fruncido. Se veía jodidamente sexy cuando se enfadaba.

—‘Odiar’ es un verbo muy fuerte, voy a preferir el verbo: ‘disgustar’.

—No te me hagas la inteligente ahora y dime qué se supone que harás con mi imbécil hermano.

Me levanté de la cama y lo besé pretendiendo que olvidara de lo que hablaba. Thomas, quien antes tenía los brazos cruzados, se relajó y me tomó por la cintura. Comenzamos a caminar, todavía besándonos, y él me depositó suavemente sobre la cama. Dejó de besarme y yo me acomodé mejor. Thomas se colocó sobre mí y yo lo agarré del cuello de su camiseta y lo acerqué más a mí para besarlo sin piedad. Thomas sonreía mientras me seguía el beso.