41. 𝑹𝑶𝑵 𝑾𝑬𝑨𝑺𝑳𝑬𝒀

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Era el cumpleaños número diecisiete de Rachel, la hermana menor de Hermione. Los Granger, junto con los Weasley, habían organizado una fiesta sorpresa para ella. Rachel estaba en un supermercado muggle con su hermana mayor, haciendo algunas compras para el día.

¿No te parece raro? —preguntó Rachel, con un tono melancólico—. No he recibido ninguna carta en los últimos días, ni siquiera de los Weasley. Y papá y mamá no estarán para mi cumpleaños...

Rachel estaba desanimada desde la mañana, esperando una carta de sus amigos o de su amor platónico, pero ninguna había llegado. La única que la había sacado de la casa para "celebrar" era Hermione.

Tranquila —le respondió Hermione con una sonrisa—. Tal vez la lechuza se haya equivocado de nuevo.

Rachel asintió, aunque no del todo convencida, y siguieron con sus compras.

Mientras tanto, en un salón cercano a la casa de los Granger, todos los amigos y familiares más cercanos de Rachel estaban reunidos. Entre ellos estaban los Weasley, incluidos Bill y Charlie, Harry, Oliver, Luna, Neville, Draco, y los padres de Rachel, junto con algunos de sus tíos que conocían su magia.

—Todo está listo —dijo Bill—. En unos minutos Hermione llevará a Rachel a nuestra casa. Ella le dirá que han reservado una cena en un restaurante. Cuando lleguen, todos estaremos a oscuras. Harry encenderá las luces cuando entren. ¿Todo claro?

Todos asintieron, listos para la sorpresa que estaban a punto de realizar. Después de hacer las compras, Hermione rápidamente guardó todo y se dirigió a la sala donde Rachel estaba viendo televisión.

—¿Qué te parece si salimos a cenar? —propuso Hermione—. Podríamos ir a Marquito's, sé que te encanta la pizza que hacen allí.

Rachel, aún con algo de tristeza, aceptó la invitación. Subió las escaleras a su habitación, donde encontró una caja de colores vivos: rojo, verde y amarillo. Dentro había un hermoso vestido amarillo oscuro y una nota.

"Lamentamos no poder estar contigo en tu cumpleaños, pero queríamos que usaras este vestido que compramos para ti.

Con amor, Ron, Fred, George, Ginny, Bill, Charlie, Molly, Arthur y Harry."

Rachel sonrió al leer la nota y agradeció internamente a su familia extendida y a sus amigos. Se dio una rápida ducha, se peinó el cabello lacio que tenía, se maquilló ligeramente y se puso el vestido, que era largo con un tajo en la pierna derecha, tirantes y un hermoso encaje en la falda. Lo combinó con unos tacones del mismo color y bajó las escaleras. Allí estaba Hermione, con un vestido corto rojo y el cabello arreglado en un elegante peinado.

—Te ves preciosa con ese vestido —le dijo Hermione, sonriéndole.

¿Sabías que me lo mandarían? —preguntó Rachel con curiosidad.

—Había oído a Harry hablar de ello, pero no quería estropear la sorpresa —respondió Hermione con una sonrisa.

Rachel rió y ambas salieron de la casa, tomando un taxi hacia el salón que estaba al lado de la pizzería.

Al llegar, Rachel se sorprendió al ver que el restaurante estaba cerrado. Hermione, con una sonrisa secreta, le dijo que había un cartel que indicaba que la fiesta se celebraría en el salón. Ambas entraron, y el salón estaba completamente oscuro. Rachel no podía ver nada, hasta que de repente las luces se encendieron y ella se encontró rodeada de amigos y familiares que la sorprendieron con un grito de "¡Feliz cumpleaños, Rachel!".

Rachel se quedó boquiabierta, viendo cómo el salón estaba decorado con los colores de su casa, Hufflepuff. Comprendió de inmediato por qué había estado ignorada por sus padres y amigos durante el día.

Rápidamente abrazó a sus padres y amigos, su rostro iluminado por una gran sonrisa.

—¿Sabías algo de esto? —preguntó Rachel a Hermione, sin poder creerlo.

—Sí, queríamos darte una fiesta inolvidable. ¡Feliz cumpleaños pequeña troll! —dijo Hermione, abrazándola.

La fiesta comenzó sin necesidad de alcohol para disfrutar. Rachel bailó con sus amigos, incluidos Harry y los gemelos Weasley, sintiéndose afortunada por tenerlos en su vida.

Cuando la música movida cambió a una balada lenta, George anunció con diversión:

—Por petición anónima, les invitamos a tomar a su pareja de baile y a la pista de baile.— Rachel sonrió, curiosa sobre quién la invitaría. Mientras observaba a Harry y Ginny bailando juntos, sintió una mano en su hombro. Se giró para encontrar los ojos azules de Ron Weasley, el dueño de su amor platónico.

—¿Quieres bailar conmigo? —preguntó Ron con una sonrisa.

Rachel aceptó la invitación, tomando las manos de Ron.

—Pensé que nunca lo dirías, Ron —dijo Rachel, mientras ambos se dirigían al centro de la pista.

Ron colocó sus manos en la cintura de Rachel, y ella en su cuello, quedando muy cerca el uno del otro. Rachel estaba nerviosa, temiendo pisarlo mientras bailaban.

Te extrañé —le confesó Ron, sacándola de sus pensamientos.

—Yo también —respondió Rachel, sonriendo.

—No sabes cuántas veces quise enviarte una carta, pero Fred y George me detenían. No queríamos arruinar la sorpresa.

Rachel rió, sus mejillas sonrojadas. Ron sonrió al ver su reacción. Para él, Rachel era hermosa y perfecta, más allá de su apariencia física. Era inteligente, bromista, amable y, sobre todo, increíblemente hermosa.

Mientras continuaban bailando, otras parejas se unieron a la pista: Hermione y Charlie, Arthur y Molly, entre otros. Para Rachel y Ron, sin embargo, el resto del mundo parecía desvanecerse.

Rachel apoyó su cabeza en el pecho de Ron, sintiendo sus latidos suaves y rítmicos, lo que la relajaba completamente.

Me gustas —susurró Rachel.

Ron se sorprendió, buscando alguna señal que indicara que era una broma. Pero no había duda, los ojos de Rachel brillaban con amor y cariño, igual a los de él.

Ron sonrió y le besó la mejilla.

A mí también me gustas.— Se sonrieron y se abrazaron, disfrutando del momento.

—Perdón por interrumpir su burbuja de amor —dijo Fred con diversión—. Pero me gustaría bailar con mi cuñada, si me lo permite.

Rachel rió, sonrojada, y se despidió de Ron para bailar con Fred, quien le sonrió con picardía.

—Le dimos Varitaserum en su bebida, nos tenía cansados de hablar de ti sin decirte nada.

Rachel se rió, agradecida por el esfuerzo de sus amigos.

—Gracias, Freddy.

—De nada, cuñadita —respondió Fred con una sonrisa traviesa.


𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓 » 𝐡𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐩𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora