Historias sobre algunos personajes de Harry Potter.
Todos los personajes a excepción de la/s protagonista le pertenecen a J.K Rowling.
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1 en #hermionegranger | 19/08/24
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Número 12 de Grimmauld Place | Londres | Inglaterra
Era aproximadamente las dos de la madrugada, y Remus Lupin, cierto hombre lobo de expresión cansada, no lograba conciliar el sueño. Estaba sentado en la cama de dos plazas que Sirius le había asignado, su camisa abierta, su cabello algo desordenado, y sus manos cruzadas entre sí. Movía su pierna frenéticamente, un tic nervioso que había desarrollado recientemente. Las palabras de Sirius resonaban en su mente: "Es por la cercanía de la luna llena, Lunático".
Apenas faltaban cuatro días para la luna llena, pero nunca antes había sentido algo tan intenso. Según Sirius, los hombres lobo pasaban por una especie de "época de reproducción". No eran completamente animales, pero una parte de ellos sí, lo que significaba que buscaban una hembra para reproducirse, o simplemente "tener sexo, Lunático", como lo había expresado con su habitual descaro.
Remus no podía creerlo, y menos aún quería creerlo. Siempre había sido alguien reservado en cuanto a sus deseos, en parte por el miedo a lastimar a otros, y en parte porque nunca había tenido una pareja estable. Pero en esta noche, su mente no dejaba de divagar, y una imagen en particular lo atormentaba: una chica de cabello largo y rubio platinado. Rebecca Floor, su última pareja en Hogwarts. Habían sido adolescentes entonces, jóvenes e inexpertos, y aunque nunca llegaron a tener relaciones íntimas, Remus recordaba vividamente aquellos momentos de intimidad que compartieron, cuando se miraban furtivamente mientras uno de los dos se cambiaba.
Rebecca, ahora una mujer de treinta y tantos años, seguía siendo tan hermosa como siempre. Remus se sacudió esos pensamientos. ¿En qué estaba pensando? Era una adulta ahora, no una niña. Pero su conciencia le jugaba una mala pasada, con su mente y corazón urgiéndolo a actuar, mientras la lógica le decía que debía controlarse más que nunca. Además, Rebecca era parte de la Orden del Fénix. Peor aún, su habitación estaba a solo cuatro puertas de la de Remus.
Suspiró, tratando de calmar la excitación que empezaba a subir por su cuerpo. De repente, unos golpecitos suaves en la puerta lo sacaron de su trance.
—¿A esta hora? —susurró para sí mismo, levantándose y abriendo la puerta lentamente.
Del otro lado estaba Rebecca, su largo cabello rubio ahora húmedo, envuelta en una bata de baño. "Mierda."
—Hola, Remus. Sirius me dijo que estarías mal por la luna llena, y me pidió que te hiciera compañía —dijo ella, con una sonrisa amable.
"Más mierda", pensó Remus, sintiendo que la situación se complicaba.
