Historias sobre algunos personajes de Harry Potter.
Todos los personajes a excepción de la/s protagonista le pertenecen a J.K Rowling.
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1 en #hermionegranger | 19/08/24
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La mujer que entró en la sala llevaba un elegante vestido negro y una chaqueta gris. Sus largas botas negras de tacón cuadrado y su cabello, que caía en cascada por sus costados, complementaban su presencia imponente. Con los brazos cruzados y un semblante serio, ella era Eileen, una mujer de cabello pelinegro y ojos verdes y marrones debido a su heterocromía.
Al verla entrar, los dos hombres se sorprendieron. Eileen, con un bolso negro de cuero, llegó acompañada de Moody.
—Quiero presentarles a un nuevo miembro. Ella es mi sobrina, Eileen Moody.
Ella saludó con un leve gesto de la mano y se sentó al lado de su tío. Los hombres no podían dejar de mirarla. Habían oído hablar de ella en los últimos años, pues era una destacada aurora como lo fue Alastor en su momento, pero no esperaban que Dumbledore la convocara para unirse a la Orden del Fénix.
Después de la reunión, Eileen se dirigió a su habitación asignada por Sirius sin siquiera intercambiar miradas con él o con Remus, lo que los dejó algo desconcertados.
Al subir las escaleras, Harry abrazó a su padrino y miró hacia donde la misteriosa mujer se había dirigido.
—¿Quién es esa mujer?
Preguntó Harry, frunciendo el ceño en señal de confusión.
—¿No has oído hablar de ella? ¡Es Eileen Moody! La sobrina de Ojo Loco.
Los chicos conversaron brevemente sobre Eileen, y los dos hombres escuchaban atentamente. Se enteraron de que estaba comprometida con un famoso jugador de Quidditch de Rusia.
Al caer la noche, Eileen apareció en la sala con ropa diferente y el cabello mojado, evidenciando que se había duchado. Llevaba jeans negros, las mismas botas que usó durante el día, una camiseta blanca y un saco gris.
—Vamos, Lunático, no puede ser ella.
Dijo Sirius mientras discutía con Remus en la cocina, que pensaban estaba vacía.
—¿Así que me estás diciendo que es una mujer cualquiera con ojos de colores distintos que casualmente coinciden con los de Eileen, además de llevar su mismo nombre y apellido? ¿No te resulta sospechoso, Canuto?
—¿Y si fuera ella, qué harías? Ya no somos los adolescentes hormonados de antes.
—Es lo más maduro que te he oído decir en toda tu vida, Black.
Ambos hombres se tensaron al escuchar la voz de Eileen, que se encontraba en la entrada de la cocina con una taza vacía de café.
Ella les dedicó una sonrisa, la primera que les ofrecía desde su llegada a la casa de los Black.
