90 días antes de perderte.

Capítulo 8.

Alec escuchaba al chico acostado encima de él hablar y hablar acerca de como estuvo su semana. Él intentaba prestarle atención, pero por más que lo intentaba, lo único en lo que podía concentrarse eran en esos bonitos labios abultándose cuando hacía un mohín.

----... Así que mis compañeros empezaron a decirme que ellos tenían todo el derecho de hablar mal de esa chica. Y yo pensé "¿Por qué estoy rodeado de gente tan idiota"? 

El mayor sonrió. Acariciando los desordenados cabellos rubios, murmuró distraído ---- Tienes el pelo tan largo que ya podría hacerte un moño.

Su amante frunció el ceño y lo picó en las costillas---- ¿Me estás escuchando? 

Riendo, lo tomó de la cintura y lo acercó más a él. ---- ¿Cómo puedo hacerlo si tengo a esa carita  bonita tan cerca mío? 

Vio a su pequeño sonreír tímidamente ---- ¿Te gusta mi rostro?, ¿Me encuentras lindo? 

Se acercó a su nariz y la acarició con la suya, dándole un beso esquimal. ---- ¿Acaso no lo he dejado en claro? 

Aunque las mejillas del otro chico se pusieron totalmente rojas, pudo apreciar perfectamente la sonrisa coqueta que se formó en su rostro.

---- ¿Sabes que me gusta de ti? 

Alzó una ceja ---- ¿Qué?

---- Todo. Me gustan tus labios, tus ojos, tus mejillas, tu sonrisa, tu cabello. Me gusta cuando frunces el ceño y cuando me regañas porque hice una tontería. También esa cara que haces cuando te pones celoso, ¡ah! Y cuando logro avergonzarte haciendo que tus orejas se pongan rojas ---- soltó una suave risa ---- Justo como ahora.

Alec bufó ---- Eres un tonto. 

Sabía perfectamente la respuesta que le seguía a sus palabras ---- Tu tonto.

Aunque sabía que su felicidad terminaría más luego de lo que empezó, no podía cumplir lo que había prometido.

Le era tan jodidamente difícil alejarse de él.

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El ambiente se había vuelto incómodo.

Se suponía que Aván sólo iría a buscar a su primo y volver, pero ahí seguía. Esperando que Efrén o alguien más dijera alguna palabra, aunque sea de felicitación. Sin embargo, el único que le había dicho algo por su esfuerzo en la competencia era Nash. 

Thomas carraspeó, sintiéndose incómodo ---- Entonces, ¿Ya se van? 

Efrén le dio un codazo en las costillas para que no fueran tan desubicado. Él hizo una mueca por el dolor y murmuró para sí mismo "Chiquitín violento". 

---- Estaba pensando, ¿Por qué no vamos a comer los cinco? Sería divertido conocerlos más. ---- Cuando Nash dijo esto, todos se miraron incómodos. ¿Qué se suponía que estaba pensando ese chico?

Aván podía adivinar perfectamente sus intenciones, sobre todo por el guiño que le dio. Quería lograr que él y ese niño esponjoso pasaran más tiempo.

---- Estoy seguro que Hera te está esperando ---- dijo en respuesta. Nash sonrió inocentemente.

---- ¿En serio? Ni siquiera la he visto.

Seguramente sí lo hizo y pasó de ella. 

Mientras tanto, Luo miraba a todos con sus habituales ojos llenos de curiosidad. Posando sus ojos en Efrén más tiempo de lo normal, suspiró para sí mismo. "Donde quiera que esté logran que este niño bonito tenga esa cara de que hay que protegerlo."