Navidad no era para nada una de las épocas favoritas de Alec.
Mucho ruido, mucha gente caminando apurada por comprar regalos. Demasiado tráfico que desesperaba a todos y muchos familiares odiosos que venían a visitarlo. Por ejemplo, sus tíos; quienes siempre lo hostigaban preguntándole porque prefería leer libros en vez de "hacer lo normal" (osea ir a jugar con los niños de su edad), además de claro, advertirle que no sería muy atractivo para su AG si sólo era un come-libros y nerd sin gracia.
Pero había una sola cosa que lograba sacarlo de sus casillas totalmente y esa era la molesta sonrisa del niño que vivía a pocas cuadras de su casa y correteaba todo el día a su alrededor; Zack Wilson.
Habían pasado dos años desde que lo conocía. Ahora ya no era el mismo niño que lo invitaba a jugar a las escondidas todos los días, sino, un pre-adolescente que se la pasaba agarrándose de su brazo y molestándolo hasta irritarlo.
¿Por qué? Bueno, esa era una pregunta a la que él le tenía una respuesta certera. Cada vez que se acercaba al chiquillo a preguntarle, él siempre le daba la misma respuesta descarada:
"---- ¡Porque me gustas mucho!
Alec no sabía porque, pero esas palabras extrañas siempre lograban poner sus orejas rojas.
Ese chico era.... raro. Raro en la manera que siempre lograba alterarlo por completo. Incluso desde la primera vez, donde sólo tenían diez años y Zack había llegado corriendo hacia él en cuanto lo vio, alegando que era el niño más bonito que había visto y que seguramente eran pares. Tan sólo una semana después, se presentó con un par de anillos que le había robado a su abuela para pedirle que se casaran. Algo que todo su grado vio y que hizo que la directora misma llamara a la abuela de Zack para contarle las rarezas que el chiquillo andaba haciendo. Aunque todo el colegio había visto lo que el niño hacía (acosarlo) la señora sólo respondió que de seguro eran tonterías de niños y que sino, quizás y si era su AG. ¡Por supuesto que esto fue tomado como algo inaceptable! El que un niño se encaprichara con otro era un pecado absoluto y merecía la notificación al sistema, pero ni a la mujer ni a su nieto le interesaban mucho qué tan poco morales eran sus acciones.
En fin, la directora chismosa terminó por informarle la pequeña discordia al PSAG y ellos vinieron enseguida a hablar con Zack. Alec no sabía con exactitud que fue todo lo que le dijeron, pero supuso que fue una reprimenda muy tediosa ya que duró casi tres horas.
Sin embargo, el sistema no podía hacer más que eso; parlotear y parlotear de lo que estaba bien y lo que estaba mal. Después de todo, aún no eran una potencia tan grande. Sólo llevaban una década desde que iniciaron, así que su poder todavía ser cuestionado. El chico podía asegurar que en unos veinte años más, el PSAG gobernaría cada una de las acciones de la gente y sería el máximo representante de la autoridad. Pero por ahora, para él sólo eran unos cuantos charlatanes poco originales que se creían lo mejor por juntar la ciencia y el amor.
Como sea...
Alec era un chico serio pero muy inteligente y sensato. A sus doce años, ¡ya había dejado de creer en Santa Claus! Un gran logro, según él, ya que todos los niños de su edad (incluido Zack) seguían pensando que existía un viejo panzón que venía a dejarles regalos y se deslizaba por su chimenea.
---- ¿Le comprarás algo a tu amiguito, cariño? ---- preguntó su madre mirándolo con amor. Alec frunció el ceño.
Con "amiguito" se refería a Zack. Se suponía que tenía prohibido juntarse con él debido a todo el embrollo del enamoramiento, pero ella seguía pensando que sería bueno que continuaran viéndose, ya que al menos así él saldría un poco de lo habitual y podría divertirse con las extravagancias del caótico niño. A él no le hacía mucha gracia, ya que Zack siempre lograba enfermarlo (o así entendía el que siempre estuviera sonrojándose y con dolores de estómago cuando estaba a su alrededor)
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90 días antes de perderte.
Teen Fiction''---- ¡Pero yo creo que realmente me gustas!'' En un mundo donde un sistema escoge quien es tu alma gemela, Efrén se enamora de Aván. Pero hay un pequeño problema, no sólo su crush es irremediablemente heterosexual, sino que también está a punto...