"---- ¡Alec, Alec, Alec!, ¡Quiero decir tu nombre todo el día!
Alec, quien estaba sentado justo a su lado le dio una mirada de fastidio ---- ¿Por qué luces tan feliz?
El chico sonrió tímidamente, sus ojos verdes centellearon como si en ellos hubieran miles de estrellas.
---- Me costó mucho saber cual era tu nombre ¡Si le advertiste a todo el mundo que no me dijeran! ---- hizo un puchero ---- Eres muy malo.
El pelinegro bufó y le pellizcó ambas de sus mejillas. Él se quejó.
---- ¡Auch, auch, auch! Duele, duele. ¡Déjame ir!
El rostro de Alec estaba completamente serio, pero había algo en sus ojos que lo hacía lucir menos intimidante de lo habitual. Burlándose de su menor, hasta parecía querer sonreír.
---- Eres un estúpido ---- dijo alzando una ceja. Como respuesta, el más pequeño sólo pestañeó coquetamente.
---- Soy tu estúpido ---- canturreó felizmente, poniendo los labios en forma de pato y acercándose a él. Su mano le tapó toda la cara y lo alejó.
---- Te golpearé si haces eso de nuevo ---- advirtió, sabiendo de antemano que sus amenazas no tenían ningún efecto en ese travieso chico.
---- Claro, claro, ¡Dame un beso!
---- ¡No! , ¡Aléjate!
Quería golpearlo, de verdad que sí. Pero viendo aquella carita llena de inocencia, con esos ojos tan centelleantes y esa rubia y desprolija cabellera, no podía evitar sentirse acomplejado. ¿Cómo podía golpear a alguien que lucía así?
---- ¡Alec vuelve aquí! ---- oyó sus gritos una vez que corrió lejos de él ---- ¡No te molestaré más, pero vuelve!
Esperando que no lo siguiera, huyó lo más rápido que pudo. Cuando ya estuvo lejos y escondido en el baño de la escuela, miró su reflejo en el espejo y se miró a sí mismo con confusión.
¿Por qué su corazón latía tan rápido?
......... 🌦 ..........
Efrén estaba angustiado. No dejaba de mirar a Aván, quien sostenía su cabeza entre ambas de sus manos y gemía de dolor, tan adolorido que hasta derramaba lágrimas.
---- ¿A-aván, qué...? ---- balbuceó, intentando acercarse nuevamente. Más la única respuesta que obtuvo, fue un desesperado grito.
---- ¡Aléjate, no me toques!
El pequeño rizado no entendía que estaba pasando y sólo podía mirarlo con tristeza y desesperación. A su lado, Luo también observaba a Aván, pero parecía más curioso que preocupado. ¿Puede que haya empezado a recordar?
Habían también unos cuantos a su alrededor que ya se habían dado cuenta de la situación y parecían querer intervenir, pero ninguno tenía la confianza con cualquiera de esos dos chicos como para acercarse a preguntar.
Excepto uno.
---- Chiquitín, ¿Por qué...? ---- Esa voz. Thomas vino hacia él como si de un ángel se tratara y, abrazándolo por los hombros, le susurró en el oído ---- ¿Qué ocurre?
Efrén sólo pudo señalar a Aván con la mirada. Su mejor amigo siguió sus ojos y al dar con la vista de un pelirrojo pálido y adolorido, frunció el ceño.
---- ¿Y a ese qué le ocurre?
---- N-no lo sé, él....
Efrén empezó a temblar. Thomas reforzó el agarre en sus hombros y lo miró inquieto.
ESTÁS LEYENDO
90 días antes de perderte.
Ficção Adolescente''---- ¡Pero yo creo que realmente me gustas!'' En un mundo donde un sistema escoge quien es tu alma gemela, Efrén se enamora de Aván. Pero hay un pequeño problema, no sólo su crush es irremediablemente heterosexual, sino que también está a punto...