Capítulo 20.

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Efrén, en algún momento, había terminado tan borracho que ya ni siquiera podía caminar bien, Luo no estaba tan sorprendido con eso, ya que después de todo, la vez que lo conoció estaba en una situación familiar. 

Lo único que le preocupaba era no saber qué hacer con el chico. No tenía idea alguna de su dirección y definitivamente no podía llevarlo a su residencia. Su única opción debía ser Thomas, pero temía que aquel rubio lo estrangulara por haber "profanado a su adorado chiquitín". 

Mientras pensaba en alguna solución, cargaba a Efrén en su espalda. El niño balbuceaba un par de cosas lamentables y babeaba sobre él.

----- El amor... Es horrible. ¡No te enamores!  ---- decía una y otra vez, hipando---- Si lo haces, ¡pelirrojos vendrán a romper tu corazón!

---- Yo creo que depende de la persona de quien te enamores ---- respondió con una sonrisa. Efrén pareció enojarse y le dio un fuerte golpe en la cabeza.

---- ¡No!, ¡No te... ---- hipó otra vez ---- enamores! 

Aquel berrinche y actitud infantil lo único que logró fue traerle miles de recuerdos. 

Recuerdos de una cabellera rubia y unos ojos verdes. Una risa descarada y un par brazos envolviéndose  sobre él. Una persona tan parecida y tan igual a Efrén a la vez. Cuyo único pecado fue enamorarse de alguien que no debía.

---- Efrén, ¿Dónde vives? ---- preguntó, deshaciéndose de todos aquellas memorias que se escondían en lo más profundo de su mente.

---- ¡No me lleves-..  ahí!, ¡¡¡El hombre malo se enojará!!! ---- Ante la extraña respuesta, frunció el ceño. ¿Quién exactamente era el hombre malo? 

---- Pero sino es en tu casa, ¿Dónde piensas dormir? 

---- ¡Con mi mejor amigoo! ---- exclamó el chico, alargando la "o" ---- ¡Él si me quiere!

La vida de Efrén parecía ser muy triste. 

Mordió su labio, debatiéndose si debía o no resignarse a ser estrangulado. En eso estaba cuando oyó una cantarina voz gritando en su dirección:

---- Eh, ¿El niño bonito?, ¿Qué hace aquí y así...?

Nash.

Luo por fin sintió que el destino estaba ayudándolo.

El modelo estaba agarrando la mano de una chica pelirroja, quien también los miraba haciendo una mueca extraña. Atrás de ellos, venía una cara seria y inexpresiva, usando una gabardina verde y sosteniendo un par de bolsos de compras, era ni más ni menos que Aván.

Aván, el mismísimo chico que días atrás rompió el corazón de Efrén. Sería un gran desalmado si dejaba al niño en sus manos.

Pero no tenía opción... 

---- Estuvimos bebiendo un poco y terminó así... ----- dijo, poniendo la mejor expresión culpable y inocente que se le pudo salir. Efrén ni siquiera se había dado cuenta de que tenían más personas con ellos, ya que estaba demasiado ocupada jugando con su cabello y babeándolo. 

---- Tu cabello.. ---- soltó un hipo ---- es muy lindo...  ---- volvió a hipar  ----  ¿Por qué... no me lo das?

Nash sonrió con ternura y miró al esponjoso niño con adoración, haciendo que Hera arrugara el entrecejo y se preguntara quienes eran ambos chicos. 

---- ¿Y qué harás?, ¿Lo llevarás a su casa? ---- habló Aván por primera vez. Fue ahí cuando el rizado en su espalda puso por primera vez atención a el trío. Enfocó los ojos para detectar de quien provenía esa voz tan conocida... 

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