Efrén a veces pensaba que tenía muchas anécdotas tristes para contar, y la que ahora tenía en mente era una de las que más le entristecía.
Todo comenzaba cuando él era más pequeño. Como el niño invisible y poco querido que era, él debía buscar consuelo en algo que lo sacara de su tormentosa en mente por unas horas. Después de buscar y buscar distintos pasatiempos, terminó encontrando esa distracción que tanto anhelaba en los cuentos.
Comenzó leyéndolos a los once años, enamorándose de cada una de las cortas historias, degustando cada letra y haciendo pucheros cuando las terminaba. Le gustaba tanto leer que se pasaba la mayoría de sus días enterrando su nariz en los libros. A veces, sin que siquiera tuviera un libro en sus manos, cerraba los ojos y se imaginaba las historias que leía.
Hasta que un día, su imaginación lo llevó más allá y comenzó a crear las suyas propias.
Esta vez, cuando sus ojos se cerraban, ya no veía personajes ajenos ni escenarios creados por desconocidos, ¡ahora podía visualizar mundos que él mismo había hecho!
Rebosante de felicidad, tomó papel y lápiz y empezó su primera creación. Al poco tiempo descubrió que no era tan fácil como él creía: el tan preciado cuento que quería crear era un enredo de palabras mal escritas y incoherencias. Sin embargo, decidió no rendirse y con bastante práctica y esfuerzo fue mejorando (o eso quiso creer). Una calurosa tarde de verano en la que Peter había estado de cumpleaños y él estaba aburrido de que todos en esa fiesta lo ignoraran , lo traspasó en su computador y lo publicó en línea con un vergonzoso seudónimo hecho por un niño de ya doce años. Aún podía recordar ese día; como su corazón latía fervientemente en su pecho y la frente le sudaba antes de dar click al botón de "publicar".
Pasaron días sin que alguien viera su pequeño cuento o le diera un vistazo a su página. El pequeño Efrén se sintió muy desanimado y estuvo a punto de borrar todo y echarse a llorar, pero pasó el llamado "gran suceso"....
Llegó el primer comentario de un lector.
¡Nunca antes se había sentido tan ansioso como en ese entonces!
Estuvo viendo su notificación con ojos pasmados, casi sintiendo que se desmayaría. ¡¡No quería ver!!
Dio vueltas en su cama una y otra vez, gimiendo en voz baja y tapándose el rostro, pero tuvo que sacar fuerzas de quien-sabe-donde y apretar el comentario.
Era una pequeña oración, muy simple y corta, pero a Efrén se le llenaron los ojos de lágrimas: ¡Me gustó mucho!, ¿Seguirás escribiendo más cuentos?
El cuento que escribió Efrén se llamaba "La historia del niño de hielo y la niña con estrellas en sus ojos", era por supuesto, un escrito infantil y lleno de incoherencias infantiles que sólo podían salir de la cabeza de un niño de doce años, pero justo en ese momento, se sintió como si fuera su mayor logro.
Después de ese primer lector, llegaron unos cuantos más que apreciaban su trabajo y le decían que continuara escribiendo cuentos. Esa fue la primera vez que Efrén no se sintió invisible.
Sus hermanos podían tener músculos, chicas que lo deseaban y toda la atención de sus padres, pero Efrén tenía este inusual talento y era suyo. De nadie más. La gente que leía sus cuentos lo apreciaba, lo veía. Había alguien allá afuera que estaba apreciando algo hecho solamente por Efrén y se lo estaba haciendo saber. ¡Ya no era ignorado!
Sin embargo... la felicidad fue tan efímera que aún es capaz de saborear ese gusto amargo en la boca.
Tanto sus padres como sus hermanos concordaban en que Efrén últimamente andaba en las nubes y que pasaba demasiado tiempo pegado a su computador. En un principio, creyeron que el niño tenía novia y ya estaban comenzando a regañarlo y a darle la charla de "debes esperar a tu AG". Pero después de todas las veces que el rizado negó fuertemente con la cabeza y juró que estaban equivocados, lo dejaron en paz. Efrén se sintió muy aliviado y siguió concentrándose en el nuevo cuento que estaba escribiendo, sin tomar en cuenta la clase de hermanos que tenía.
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90 días antes de perderte.
Novela Juvenil''---- ¡Pero yo creo que realmente me gustas!'' En un mundo donde un sistema escoge quien es tu alma gemela, Efrén se enamora de Aván. Pero hay un pequeño problema, no sólo su crush es irremediablemente heterosexual, sino que también está a punto...