Capítulo 17.

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---- ¿Crees que soy irritante? 

Ante la voz acomplejada de Zack, Alec sonrió muy pequeñamente.

---- Sí. 

El rubio arrugó el entrecejo y lo golpeó en el estómago.

---- Te odio.

Él no pudo evitar reír ---- ¿Qué?, ¿Por qué te molestas porque soy sincero? Te conozco hace bastante tiempo y sé cuán molestoso puedes llegar a ser.

---- ¡Entonces por qué sigues aguantándome! ---- Zack se cruzó de brazos y hizo un pequeño puchero, siendo el mismo niño escandaloso y exagerado que siempre era. Alec se acercó y besó su nariz. 

---- ¿No es obvio el porqué?

---- ¿Por qué me amas? ---- Olvidándose totalmente de su enojo le preguntó, mientras pestañeaba coqueto y lamía sus labios. Alec no pudo evitar el seguir molestándolo, disfrutando para sí mismo de esa faceta infantil y consentida del chico.

---- Nop, porque incluso si no quisiera aguantarte, tú seguirías pegado a mí como chicle.

---- ¡Maldito!

Zack estuvo a punto de irse del salón, pero Alec lo tomó de la cintura y lo acercó a él. Mirando inconscientemente a todos lados, ya que sabía que si alguien los veía los delataría y tendrían que volver a separarse. Los maestros ya sabían que tenían prohibido el andar juntos en la escuela.

---- Ya deja de molestarte y dame un beso. 

Como respuesta, el otro selló sus labios y lo miró mal ---- ¡No, nunca más besarás estos codiciados labios! 

Sorprendiéndolo, Alec le dio un pequeño beso en la mejilla.

 ---- Siempre tendré otra parte de ti qué besar.

El más pequeño tuvo que morder sus labios para no dejar ver su sonrisa.

---- ¡Nunca me dejas enojarme contigo!

Los dos chicos siguieron disfrutando el corto rato que tenían para estar juntos. Ajenos que afuera del salón, habían dos pares de ojos que trataban inútilmente de contener sus lágrimas y los observaban fijamente.

Ajenos a que, ese dolor que había en aquellos ojos también estaban llenos de algo más.

Ese sentimiento maldito que los llevaría a su perdición.

El enojo.

......... 🌦 .........

Efrén estaba en un dilema.

Quería ofrecerle panqueques a Aván y Nash (antes de que su mejor amigo se los acabara todos, ya que todo el camino había estado comiéndoselos sin siquiera importarle que los demás lo miraran como si quisieran también) pero, se sentía demasiado tímido como para hablar y si se movía para tocar a Thomas, Aván soltaría su mano.

¡Esta era una oportunidad única!, no podía desperdiciarla así como así.

Había estado todo el camino mirando como sus manos se veían tan bien juntas. Ni siquiera se movía por miedo a que su crush lo dejara ir. Se preguntaba como sería andar por las calles de esta forma, con sus manos sosteniéndose y sonrisas en ambos rostros. O con los brazos de Aván sobre sus hombros o acariciándole la cintura. Anhelaba que algún día esto fuera posible, pero sabía muy bien que esto sólo podía pasar en sus más bonitos sueños. De todas formas y aunque (imposiblemente) Aván correspondiera sus sentimientos, si la gente los veía tan cariñosos, se escandalizarían y comenzarían un revuelo. 

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