STRONGER |Harry Styles|

Prólogo

5 de diciembre, 2004 

La tarde estaba lluviosa en la ciudad de Georgia.
En la escuela primaria se llevaba acabo el gran festival de fin de año. La maestra de primer grado le había otorgado el 'papel principal' de la obra "La Sirenita" a Holly Stewart, una niña simpática, humilde y muy, pero muy tímida.

A gran diferencia de los otros niños, la pequeña Holly traía un disfraz, hecho simplemente a mano, con retazos de las humildes prendas que su familia podía brindarle. Sus compañeros se burlaban mucho, causando que ella se paralice frente a todo el público en plena obra. Todos comenzaban a reírse, aunque la gente lo hacía por ternura, sus  compañeros sólo querían burlarse y hacerla quedar en ridículo, frente a todos. 

Ella no lo pudo soportar un segundo más y salió corriendo tras sentir todos los ojos encima de ella y la sensación de que su rostro ardía en llamas por la vergüenza. Llorando sin consuelo se halló en uno de los rincones de su enorme salón. 

Su hermana Sophi, quien la miraba desde el público, salió tras ella casi al instante, al llegar al salón se encontró con su pequeña en el suelo, con sus piernas arrolladas, sus brazos sobre las mismas y la cabeza hundida en su hueco. Se acercó y se arrodilló a su lado, acariciando su cabeza con una sonrisa en sus labios.

—Pitu, no hagas caso, linda.— dijo llamándola por su apodo y buscando su mirada. 

—¡Ya no lo soporto! Siempre es igual, estoy harta de que esos niños me molesten. Tú no sabes nada. No sabes todo lo que vivo aquí dentro, mi vida apesta Sophia. ¡Toda mi puta vida apesta!— exclamó la niña, secando sus lagrimas bruscamente con su brazo izquierdo.

Las claras palabrotas de la pequeña, sorprendieron por completo a Sophia, aunque sonrió haciendo una mueca de asombro con sus labios a la vez.

—¡Bien!— exclamó aún sonriendo. —No quiero volver a oírte decir esas groserías, ¿me oíste?— regañó intentando ser seria.

—Lo siento.— apenas pronunció Holly, cabizbaja.

—Pitufina...— soltó un suspiro cansado. —Yo sé que es duro, pero piensa en esto; la vida te pone barreras..— sonrió. —Tu único reto es destruirlas..— le aconsejó mientras despeinaba su cabellos.

—Ese consejo es una mierda.— Holly entrecerró sus ojos.

—¡Eph!.. ¿que te dije?— pronunció Sophi, con sus ojos abiertos con gran amplitud, fulminándola con la mirada.

—Lo siento.— repitió la pequeña entre risas.

—Pues será lo que será, pero sirve. A mí me sirvió, muchachita insolente.— Sophia terminó su oración y se levantó, mientras que a la vez, ayudaba a su hermana a levantarse. —Y, ¿cuál es la única manera de destruir esas barreras?— se preguntó, para luego contestar ella misma. —Demostrando que eres fuerte, y yo sé que tú eres fuerte. Así que ahora ve y demuéstrales a todos esos, que lo eres.— finalizó con una sonrisa, acariciando su mejilla.

 
Disfrútenla...

Att: Lou.