𝑩𝒖𝒃𝒃𝒍𝒆𝒈𝒖𝒎 𝑩𝒊𝒕𝒄𝒉-𝐹𝒾𝓃𝓃 𝒲𝑜𝓁𝒻𝒽𝒶𝓇𝒹

19.- Rich Girl

Narra Sophia

Nos subimos al auto de _____ la cual tenía un chofer particular que llegó en minutos de que ella le hablara para recogernos.

Al hacer este intercambio en esta escuela privada, supe que en algún momento me relacionaría con "niños ricos" pero jamás como ______, pensé que todos eran tontos. Pero ella tenía algo especial. Obviamente aprovechaba su dinero, solo tenía que voltear a ver su vestido y tacones para saberlo.

Si yo fuera una niña rica haría mil cosas con ese dinero y ese poder. De cierta manera idolatro a ______, sus expresiones, su manera de hablar y de caminar. Esas cosas que solo tienes cuando creces en este ambiente. Si yo fuera una niña rica sería como ella, ningún hombre podría intimidarme o hacerme menos, no necesitaría que la gente pague mis cuentas, no me tendrían respeto por lástima si no por miedo. Sería tan segura de mi misma como lo es ella, tan segura de lo que soy y de adonde voy.

Al llegar ordenamos unas hamburguesas y nos sentamos.

—¿Que tanto me miras?–dijo ______ riendo un poco.

—Nada, es sólo que tienes actitudes muy diferentes a las que acostumbro.

—¿A que te refieres?,¿Soy odiosa?–dijo con disgusto en su rostro.

—No, no en lo absoluto.

—Es que dijiste que diferentes a las tuyas y tú eres un amor–dijo tomando mis manos con cariño.

—A eso me refiero, dices lo que piensas sin esperar consecuencias, como si todo estuviera arreglado, eres muy segura de ti misma... me gusta eso.

—Bueno, a mi me gusta tu perdonadas de niña tranquila y estudiosa, creo que es tierna.–dijo para después reír.

Después de eso, comimos y platicamos un poco de nosotras. Llegamos a su casa y al subir a su habitación mientras ella veía su celular recostada en la cama. Yo miraba su cama con curiosidad.

Tiene tantas cosas, trofeos, ropa, joyas.

—Tu papá debe quererte mucho.

—Lo hace, aunque no seamos Yam cercanos.

Me quede mirando un cardigan que tenía entre toda su ropa, malditasea yo no pude comprarlo por lo caro que es.

—¿Te gusta?, dijo acercándose a mi.

—No, yo solo veía.

—Oye se muy bien cuando la gente miente. Toma pruébatelo.

Me lo puse y me miré frente al espejo y una gran sonrisa que no pude esconder apareció en mi rostro.

—Es tuyo quédatelo–dijo volviendo a recostarse.

—No, descuida solo pienso que es lindo.

—¡Sigues mintiendo!–dijo desde su cama. —Vamos llévatelo, solo lo use una vez, se te vería mucho mejor a ti.

Si, definitivamente me gustaría ser como ella.

—¡Gracias!–dije corriendo a abrazarla.