1. Felices

675 75 98
                                    

Hola, mi nombre es Mikey Way, espero estés cómodo, porque esta historia es un poquito larga y espero no termines llorando, pero no te culpo, cuando yo recuerdo esta historia me pongo muy triste y decepcionado de algunas personas, pero, mejor comencemos.

Fue hace 25 años, cuando yo tenía 23 y mi hermano, Gerard Way, tenía 25. Un día llegó Gerard a casa y estaba tan emocionado, sus ojos brillaban y su sonrisa era muy grande. Aún lo recuerdo...

¡Mikey! Hoy es el mejor día de mi vida– sonrió.

—¿Qué pasó?

—Frank aceptó, ¡Frank aceptó!, ¡nos vamos a casar!– saltaba de emoción, estaba muy contento.

—¡Wow! Sabía que aceptaría, pero ven, cuentame todo– sonrió y subió a su habitación.

Gerard hablaba y hablaba, decía que Frank era muy lindo, que lo trataba bien, era tierno y por sobre todo, lo amaba. Yo estaba feliz por él, por los dos, Frank era como un hermano para mí, y el hecho de que ame tanto a Gerard me hacia feliz, muy feliz.

—Tranquilo Gerard, solo respira hondo y tranquilizate.

—No puedo Mikey, es hoy, ¡por fin! Estaremos juntos para siempre y me levantaré todos los días a su lado y y y haremos muchas cosas– sus ojos brillaban.

—Me alegro mucho, también me alegro de que ahora Lindsey dejará de estar detrás de tí– rió.

—Si Frank no estaría conmigo me iría con ella, pero que mala suerte tiene, porque Frank existe– ambos rieron y Mikey se acomodaba la corbata.

Recuerdo el día de su boda, ambos estaban felices, Gerard estaba nervioso al igual que Frank, el pequeño Frank.

—Por favor, Frank Iero, lea sus votos.

—Si...– se aclaró la garganta– Hoy es un día muy especial, es mi boda con el hombre que siempre he amado, y siempre amaré, a pesar de las enfermedades o los malos momentos, yo estaré contigo Gerard, porque te amo y nunca amé tanto a alguien como te amo a ti, prometo siempre estar contigo en los buenos y malos momentos, fuimos hechos el uno para el otro y se que cuando dejemos este mundo, nuestras almas volverán a encontrarse y volveremos a amarnos– lo tomó de las manos y puso el anillo.

—Ahora usted.

—Yo...– sacó un pequeño papelito que tenía en el bolsillo– Yo prometo amarte siempre, eres lo más importante para mí, estaré contigo hasta que ambos seamos viejos y al menos nuestros hijos sean profesionales y estén casados– río–  moriremos juntos, estaremos juntos, para siempre– sacó el par del anillo y se lo puso a Frank– Te amo.

—Bueno, antes de unir a esta pareja, quiero saber si alguien se opone, que hablar ahora o calle para siempre– miró a todos ahí en la iglesia– como nadie dice nada, los declaró marido y... Marido, hasta que la muerte los separe. Puede besar al novio– dijo y ambos estaban ya besándose.

Todos comenzaron a aplaudir y gritar felicitaciones, todos sonreían, todos eran felices, Gerard existía, Frank existía. El amor entre ellos existía.

Dulce Pez «FRERARD»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora