23. Un traje y unos brillos

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Esta vez no quise cocinar ni nada de eso. Me acosté en la cama mientras veía jugar a Frank.

—Boo...– dijo mirándolo con una sonrisa– ¿Cuándo podemos ir a la feria?

—¿Qué feria pequeño?

—Es que... Cuando estábamos viniendo, escuche que habrá una feria grande, quiero jugar, quiero ir, ¿Podemos ir?– sonrió.

—Oh, pequeño, dejame veo donde es y prometo llevarte.

—¡Sii! En la Feria dijeron que habrá un show de peces, ¡y que también veremos sirenas!– rió y siguió con sus juguetes.

—Prometo que en cuanto arregle todo esto te llevo, te gustan muchísimo los peces pequeño.

—Aja, me gustan– sonrió– ¡Quiero ir con Gee también!

Yo solo me quedé callado, ¿Cómo podía explicarle a un pequeño como él que Gerard no lo quería? Gerard no pensó ningún momento en Frank, en como se sentiría, mi hermano era distinto, pero lo que menos creí era que rechazaría de tal forma a Frank.

Solo le sonreí y le dije que lo pensaría, tenía muchas cosas en que pensar.

—¡Mikey!· se escuchó un grito en la parte de abajo– ¡Ven y trae a Frank!

Era Gerard, decidió bajar solo. Al llegar a la planta baja vio a Gerard junto a un hombre con traje.

—Mira... Él es Nick, el abogado Nick, él solo trajo los papeles para que Frank los firme y ya todo estará listo.

—¿Papeles de qué?

—El divorcio– se cruzó de brazos– ya te lo dije y estuve en eso, trae a Frank y que firme.

—No puedes hacerle esto, t-tú dijiste...

—¿Qué dije? Por favor Mikey, no te hagas al lastimado, no me estoy divorciando de tí, tú seguirás siendo mi hermano.

—¡Pero dijiste que amabas a Frank!

—Son simple palabras, cinco letras y ya, quiero hacer esto rápido, vé por él.

—E-está durmiendo, mejor que sea otro día– dijo acomodando su cabello.

—¡Maldita sea!

Gerard estaba molesto, pero aún molesto se fue con ese abogado, esto iba a ser fácil porque Frank estaría de acuerdo, ya que el no sabía que estaba pasando y firmaría sin pensarlo.

Quería solucionar esto, quería de alguna forma hacer que Gerard ame otra vez a Frank. Aunque tarde mil años en lograrlo.

Gerard volvió después de llevárselo, solo me miró algo molesto y se fue a su habitación.

—¿Por qué estás haciendo esto Gee?– dijo apunto de llorar.

—Mikey, no entiendo porque lo defiendes tanto, él no es tu hermano.

—Es mi cuñado, y después del accidente tú solo haz estado empeorandolo todo, ¿No puedes intentar amarlo?

—No– dijo volteando a ver a otro lado.

—Él te quiere Gee, deberías intentar ser bueno con él– dicho esto salió de aquella habitación.

Dejé a Gerard pensando, cerró la puerta cuando me salí y me dirigí a donde Frankie estaba.

—Pequeño, iremos a comer, ven, vamos a cambiarte– tomó su mano y lo hizo sentarse en la cama.

—¿Iremos con Gee?– dijo con sus ojitos casi brillosos.

El brillo completo de sus ojos desapareció después de lo que Gerard hizo, aún brillaban un poco, pero... Solo un poco.

Dulce Pez «FRERARD»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora