18. Mi libro y mis peces

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Y-yo fui a comprar cosas para la casa, yo solo fui a eso, no quería demorar pero eran muchas cosas, maneje lo más rápido posible y entré muy rápido a comprar todo. No me gustaba para nada el cambio de actitud de Gerard, pero no tenía con quién dejar a Frankie.

Compre vegetales, algo de carne, jamón y queso, también compré café y chocolate en polvo.

Después de escoger algunas cosas más me dirigí a la Caja y para mi mala suerte, la persona que tenía que cobrarme tardaba muchísimo.

Estaba desesperado, tardó como diez minutos en contar todo y en poner todo en una bolsa, le pagué y salí corriendo hacia el auto, dejé las cosas con cuidado y me subí para manejarlo.

Acelere y cuando llegué a casa todo era un desastre...


¡Gerard! ¡Frankie!– gritó pero nadie respondió.


Subí rápidamente a la habitación de Frank pero no estaba ahí, me dirigí a la habitación de Gee pero... Tampoco estaba ahí.

—¡Fraaank!– buscó en la cocina– ¿Fra-Frankie dó-dónde estás?– las lágrimas comenzaban a caer.

Me dirigí al pequeño jardín y tampoco estaba ahí, por último fui al baño de arriba y ahí estaba Frank, en la tina llena de agua, su cara estaba tapada por sus piernas y estaba... Estaba llorando. Al igual que yo en ese momento, al igual... Al igual que yo ahora mismo.

—¿Pequeño? ¿Qué te pasó? ¿Por qué todo está así? ¿Dónde está Gerard?– preguntó acercándose y levantandole el rostro.

—Yo... Yo solo hice caso a Gee– se escuchaba su voz muy rota.

—¿En qué le hiciste caso?– estaba preocupado.

—Me dijo que no te dijera, porque...

—¡¿Qué te dijo?!– lo tomó de las mejillas y le limpio las lágrimas– ¿Qué te hi-hizo?

—Na-nada– sonrió en medio de las lágrimas y tomó la mano de Mikey– solo que Gee rompió mi libro y mis peces ya no están dentro su pecerita– comenzó a llorar de nuevo– mis peces se murieron– las lágrimas caían por su rostro.

—Pequeño... No te preocupes ¿Si?– trató de mostrar su mejor sonrisa– Voy a comprarte el mismo libro y si quieres también te compro el tomo dos y tres, tendrás un pez más y todo estará bien ¿De acuerdo?· lo abrazó, no le importa estar mojado.

—Si... Todo estará bien– rió– Te quiero Boo.

—También te quiero Frankie, ven, sal de ahí, iremos a ordenar todo esto y luego tienes que contarme que te hizo Gerard.

—Nada, solo eso...

—Frank, tienes que decírmelo, yo hablaré con él– dijo ayudándolo a salir de la tina.

—¡No! ¡No le digas que yo te dije! ¡Dijo que no te dijera! ¡No! ¡No! ¡No! ¡Noooo!– tapó sus oídos.

Estaba preocupado, estaba muy asustado, pensaba en mil cosas que podía haberle hecho Gerard a Frank, no sólo lo había dañado emocionalmente, también físicamente. Tenía algunos moretones en los brazos y en las piernas, lo noté cuando lo ayude a cambiarse de ropa.

Él lloraba más por sus peces y su libro, después lo lleve al sofá de abajo y lo acosté ahí con una manta, estaba abrazando su peluche de pez. Lo dejé viendo dibujos, ya estaba algo calmado.

Yo fui a bajar las cosas del auto y a ordenar todo el desastre.

Esta bien, rompió su libro, mató a sus peces, pero... ¿Qué le hizo? ¿Era tan grave como para amenazarlo y decirle que no me avise?

Pensé en muchas cosas, quería agarrar mis cosas e irme con Frank, quería que fuera feliz, pero no, aún estaba casado con Gerard y no podía dejarlo. Gerard era muy malo, lo acusaría de abandono de hogar o haría otras cosas, solo por dañarlo. No quise pensar en esas cosas, solo quería ver a Frank feliz.

Tenía que hablar con Gerard, tenía que hacerlo y quedar en algo, mientras preparaba el almuerzo no paraba de pensar en aquello que habia hecho Gerard.

Dulce Pez «FRERARD»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora