11. Desayuno

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Recuerdo que al día siguiente, Frank se levantó muy temprano, decía que quería hacerle el desayuno a Gee. Yo estaba feliz por él pero quería ver la reacción de mi hermano.

Le había hecho una taza de café (con mucha azúcar porque a Frank le gustaba) y le había preparado un sándwich de queso con jamón, se veía muy tierno intentando llevar aquel plato y aquella taza a la habitación de Gee. Tocó la puerta y...

—¡Gee!– rió bajito– ¡Miraaa!

—¿¡Qué quieres!? No quiero nada tuyo– dijo detrás de la puerta.

—Por favor... Te traje café.

Entonces Gerard no podía dejar pasar ese café, realmente lo necesitaba. Lo pensó un momento, luego entre abrió la puerta y asomó mitad de su rostro.

—Solo quiero el café– dijo algo nervioso.

—¡Siii!– le dió el café.

Gerard lo tomó y al instante lo escupió.

—Odio el café con mucha, mucha azúcar, ¡Y tú más que nadie lo sabía!– cerró la puerta con fuerza y Frank solo estaba parado ahí, mirando la puerta de Gerard.

—¡De nada! Estaba muy rico– rió bajito.

Era increíble como Frank podía darle un modo positivo a las cosas.

Gerard le cerraba la puerta, Frank feliz.

Gerard lo ignoraba, Frank feliz.

Gerard era malo con él, Frank... Feliz.

Después de ver esa tierna escena, pero también triste, decidí bajar a la cocina, para encontrarme con un desastre total, el pan estaba por toda la mesa, el queso era pequeño, Frank había puesto mucho queso en aquel sándwich. Y el jamón, ya no había.

Solo reí porque se me hacia lindo que Frank haya intentado hacer algo lindo para Gee, pero me sentía mal porque Gerard solo lo había rechazado, diciendo que odiaba ese café.

No ví a Frank después de eso, solo lo escuché dirigirse a la habitación, ahora yo le llevaría el desayuno a él.

—Frankie, no te pongas triste, solo que Gee es un poco... Seco– miró preocupado a Frank.

—¿Es como una planta?

—¿Qué?

—Dijiste que era seco, ¿deberíamos darle agua para que no sea así?– sonrió.

—No, Frankie, no me refería a eso, pero bueno, desayuna, por hoy... No estaré en casa, tengo que arreglar algunas cosas ¿Si?– hizo una sonrisa forzada– volveré luego, hoy te quedarás al cuidado de Gee.

—¿Gee va a jugar conmigo? ¡Siii! ¡Es el mejor día de mi vidaaa!– gritó.

—Eh... Pero debo decirle, no te le acerques mucho pequeño, esta un poco triste, si, eso.

—Oh– sonrió– Está bien, voy a ver mi libro ¿Me puedes comprar otro?

—¿Tan rápido lo terminaste de leer pequeño?

—Si... Solo si puedes, es que me gustan los libros– miró feliz a Mikey.

—Voy a intentarlo, pero por ahora desayuna y yo iré a alistarme– dijo para así retirarse.

Me acerqué a la habitación de Gerard para decirle que hoy dejaría a Frank a su cuidado, pero cuando toqué la puerta el no contestó, insistí mucho pero cuando abrí la habitación, Gerard no estaba ahí.

Dulce Pez «FRERARD»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora