21. ¿Yo soy un Dulce Pez?

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Pasaron los días y yo no tuve tiempo de comprarle un pez a Frank, cada día me lo pedía pero yo no tenía tiempo, tenía que cuidarlo y hacer otras cosas.

Tenía que arreglar lo de la boda y lidiar con Gerard todos los días.

Un día llegó diciendo que los papeles del divorcio estaban cerca, que ya pronto dejaría a Frank y sería feliz.

Ningún momento quiso hablar sobre como ayudar a Frank o sobre como tratar de llevarse bien con él, solo decía cosas feas y se reía de todo lo que hacía.

Yo pensaba mucho en ir a un psicólogo junto con Gee y Frank, ya que el doctor había dicho que uno de los mejores tratamientos era hablar, osea... Con un psicólogo y entender mejor todo esto.

Gerard no quería y Frank quería sus peces.

—¡Yo quiero peceeees!— pataleaba el sofá de la sala.

—Ahora no tengo tiempo de comprartelos, mañana, esta vez te lo prometo Frankie, iremos juntos y te escogerás un pez y dos libros ¿Está bien?– dijo desde la cocina.

—¡Noo! ¡Yo quiero mis peces ahora mismo!– lloraba y Mikey no podía con tanto escándalo.

—¡Frank! Solo te pido que esperes a mañana.

—¡Nooo!– tomó los adornos que estaban encima la mesa frente a él y los botó por toda la sala– ¡Quiero a mis peceeees!– lloraba.

Yo me estaba volviendo loco, Frank hacía mucho berrinche, y yo a veces no tenía tiempo para estar atendiendolo, porque siempre solía molestar cuando yo estaba haciendo algo para él.

—Frankie, pequeño, mañana, por favor– dijo sonando cansado.

—¡No! ¡No! ¡No! ¡Noooo!– sus llantos se escuchaban en toda la casa.

Entonces, solo limpie el sudor que estaba en mi frente y tomando las cosas con calma me acerqué a Frank y lo abracé.

Ve a ponerte un abrigo y trae tu peluche favorito, iremos ahora– dijo tratando de sonreír.

—¡Siii!– corrió a su habitación secando sus lágrimas.

Solo hice lo que se me ocurrió, Frank podía ser insoportable algunas veces, pero otras era realmente un niño muy tierno y lindo, aunque en parte fue mi culpa, yo prometí comprarle esos peces hace unas semanas y no lo hice, de alguna forma esos peces eran terapia para él.

Bajó muy rápido y se fue a la puerta, me sonrió y juntos nos fuimos al auto, cuando estábamos a medio camino le pregunté porque le gustaban tanto los peces.

—Es que los peces son libres en el agua, los peces no sufren, los peces no están enfermos, los peces son lindos, los peces son de colores, los peces son azules, los peces son naranjas, los peces tienen una boquita graciosa– rió– lo peces son dulces.

—Como tú pequeño, son "Dulces Peces"

—¿Yo soy un "Dulce Pez"?

—Si, eres mi pequeño "Dulce Pez" Eres la razón de mis alegrías y tristezas...

—¿Por qué tristezas?– miró a Mikey abrazando fuerte su peluche "Gee"

—¡Porque me haces gastar todo el dinero que tengo en tus hermosos peces!– dijo sonando gracioso.

—Pero me quieres ¿Verdad Boo?– sonrió y miró a Frank con sus ojitos no tan brillosos.

—Claro que si pequeño, te quiero muchísimo.

Dulce Pez «FRERARD»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora