9. Kristin

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Yo ya no conocía a Gerard, era muy diferente, era como si me hubieran cambiado de hermano.

Después de hacerle el desayuno a Frank llamé a Kristin, no sabía nada de esto y necesitaba hablar con ella.

Cuando llegó saludó a Frankie, aún no lo notaba.

—Buenos días Mikey, amor, ¿Por qué la urgencia de venir tan rápido?– sonrió.

—Tengo que hablar contigo sobre un tema un poco delicado– dijo levantándose y dirigiéndose a Frank– Frankie, ve a traer tu libro de peces, vamos a leerlo juntos.

—¡Siii!– se levantó y corrió, pero paró en seco al notar la presencia de Gerard, entonces caminó despacio.

—Frank tuvo un accidente y ahora tiene... Retraso mental, pero él está bien ¿si? Es solo como un niño ahora, es solo eso, y ahora me quedaré a cuidarlo y quizá no podamos vernos mucho– agachó la cabeza.

—Oh, Mikey, cariño, no te preocupes, si quieres puedo venir algunos días a ayudarte con Frankie y podemos salir– sonrió.

—¿Me ayudarías con Frankie?– miró emocionado a Kristin.

—¡Sii! Me gustan los niños– río– y Frank se ve amigable.

Dicho eso, Mikey estaba contento, tendría el apoyo de su novia y no estaría solo en eso...

Frank bajó muy feliz con su libro y miraba a Mikey.

—Entré como la Pantera rosa— rió– nadie me notó.

Kristin rió por lo bajo y se acercó a Frank.

—¿Quiéres que leamos juntos el libro pequeño?

Miró a Mikey y este asintió, Frank se acercó a Kristin sonriendo.

Kristin era muy dulce con Frank, aquel día se quedó cuidandolo mientras yo ordenaba la casa y me acomodaba en el "cuarto de huéspedes" Frank se quedaría conmigo, no quería dejarlo con Gerard.

Gerard, al parecer no queria hablar conmigo, se quedó encerrado en su cuarto y cuando le llevé algo de comer no contestó.

Estaba molesto y no lo entendía, no era culpa de Frank, no era culpa de nadie, pero al parecer Gerard lo veía de otra modo.

Cuando llegó la noche, Kristin tuvo que irse, Frank le dio un beso en el cachete y le dijo que volviera pronto, es que... Dios mío, era tan pequeño y tan indefenso, realmente era muy tierno, Kristin también lo quería, si, lo quería.

+

Pasó una semana y Gerard casi no salía de su habitación, ya recibía la comida que le dejaba pero no quería hablarme. Mientras tanto, Frank solo hacia algunos berrinches y me pedía que le comprara juguetes de peces, a él, realmente le gustaban mucho los peces.

Entonces cuando se durmió salí lo más rápido posible, al volver traía unos peces pequeños, muchísimos. Estaba feliz porque sabía que le gustaría. Entré a casa y todo estaba en silencio, había salido y todo estaba como lo dejé, me hubiera gustado salir otras veces y seguir encontrando la casa de ese modo.

Dulce Pez «FRERARD»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora