MÍA.
La baja temperatura calaba mis huesos, una leve brisa se alzó, causando que las hojas otoñales tiradas en el suelo salieran volando cual confeti, algunas iban a parar en la superficie de la laguna en frente del banco donde nos encontrábamos Levi y yo. La tarde apenas daba comienzo, por lo que el sol brillaba y su luz atravesaba las nubes que cubrían de manera parcial el cielo.
En el centro se situaba la estatua de Livia. Para quienes vivíamos en la ciudad desde hacía años, era una costumbre divertida relatar la historia de Livia y ver las expresiones de los extranjeros. La forma de reaccionar variaba bastante al llegar a la parte donde se narraba que la mujer era en realidad una viuda y que el agua que alimentaba la laguna provenía de sus lágrimas. Por mucho tiempo se creyó que la leyenda era cierta, incluso aparecieron quienes afirmaron haber visto a su espíritu deambular por el parque mientras arrastraba cadenas ajustadas en su vestido gastado y sucio, pero yo no creía ni una palabra.
Para conveniencia tanto de Levi como para mí, el sitio quedaba a pocas calles de nuestras casas.
La cabeza me palpitaba y en mis oídos escuchaba un pitido como el que se hacía presente en los hospitales cuando una persona fallecía. Mis defensas eran buenas, es decir que no me enfermaba con frecuencia, así que reponer el kit de medicamentos no entraba ni en la lista de pendientes, cosa que me provocó una impotencia enorme al no encontrar una sola pastilla para el dolor de cabeza. Para colmo era feriado, significaba que la farmacia abierta más próxima estaba a hora y media de distancia.
Acomodé mis gafas de sol, había pegado las patitas a último momento con una cinta transparente que no servía de mucho, pero resistía lo suficiente. Debía aprender a revisar qué había en mi cama antes de arrojarme como si mi peso fuese el de una pluma, si no pasaban cosas como esas.
De tener la capacidad de la telepatía, no hubiese culpado a las personas si me hubieran tachado de "fenómeno" por llevar puestos lentes oscuros en un día nublado. No me importaba, porque las únicas opciones eran a) Ir por la vida con los ojos hinchados, al igual que toda la cara, y contar a Levi el motivo de ello sin romperme, b) Ocultar el caos bajo un par de gafas. Llorar hasta quedar perdida en el sueño era asqueroso; los mocos escapando de la nariz sin alcanzar a frenarlos, las lágrimas saladas entrando a la boca, el nudo en la garganta... En fin, guardarse los sentimientos era más cómodo.
—Deja de justificar tus lágrimas.
Lo que dijo Conrad se encendió en mi mente el resto de la noche luego de que él partiera cuando la lluvia empezó a caer. Hanna era una fanática fiel de Demi Lovato, conocía e interpretaba cada diálogo de sus películas y series, además de cantar a todo pulmón sus canciones, le tenía especial cariño a una en la que expresaba que estaba bien no estar bien, y yo no podía coincidir menos. A mí sí me molestaba sentirme miserable.
—¿Pura ficción? —bufé cruzando una pierna sobre la otra—. ¿Ese es tu argumento? ¿Lo dices en serio o hacer la vista gorda a los problemas sociales es parte de tu encanto?
Un perro, sin dueño según parecía, se acercó para subir las dos patas delanteras a mi falda. Pasé mi mano en sus largas y caídas orejas, jugando con ellas mientras él me sonreía mostrando sus colmillos. En un movimiento que pudo pasar inadvertido, Levi se echó para atrás, estirando el cuello de su camiseta hasta tapar su nariz como si hubiese un olor repugnante en el aire. Los perros no me desagradaban, sin embargo prefería a los gatos, si a él le ocurría lo mismo, entonces su reacción fue algo exagerada y tosca. La mala vibra debió de transmitirse al can, puesto que se alejó tan rápido como llegó.
—Ya se fue, no hay peligro de que muerda tus botas.
—Ja-ja. Soy alérgico, sabelotodo. —Su postura reflejaba molestia, cruzado de brazos y la mirada puesta en mí.
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Si las estrellas mueren [✔]
Teen Fiction"Quisiera no haberme despedido entre gritos, y que ese no hubiera sido nuestro último adiós". Último año escolar. Mía enfrenta un futuro inminente que avanza rápidamente y amenaza con llevarse todo a su paso, si no logra liberarse del peso del pasad...