03. Parte dos | LaZ chicaZ pesadaZ

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MÍA.

—¿Un batido de pizza? —exclamé sin poder creer que fuera real.

—Juro que viviría a base de ello.

—Repugnante.

—Oye, no sabrás el manjar que es hasta que lo pruebes.

—La pizza con piña es un asco, créeme, no quiero imaginar lo que es saborearla en formato líquido, con trocitos nadando por ahí como vómito. No intentes cambiar mi mente, Levi.

Presentí que iba a continuar con el debate pero, cuando terminé de pronunciar su nombre, se detuvo en seco.

—¿Qué pasa?

—Nada... Nada, en serio —dijo como si intentara convencerse a sí mismo para luego convencerme a mí, lo cual no estaba funcionando.

Sin dejar de caminar en la estrecha vereda, me miró con una intensidad que no supe cómo manejar. El color marrón de mis ojos tuvieron un breve instante de envidia cuando los rayos del sol impactaron en los suyos y éstos se aclararon, viéndose más fascinantes.

—De acuerdo. Es por aquí. —Le guíe por el atajo hacia la tienda.

Seguía teniendo hambre, por mientras me conformaba con las frituras que compramos en las máquinas expendedoras de los pasillos, antes de salir corriendo de la preparatoria como dos ladrones que acababan de robar un Banco, turnándonos para mirar a nuestras espaldas por si aparecía el director o alguna profesora.

Doblamos una esquina y la buena fortuna volvió a llamar a mi puerta, solo que aquella vez no quise atenderle entonces se coló por las ventanas; Caminando en nuestra dirección se avecinaba 'Las chicas pesadas', un grupo conformado por tres de las chicas más ridículamente populares de mi preparatoria. Ridículamente porque se creían las dueñas del universo y nadie en verdad les tomaba importancia o les temían.

—¡Hey, Mía! ¿Qué haces por aquí? —Saludó la más alta de las tres, con sus piernas kilométricas resaltaba entre una multitud.

—¿Quiénes son? —Levi habló por lo bajo, con curiosidad.

—Zaylor, representante de las 'Chicas pesadas' versión Skytown. La chica a su derecha, ¿la ves? La que viene con el gato gris estampado en su cartera —Él asiente, arrastrando su mirada hacia ella—; es Zyna. Y por último está Zoe, la más agradable de todas.

—¿Es sarcasmo?

—Creí que un amante del sarcasmo reconocería a otro en cualquier lugar recóndito del planeta. —Alcé una ceja—. No, no lo es.

Y era totalmente cierto, lo único malo que tenían era que ninguna era mala persona en realidad, solo fingían serlo por alguna razón que nunca comprendí. Individualmente eran agradables, cuando se juntaban eran una pesadilla andante.

Cuando terminé de hablar, el trío se detuvo delante de nosotros.

—Creí que el director los había mandado a detención por lo que hicieron en el mural. Muy arriesgado, por cierto. Tú no eres así, Mía.

Me aferré a las correas de mi mochila.

—Yo...

—Acaba de terminar. ¿Ustedes no deberían estar adentro también? —intervino el pelinegro, así fue cómo ella reparó en su presencia, y me atrevería a decir que a más que solo reparar.

—Bien jugado —Zaylor no tardó en mostrarle una sonrisa encantadora que las demás imitaron, viéndose como tres películas diferentes con la misma trama.

Si las estrellas mueren [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora