CT- 7567

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Hello there! Acá un nuevo capítulo 

Padme Amidala Naberrie Skywalker, que ni siquiera recordaba su nombre había sido encerrada en una habitación de la nueva base secreta de la rebelión. Sus hijos odiaban tener que encerrarla allí, pero ella ya había intentado escapar dos veces, usando la fuerza y casi atravesando a Han con su sable de luz. Afortundamente le habían quitado el sable de luz, y logrado meter a esa habitación.

- ¿Qué haremos ahora?- preguntaba Leia dándose vueltas una y otra vez por fuera apenas siendo capaz de contener la emoción en su pecho. 

Allí adentro estaba su madre, tan joven y hermosa como la recordaba, pero era su madre. Luego de tantos años alejados de ella, por fin estaban con su madre. El único problema era que ella no los recordaba en absoluto. Ella no sabía quienes eran y estaban seguro de que intentaría escapar en cuanto pudieran abrir la  habitación.

- ¿Ella realmente nos ha olvidado? Leia, debemos descubrir que le hicieron- dijo Luke y Leia asintió.

Lamentablemente solo habían tres personas que podrían responder eso porque habían sufrido en las garras del imperio.

Obi- Wan que dado al estado en que lo encontraron ahora se hallaba inconsciente y conectado a un tanque bacta. Ahsoka y Rex que ahora eran prisioneros del imperio y para los cuales estaban ideando un asombroso plan de rescate, porque no podían dejarlos allí.

Cassian, Han y Jyn habrían propuesto un intercambio de prisioneros, pero esa idea había quedado automáticamente descartada cuando supieron quién era la inquisidora.

Cassian y Leia fueron los primeros en oponerse a que la verdad se supiera, porque ellos sabían como reaccionaría el resto de la rebelión. Tal vez no Bail Organa, Tal vez no Mon Mothma, pero definitivamente otros miembros de la rebelión querrían la ejecución inmediata de la inquisidora por lo que significaba.

Ella no solamente era una enemiga ahora, sino que sería la clara victoria del emperador. Corromper a la líder más recordada de la rebelión, corromper a Padme Amidala, el golpe a la rebelión sería inimaginable, y las consecuencias catastróficas.

La única opción era buscar alguna manera de hacer que ella recordara, de saber como es que era sensible a la fuerza, y eso sería difícil al menos en ese lugar. Primero porque no contaban con el equipo médico necesario para realizarle un chequeo completo que determinara que clase de experimentos habían realizado con ella, y segundo porque solo unos pocos sabían de quién se trataba.

La única opción factible y urgente que les quedaba era rescatar a Rex y Ahsoka de las garras del imperio y de Darth Vader. 

Chewie ya estaba arreglando el halcón para partir en esa misión y Han pensaba que nunca había visto a su peludo amigo tan preocupado. ¿Quién iba a pensar que Chewie tenía una amiga jedi? Claramente él jamás lo habría pensado. Se preguntaba si Chewie haría lo mismo por él, si se preocuparía tanto por él. Sonrió al pensar que si, Chewie era su amigo más leal, el único en quié confiaría su vida, y eso para un contrabandista ya era mucho decir.

- Chewie, relajate mi amigo, encontraremos a la chica- dijo Han y Chewie gruñó.

Leia iría con Han, luego de mucho insistir se decidió que Luke era el que más había avanzado en las artes jedi como para poder intentar contener a Padme en caso de que intentara escapar. Luke no estaba seguro de poder hacerlo. Su madre, ahora una inquisidora había entrenado con Vader, no había nadie a excepción de Ahsoka que pudiera enfrentarse a un inquisidor y sacar ventaja.

Cassian y Jyn partirían en una nave, a pesar de que Leia insistió que deberían quedarse pues habían pasado por mucho ya en Scariff, pero Jyn dijo que su misión no terminaría hasta que la estrella de la muerte fuera destruída y el imperio cayera, y eso no sería con prisioneros rebeldes dentro de esa nave. 

Leia se resignó a ir con Han, era un buen piloto debía admitirlo, algo obstinado, un poco estúpido pero era una buena persona. De Chewie no tenía nada que decir, le caía bastante bien.

En la estrella de la muerte Rex y Ahsoka intentaban sobrevivir a las paupérrimas condiciones en que los tenían, hacia  cada vez más frío y Rex podía notar que Ahsoka estaba herida luego de haberse intentado enfrentar a alguno de los trooper. 

Ahsoka no dejaba de llamar a su maestro, como si de alguna forma el la fuera a escuchar. 

Vader, que aún no se recuperaba del todo, no dejaba de escuchar la voz de aquella chica en su mente. 

Habían imágenes en su mente que se repetían una y otra vez. Una chica togruta conversando felizmente con aquella mujer de cabellos castaños que él tanto veía en sus sueños.

Odiaba tener sentimientos, se supone que él no debería tenerlos. Solo había dolor cuando los tenía. Profundo dolor, que le recordaban los largos años de sufrimiento en el imperio. Ni siquiera recordaba por qué sufrió, ni siquiera recordaba la cantidad exacta de años. Solo recordaba que estaba solo, y que nadie le prestó ayuda.  Aún así ¿Quién podría haberlo ayudado? ¿El imperio? ¿Los rebeldes? ¿Los jedi? Él ni siquiera sabía donde pertenecía. 

Aún así sentía que debía aferrarse a la imagen de esas mujeres, que ellas eran parte importante de sus recuerdos. Y entonces la imagen de la mujer castaña en un avanzado estado de embarazo llegaba también a su mente. ¿Qué era eso?

- El día más feliz de mi vida- se escuchaba a si mismo decir.

¿Entonces él tenía hijos? ¿Con ella? No, eso no podía ser posible. Él era Darth Vader, lord sith. Él no era nada más que eso. No había conocido nada más que el dolor y el dolor lo había creado.

Aún así cuando su maestro abandonó la nave por motivos del senado, el se encontró caminando hasta donde estaban los prisioneros. Esa joven togruta y el capitán clon.

La vio a ella dormida y débil en la celda junto con el clon que lo miraba con confusión. Él le parecía familiar, demasiado de hecho.

- ¿No nos recuerda general? Si realmente es usted ¿Por qué no nos recuerda?- preguntó Rex y Vader simplemente se quedó allí de pie, observándolos. 

Su respiración tranquila y sonora a través de ese casco. ¿Quienes eran ellos?

- ¿Quién eres tú?- preguntó Vader mirando al clon.

- Soldado CT-7567, mi apodo es Rex, señor- dijo el clon mirándolo fijamente-No se que le hayan hecho señor, pero usted me enseñó que ser un buen soldado no significaba solo seguir órdenes, sino que teníamos que tomar nuestras propias decisiones, he tomado mi decisión, ayudaré a Ahsoka a sacarlo de aquí, usted también puede hacerlo, puede tomar sus propias decisiones, conozco el dolor que causa el imperio, pero el dolor no nos hace esclavos, el dolor nos recuerda por que vivimos- dijo Rex y vio a Tarkin aparecer al lado de Vader.

- Lord Vader, no sabía que estaba aquí- dijo Tarkin parecía agitado.

- No es imperioso que le informe de mi ubicación moff Tarkin- dijo Vader y él asintió disculpándose.

- ¿Cuáles son las ordenes lord Vader?- preguntó Tarkin

- Lleve a los prisioneros al ala médica, los queremos vivos si queremos interrogarlos- dijo Vader saliendo de allí.

Tarkin sonrió. Bien, el no sabía nada aún. Pero Rex sabía que esa decisión no era lo que parecía. Estaba seguro de que Vader había visto a Ahsoka muy débil, y que no resistiría mucho más y por eso los había enviado al ala médica, de alguna forma, él se había preocupado por ella, y eso era suficiente para que él creyera que aún había posibilidades para él. Ahora confiaba más aún en lo que Ahsoka había dicho, ahora el también lo creía.

El guerrero de las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora