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- ¿Que tienes?, ¡Dégel, respondeme!

No sabia que estaba pasando de un momento para otro su bello vampiro comenzó a quejarse de dolor de una forma que lo asusto; parecía como si le estuvieran enterrando algo en el cuerpo, apretaba con fuerza su pecho y las lágrimas bajaban por su rostro.

Cuando cayó de rodillas al suelo se desespero, ¿Que le estaba pasado a Dégel? Y para empeorar las cosas por más que le  preguntará este no le respondía. Descubrio su pecho buscando alguna herida o algo que le diera una pista de lo que ocurría, no encontró ninguna marca que él ya no conociera.

Ya no sabia como ayudarlo, solo pudo sostener con fuerza una de sus manos para tratar de transmitirle algo de calma que ni el mismo tenia, lo abrazo de forma protectora. Algo muy dentro suyo le decía que eso se debía a que Camus estaba sufriendo algo o por algo. Dégel comenzó a calmarse de a poco, lo ayudo a ponerse de pie, para luego secar el camino que las lagrimas dejaron en las mejillas.

- ¿Estas bien, que paso?

- Algo le paso a mi hermano... tal vez una estaca...

Volvio a atraerlo hacia su cuerpo, para cargarlo entre sus brazos sorprendiendo al mayor que lo quedo mirando sin entender. Despues de lo que le paso no quería que se esforzará, comenzó a correr.

- ¡Les dije a esos dos que era peligroso!- en realidad no lo hizo solo porque no le dieron el tiempo de hacerlo, cuando se dio cuenta Milo y Camus ya estaba bastante lejos-  Escuchame Dégel, voy a dejarte en la cabaña y volveré por esos dos suicidas, ¡No salgas por nada del mundo!

- Pero Kardia...

Este no le respondió se enfoco en correr lo poco que los separaba de su destino.

La cabaña estaba en perfecto estado a pesar de los años, tal parece que era verdad que los viajeros que iban de paso solían usarla de refugio. La puerta se abrió tras un pequeño empujón, por suerte no había nadie dentro. 

Dejo a Dégel en la única cama que hay en el lugar.

- No tardare.- dejo un beso en su frente, estuvo apunto de arrepentirse y no salir a buscar a sus hermanos cuando lo vio quejarse de nuevo- ¿Estarás bien?

- Si, no te preocupes.

Le regalo una sonrisa para que se fuera tranquilo, pero estaba seguro que Kardia se preocuparía por él de todas formas, no se había separado desde que escaparon del Nido hace más de un año. Cuando su cazador se fue quedo mirando la pared, más que asustado de lo que le estuviera pasando a su mellizo.

No supo cuanto tiempo estuvo en esa posición, pero el sonido de la puerta cerrarse con fuerza lo saco de su pensamiento. Esa pequeña habitación estaba separada de lo demás, él podía ver a quienes entraban pero ellos a él no. Camino despacio, agradeciendo que volvió a ver hace unos días.

El sujeto que vio apoyado en la puerta y respirando cansado no era para nada Kardia, este era más bajito, el pelo castaño atado de una forma descuidada ¿Porque se le hacia familiar?

Decidió olvidarse de eso, tenia que deshacerse de esa persona, la que parecía no haberse dado cuenta de que estaba allí. Avanzo despacio, si le saltaba por la espalda podía enterrarle los colmillos y darle una muerte rápida.  Eso iba a hacer hasta que el pequeño hombre se dio la vuelta, hay fue que lo reconoció, esos ojos azules desesperados podía recordarlos en una persona;  el consorte obligado de su padre.

- ¿Krest...?

~•~

Milo corría todo lo rapido que podía con Camus en sus brazos, evitado lo más posible la luz del sol y los movimientos bruscos, para que esa estaba del demonio no se le enterrará más en el pecho. Se sentía culpable cada que lo veía hacer alguna mueca de dolor. Por protegerlo a él se encuentra en ese estado; entre la vida y la muerte.

- Resiste, resiste ¡Por favor resiste! Haré todo lo que pueda para sacarte esa maldita cosa del pecho, ¡No voy a dejarte morir!

Camus le dio una sonrisa cansada antes de dormirse por completo en sus brazos ¡La culpa volvió atacarlo! La culpa y otro sentimiento más, hace poco lo ignoraba por completo, no, él mismo se engañaba para negar lo que comenzó a sentir por el vampiro entre sus brazos. Comenzó como un simple gusto, le gustaba ver esos pequeños gesto que Camus hacia, esas pequeñas sonrisas melancólicas cuando le hablo de su pasado o su hermano. Le aterraba de cierta forma no volver a verlas, perderlo solo por que intentaba protegerlo a él. Creía no merecerlo ¡Quiso matarlo más de una vez e incluso entregarlo a su padre a cambio del suyo! No se merecía ese cariño que el pelirrojo le estaba dando. Uno que era mutuo desde hace mucho pero se empeño en ocultar. Ahora entendía a su hermano.

Corrió con más fuerza cuando se dio cuenta de que no faltaba mucho para llegar a su refugio improvisado. Casi se cae cuando Kardia le salio en el camino.

- ¿¡Que les paso!?- No le dio ni tiempo a responder- ¡Les dije...! no, no les dije ¡Pero era obvio que era peligroso! Vamos de una vez Dégel sabrá que hacer.

~•~

Kardia empujo la puerta de la cabaña sin importarle nada, hasta donde el sabia su vampiro estaba solo y así fue como lo encontró solo que estaba en un sillón algo dañado, aún sosteniendose el pecho con fuerza.

- Dégel, ¡Tienes que sacarle esto ahora!

El pelirrojo mayor comenzó a llorar de nuevo cuando vio la estaca en el pecho de su hermanito, se levanto del sillón para que Milo pudiera acomodar a Camus en él. Podía notar como el cazador no sabia que hacer miraba a su hermano con una preocupación y culpa palpable.

- Por favor haz algo.

Milo casi le rogó, algo que no creyó que escucharía. Negó despacio, sosteniendo su pecho con mayor fuerza al mismo tiempo que Camus se quejaba del dolor.

- No puedo hacer nada, es peligro sacarla alguna astilla puede quedarle y eso es mucho peor de lo que esta sintiendo ahora.

- ¿Que se puede hacer entonces? ¡Se arriesgo por mi, querían matarme a mi, no me puedo quedar sin hacer nada.- se tiraba los cabellos sin darse cuenta.

- Milo.- tomo sus manos entre las suyas- ya has hecho suficiente al traerlo a un lugar seguro. Tendremos que esperar, tardara entre tres o cuatro días en que salga por si sola.

- Es demasiado.

- Lo sé...- miro a su mellizo con algo de tristeza.- Siganme deben ver a alguien.

Ambos rubios lo quedaron mirando raro, ¡Había alguien más en el lugar y no les dijo nada! Esperaban que no fuera una amenaza. Milo cargo a Camus de nuevo para llevarlo a alguna cama, Kardia lo esperaba mientras escuchar  a Dégel hablarle a alguien, tenia su daga tomada con firmeza en caso de cualquier cosa, su hermano mayor paso por su lado una dirección en mente; la cama que se veía algo comoda. Lo vio cubrir con las mantas al vampiro hasta donde la estaca se lo permitía.

- ¿A quien debemos ver?

Dégel ayudo a salir de su escondite a un hombre que a ambos les costo reconocer en un principio. Esos cuatro años si que lo afectaron.

- ¿Papá...?

- Mis niños.

🔥

¡El cubito estara bien y casi se nos va Dégel también! 😨

El odio a Zaphiri se retrasa un capitulo o tal vez dos, depende. ¡Pero llegara! 😃

ScorpioNoMilo.💕

Cacería.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora