28.

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¡¿Ahora que hacía!?

¿Hacia donde corría?

Pudo ver con sus propios ojos como esa bestia mató a Lemur, estaba casi seguro de eso, nadie sobreviviría a tal poder que presenció. Su mente le gritaba que el sacerdote no es una persona cualquiera, es algo parecido a un vampiro. Algo le decía que seguía con vida y no tenia claro si era bueno o malo.

Por el momento debía priorizar su vida y la de Saga, al que escuchaba murmurar cosas sin sentido, más que sorprendido quedo cuando lo escucho "hablar" de nuevo. También podía ver que no le importaba nada más que su mascota, se aferraba la pequeña ave con todas las fuerzas que tenia.

Debía buscar un refugio y rápido. Nada le aseguraba que no se encontrara con algún otro chupa sangre que fuera a averiguar que era todo ese escándalo. La pregunta seguía siendo la misma, ¿Donde demonios podría esconderse? Apenas pasaba la media noche, los vampiros rondando y podía sentir como la sangre de Saga comenzaba a manchar sus manos, serían una presa fácil.

Kokuto podía ser una buena distracción, dejar al halcón a medio camino para que se confundieran con el olor de su sangre, era una buena estrategia de no ser por un detalle, que Saga lo sostenía con fuerza y a él también le agradaba, no lo usaría de carnada, no seria tan cruel con el pobre animal. Solo le quedaban dos opciones más cercanas: las cuevas o la cabaña del viejo Shion, esa ultima era muy obvia, sin embargo esa misma obviedad le daba una ventaja; era poco probable que los fueran a buscar a ese lugar.

Sujeto con mayor fuerza a su carga y corrió con todas las fuerzas que podía, evitando pensar que podía ser perseguido, tratado de no hacer movimientos tan bruscos, tampoco quería terminar matando al que fue su cuñado por abrirle más las heridas.

~•~

Tanto Kardia como Milo trataban de dormir, la cama era ocupada por ambos vampiros por lo que a ellos solo les quedaba el sillón o juntar dos sillas.

- Milo ¿sigues despierto?

Apenas le respondió con algo parecido a un gruñido. Su hermano estaba cansado lo sabia, a él le paso lo mismo la primera vez que Dégel se alimento de su sangre, ahora ya estaba más que acostumbrado y las mordidas ya no le dolían como antes de hecho comenzaban a gustarles. Sacudió la cabeza no podía ponerse a pensar en eso ahora. Cuando iba a darle la información que Dégel le dio, escucho al mayor roncar.

- Esta bien te dejo dormir.

Trato de acomodarse mejor en la silla y olvidar cada maldito escenario que se imaginaba perdiendo a su amado vampiro.

- ¿Solo en un año me enamoré tanto?

Le costaba creerlo, conoció a ese pelirrojo por un secuestro, uno en el que pensó que se acabaría su vida cuando tuvo a ese hombre frente suyo. No podía negar que cuando lo vio bien por primera vez  su belleza lo cautivo, le parecía lo criatura más hermosa que había visto nunca, el color violeta de sus ojos, la pálida de su piel, sus largos cabellos rojos y ese maldito par de colmillos que le daban un aire más sensual aún, ¡Se sintió como un loco por unos minutos! Se creyó presa de un hechizo que intento romper varias veces, recordandose que ese chupa sangre solo quería eso: su sangre y no le importaba nada más. Sin embargo poco a poco se fueron acercando, vio con sus propios ojos la preocupación genuina que le mostraba a su mellizo, como cada que salia a cazar volvía con algún animal no solo para Camus sino para él tambien. Fueron esos pequeños gestos los que lograron robarse su corazón por completo, por los que se convenció de escapar juntos . Ahora con la fuerte posibilidad de perderlo le rompía el corazón y su mente le gritaba que debía haber otra manera de salvar a su padre sin tener que matar a Zaphiri, iba a encontrarla costará lo que le costará.

Logro dormir con suerte dos horas cuando la puerta de la cabaña se estrelló contra la pared, de los cuatro era el único en condiciones para pelear de ser necesario. Milo ni sintió el golpe, Camus o Dégel mucho menos.

- ¿Aioria...?

- ¿Kardia...?, ¡Kardia, necesito ayuda y rápido!

Con todo el cuidado que pudo dejo a Saga a en el suelo para cerrar la puerta. Kardia lo quedo mirando sin saber que hacer, frente suyo tenia a un herido, a Aioria como loco mirando por cada ventana y más histérico que nunca.

- Dime que demonios pasa.

- Un Demonio al parecer mató a Lemur.- hizo una pausa que para el menor fue eterna- y puede que me haya a seguido.

- ¿¡Qué!?- abrió la puerta de nuevo, viendo que nada haya perseguido al castaño- ¡Estoy rodeado de impulsivos!

~•~

L

e dolía  el cuerpo entero, lo sentía pesado como si tuviera una montaña encima. Abrió sus ojos apenas recibiendo solo la luz de una antorcha.

¿Donde estaba metido?

Le costo mucho sentarse para mirar el lugar donde estaba, dándose cuenta de que era una especie de cueva.

- El lugar es peor de lo que imaginaba.

- Con que despertaste, media sangre.

Lemur ni se molesto en mirar de donde venia esa voz, ya sabia quien era: ese vampiro que estuvo buscando durante años,  con el que tuvo el privilegio de enfrentarse solo una vez.

- Así que, el líder se digna a custodiar a un herido el mismo, eso si es una sorpresa. No creo que mi sangre sea de tu agrado.

- Sobreviviste a un Demonio.

- El que tu mismo creaste ¿No?

Zaphiri solo sonrio, no había duda alguna de que ese tipo era hijo suyo.

- A un Demonio controlado se le puede dar un buen uso, de haber querido pude eliminarte sin marcharme las manos.

- Quieres matarme, ¿Ahora cuando estoy herido y no me puedo defender?- se rió en su cara- que bajo haz caído Lemaire.

- Por el momento te necesito con vida. Disfruta tu encierro como carnada, si que es vives hasta que llegue la presa.

🔥

¡A estos niños se les complican las cosas a cada minuto!

ScorpioNoMilo.💕

Cacería.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora