Rechazo

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Narra Arthur.

Paseo entre los corredores del castillo de Camelot, el sitio que ha sido mi hogar durante los últimos 4 años. Aún me resulta increíble pensar en todo lo que me ha ocurrido, de cómo un niño como yo, pasó de vivir en una aldea remota a ser el Rey de este lugar y todo gracias a ella...

-Hola- la saludo mientras ella observa el atardecer desde el balcón- Pensé que estarías en tu laboratorio.

-Tengo cosas que arreglar, no he descuidado mis deberes como la hechicera de este reino.

-Lo sé- le digo con tristeza- Solo no quieres tener que hablar conmigo- su rostro se gira para evitarme, es lo que lleva haciendo últimamente y yo, empiezo a sentirme cada vez más frustrado.

-No es eso, es que...- me ve dudosa como si quisiera contarme su problema, sé que me oculta algo, pero por alguna razón no me lo dice y yo que pensaba que ambos confiábamos en el otro- Ya olvídalo.

-Merlín tenemos que hablar, desde... desde lo que pasó, has estado extraña, sé que estás molesta, pero no entiendo ¿por qué?

-Tú nunca entiendes nada- dice cambiando su humor y viéndome con enfado.

-¿Cómo voy a entender sino me lo dices?- le reclamó entonces.

-Todo fue un error- me responde secamente y yo trato de contener mis lágrimas- Eso no debió pasar nunca, tú y yo... las cosas no pueden ser así- termina mientras pasa de largo alejándose en el pasillo y dejándome con una dolorosa sensación en el pecho.

Pero quizás los estoy confundiendo con todo esto, primero me presento, soy Arthur Pendragon, el rey de Camelot y desde hace 2 años la persona que porta el poder del Caos, una magia antigua y misteriosa, que pertenece a la Trinidad de fuerzas que rigen este mundo y Merlín es la hechicera que hizo que yo obtuviera ese poder, aunque en realidad todos dicen que ese siempre fue mi destino.

***

Yo solía ser el hijo adoptivo de un caballero llamado Héctor y tenía un hermanastro llamado Kay con él que no me llevaba muy bien.

Crecí en un pequeño poblado y "mi padre" no hablaba mucho sobre mi verdadero origen, realmente no me importaba, pensé que mis padres reales habían muerto o que simplemente no me quisieron cuando nací, en ambos casos no había mucho que pudiera hacer y prefería no pensar en el asunto.

Entonces un día cuando cumplí 10 años todo cambió, un caballero sagrado que había viajado desde Liones se cruzó conmigo y me habló acerca de una profecía, sobre una espada que encierra un gran poder y me dijo que yo no podría lograr mi sueño de ser un caballero, porque mi destino sería convertirme en un rey.

Sus palabras me tomaron por sorpresa, los adultos siempre suelen decir cosas para hacer sentir bien a los niños torpes como yo, pero él insistía que lo que había visto en el momento en que me rescató de morir en una barranca, era realmente una visión del futuro que me estaba esperando.

Trate de no darle importancia y seguir con mi vida, a esa edad mis preocupaciones eran entrenar con mi hermanastro para saber defenderme, ayudar con la tareas de mi hogar y jugar en mi poco tiempo libre, ya que éramos tan pobres que Kai y yo debíamos trabajar, además ninguno de los dos sabía leer o escribir, la escuela era un lujo que no podíamos tener.

Fue entonces que los rumores acerca del conflicto en la tierra de Liones llegaron hasta nuestra aldea, se decía que un grupo peligroso de caballeros había traicionado al rey y ahora había cientos de letreros ofreciendo recompensa por sus cabezas.

-¿Te imaginas que pudiésemos atrapar a uno de ellos?- me había dicho Kai viendo la foto de un tipo gordo cuyo nombre no podía entender- Seríamos ricos.

-¿Has oído las historias?- le dije mientras mis ojos analizaban los rostros de esas personas- Dicen que ninguno de ellos es un humano y que masacraron a cientos de caballeros para escapar de Liones, no hay forma de que podamos lidiar con uno solo de ellos.

Ambos volvemos a casa y nuestro padre nos saluda mientras acomodamos las compras.

-Arthur, quiero hablar contigo- me dice mientras Kay termina de preparar la leña y yo lo sigo hasta la parte de atrás de nuestra pequeña vivienda.

-Debo ir a la capital, a Camelot, el rey Uther ha ofrecido su ejército para capturar a los Siete Pecados capitales, son sujetos peligrosos sin duda, pero estoy seguro que ellos no son quienes desean desestabilizar la paz en Brittania, hay algo más detrás de todo esto.

-¿Y cómo estás tan seguro de eso?

-Porque fue uno de ellos quien te trajo hasta aquí cuando eras un bebé.

-¿Qué?- la noticia me toma por sorpresa, no sabía nada sobre mi origen hasta ese preciso momento.

-Así es, fue el Jabalí de la Gula quien te dejó en esa puerta hace casi 10 años, con una nota que decía: Por favor cuídalo hasta que llegue el momento.

-¿El momento?- y entonces recordé las palabras de aquel hombre llamado Bartra: "Tú te convertirás en un Rey"

-Así es, es probable que con todo esto "esa persona" venga a buscarte y finalmente la verdad sobre tus padres te sea revelada, hasta entonces procura cuidarte Arthur, siempre he sabido que tienes algo especial y que hay cosas más grandes de lo que imaginamos, que están relacionadas con todo lo que está pasando y tú, deberás ser partícipe de lo que pase en este reino.

-¿Qué podría tener que ver un niño como yo, con la antigua orden de caballeros? ¿Y por qué uno de ellos fue quien me llevó hasta ese pequeño pueblo?- fueron las dudas que cruzaron mi mente en ese momento.

No pude obtener una respuesta de su parte y fue la última vez que vi a Sir Héctor, el mes siguiente Kay también fue reclutado como aprendiz de caballero y yo quedé en custodia de una casa hogar, sabía que era solo cuestión de tiempo para que el ejército viniera también por mí y tendría que unirme a la guerra, entonces un día por cosas del destino, finalmente nos encontramos.

Born in ChaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora