Narra Merlín
Era la primera vez que veía a Arthur actuar así, perdiéndole el respeto a alguien y actuando con violencia, lo peor es que yo parecía ser la causante de ese cambio, así como también era la responsable de liberar ese lado más animal que poseen los hombres, el deseo por una mujer, porque aunque me doliera admitirlo, yo era ahora su mujer.
Un jadeo escapa de mi boca cuando nuestros cuerpos se unen (de nuevo), con la ropa a medio quitar Arthur me tiene sobre la mesa, mis piernas alrededor de su cintura mientras él se mueve en mi interior, su boca y la mía no paran de luchar, gimiendo una y otra vez, quizás demasiado fuerte, pero la verdad ya no me importa, o al menos no durante los siguientes minutos.
Fue increíblemente valiente la forma en la que interrumpió mis reclamos con un beso, trate de retroceder pero mi cuerpo me traicionó, otra vez y a quien quería engañar yo también lo necesitaba, pronto a ese beso se le sumó otro y otro, y pues paso lo que tenía que pasar.
Nos separamos sin soltar palabra y estoy a punto de decirle algo importante cuando escucho la puerta abrirse y veo el rostro de Escanor asomarse, bueno realmente no es que la puerta hubiese estado cerrada en algún momento, simplemente el muy descuidado ha metido la pata delatándose.
-¿Qué tanto habrá visto? ¿O más bien que no habrá visto?- trato de arreglar mi ropa mientras Arthur se coloca frente a mí, en lugar de una vista de mis pechos, Escanor tiene ahora la espalda arañada del rey.
-Lo siento- dice apenado ante la situación y finalmente decide huir del lugar.
La expresión de Arthur lo dice todo, está sonriendo de puro ego y me interroga con sus ojos.
-¿Hablar con él o ir tras Escanor? ¿Qué debo hacer?- y si bien es cierto yo nunca pensé realmente en darle una oportunidad al pecado del Orgullo, tampoco era la forma de romper sus ilusiones.
Mi expresión cambia de nuevo a molestia y en otro de mis impulsos de bipolaridad, le doy una bofetada a Arthur para luego salir de la habitación y maldecir por el camino.
-¿Porque las cosas tienen que complicarse tanto? Maldito Arthur y el efecto que provoca en mí, estúpido samurái de cuarta que no puede cerrar bien una puerta, Escanor idiota que ahora resulto además de masoquista, un voyerista pervertido.
****
En los días siguientes no quiero ver a nadie, así que me encierro en mi laboratorio, estoy segura al 100% de que Escanor no iba a contarle a ninguno de nuestros amigos lo que había visto, soy yo la que debe hablar con él y aclarar las cosas ¿Pero que debería decirle?
-No te correspondo, lo sabias perfectamente, yo... -eso no sonaba nada bien.
-No es lo que piensas, Arthur y yo, solo... ¿Solo qué? Solo... me gusta...
-Me gusta Arthur.
Me quedo en shock unos segundos cuando finalmente descubro el porque me enfada tanto esta situación. Yo la persona fría y calculadora, la que siempre tiene un plan para todo, la que apenas tiene empatía hacia los seres humanos, a quien no le importó usar a sus amigos incluyendo a Meliodas y Elizabeth que son casi mi familia, yo... estoy enamorada del joven rey a quien he cuidado siempre, el cual apenas está dejando de ser un niño, pero que provoca emociones en mí que jamás había experimentado.
-Genial Merlín- me digo a mi misma- Elegiste la peor opción para enamorarte.
Y no lo decía por él, no me malinterpreten, Arthur es un buen chico, eso me queda claro.
-No entiendo como una mujer tan mezquina y manipuladora como tú, pudo educar a una persona tan noble e integra como lo es el rey de Camelot- Habían sido las palabras que Zeldris me dijo en cierta ocasión y tenía razón, yo tampoco lo entendía.
Supongo que su código de honor, era algo propio de él, aun cuando decía que los pecados capitales éramos su inspiración, Arthur tenia cualidades mejores, pero que por sus propios complejos de inferioridad, no lograba ver.
Y yo, era básicamente lapersona que lo estaba corrompiendo.

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Born in Chaos
Fanfic-Merlín me dijo que todos los seres que habitamos este mundo nacimos a partir del Caos, no le dí la importancia a sus palabras, hasta que tuve que pasar por la aventura más Caótica de mi vida.