Born in Chaos

Geoffrey

"Un caballero Jura valor.
Su corazón solo conoce la virtud.
Su espada defiende a los indefensos.
Su fuerza sostiene a los afligidos.
Su espada solo habla verdad.
Su ira deshace la maldad"***

Ese era el juramento de los caballeros de Britannia, los hombres y también mujeres, más valientes y honorables del reino, que juraban entregar su vida para defender la paz y a las demás personas. Hace años cuando era más pequeño solía desear convertirme en uno de ellos, mi instructor Nanashi un antiguo miembro del clan de las diosas me entreno día y noche para eso, pero ahora 6 años después creo que ese no es mi propósito.

-Quiero viajar- le confieso al samurai- Papá me dijo que hace mucho tiempo usted viajo desde un reino lejano, más allá de Britannia, más allá del mar y de todo lo que conocemos.

-Es verdad, este mundo es más grande de lo que crees.

-Quiero conocerlo- le digo emocionado- Quiero ver todo lo que existe en este mundo.

Supongo que saque la curiosidad de mi madre, Mordred es la revoltosa, decía que odiaba entrenar y le costaba seguir las reglas, pero ahora junto con mis primos Tristán, Lancelot y Bors es miembro de la mesa redonda, la orden que rige a todos los caballeros del reino.

Yo podría quejarme que siempre he estado un poco a su sombra, digamos que soy el hijo tranquilo en cuanto a meterse en problemas y ella es la que siempre está llamando la atención, pero no les reclamo nada, Nanashi siempre ha estado para guiarme como mi segundo padre y cuando realmente deseo que me escuchen, bueno después de lidiar con los líos de Mordri, mis padres también guardan un poco de tiempo para mí. Y ahora quizás soy un poco joven, pero desde que cumplí 12, he soñado con viajar, no quiero huir de casa, pero no quiero la responsabilidad de cuidar un reino.

Si ella quiere ser la reina en el futuro lo aceptare sin problemas y le jurare lealtad, pero quizás de una forma diferente a los guerreros, quizás como un sabio consejero, pero para poder aconsejarla debo tener los suficientes conocimientos.

-Bueno tu padre y tu hermana suelen viajar seguido, quizás puedas pedirle a su majestad que te lleve con ellos, o quizás puedan salir solos como padre e hijo, sé que para ser el menor nunca has sido demandante de atención Geo, pero no hay nada de malo en que quieras que te dediquen tiempo de vez en cuando, ellos lo entenderán.

-Supongo que tiene razón- digo meditando, sin sonar muy convencido- Pero si se los pregunto ahora, dirán que aun soy muy chico.

-Pero tienes algo que te hace especial- me dice frotando mi cabello naranja y desordenado- Eres muy listo.

***

-Tienes una gran curiosidad y una facilidad de aprendizaje increíble- me dice Gowther mientras viajamos en un pequeño carruaje- Mi creador fue quien entrenó a tu madre cuando era una niña y es un honor que me eligieras para poder guiarte.

-Por favor tío Gowther, no es para tanto y agradezco que me recibieras durante estos años, gracias a ti he podido ver muchas cosas y entender mejor como funciona este mundo.

-Bueno ha sido muy enriquecedor viajar a tu lado también y ya que ahora es tu cumpleaños 16, me gustaría darte esto- saca una pequeña caja de entre el equipaje que carga, es liviano y creo que sé lo que hay en su interior.

-Muchas gracias- digo abriéndolo y observando el libro en su interior.

- Creo joven príncipe, que tu destino te llevara a grandes cosas- me dice orgulloso mientras comienzo a ver las ilustraciones.

***

Acomodo mis lentes mientras el vapor del inframundo los empaña un poco, el reino demoniaco suele ser lúgubre y solitario, pero no me siento agobiado, por el contrario he aprendido a disfrutar mucho de esta paz.