Born in Chaos

Egoísta

Narra Arthur

Recorro todo el castillo en su búsqueda hasta que finalmente la encuentro leyendo en la sala principal.

-Te ves muy pensativa- digo con algo de preocupación, me aterra qué otra vez quiera alejarse de mí en lugar de contarme sus problemas.

-¿En serio? A veces creo que eres tú el que está demasiado relajado sobre todo esto- me responde mientras acomoda unos libros.

-¿Relajado? Merlín me estoy muriendo de ansiedad, pero no te lo digo para no darte más problemas- pienso mientras froto mi cabello.

-Bueno es que tú estás bien, ¿no es así? Digo, las molestias que tienes son normales, si hubiera algún problema me lo dirías ¿verdad?

-Sí, descuida mi salud está bien, pero no me refería a eso, ¿no te preocupa lo que los demás pensaran?

-Meliodas me dijo que no importa lo que los demás piensen de mí, sino lo que yo piense sobre mí mismo- le respondo mientras me acerco un poco a ella, lo suficiente para poder tomar su mano- ¿Sabes algo? Pienso que para la gente de este reino talvez no sea una sorpresa, nos han visto juntos todos estos años y para los Pecados... pues tú los conoces mejor que yo, pero no creo que vayan a juzgarnos mal por esto.

-Sí, supongo, por eso debo aclarar las cosas con Escanor- dice dispuesta a salir de la sala y eso de pronto me molesta.

-Espera, ¿no habías hablado con él?

-Fui a buscarlo a su bar, pero se rehusó a abrirme la puerta, pero está vez lo haré atenderme.

-¿Fuiste a su bar?- reclamó finalmente.

-Sí, es importante hablar con él y que todo quede en paz.

-Sí, pero si no quiere hablar contigo puedes enviarle una carta pidiéndole disculpas por no haberle dicho, es más no hay mucho que aclarar en este caso; él ya asume nuestra relación y obviamente no lo está tomando de la mejor manera, no veo entonces por qué seguir yendo a buscarlo.

-Debo hablar personalmente con él y no te pongas en ese plan de novio celoso, no hoy por favor Arthur.

-No son celos- no al menos en su totalidad- Me molesta que te importe tanto arreglar las cosas con él, cuando a mí me ignoraste durante 47 días- 47 malditos días torturándome mentalmente pensando que había cometido el error más grande de mi vida- No me dabas oportunidad de decirte lo que sentía y ahora...

-Entiende que es diferente, sino habló con él, los demás pueden sospechar y...

-¿Y qué? ¿Y darse cuenta de lo que pasó entre nosotros? Dijiste que no te arrepentías, ¿Por qué ahora parece que te da pena que los demás lo sepan?

Merlín me esquiva la mirada, ella siempre me vivía diciendo lo especial que era y las grandes cosas que podría lograr, ¿por qué ahora parecía avergonzada de decirles a los demás que tenía una relación conmigo? ¿Temía acaso que se burlaran de ella? ¿Era eso? ¿Le daba pena estar con alguien como yo?

-No quiero que te veas con él- le digo finalmente en un arranque de enojo ante su silencio.

-¿Disculpa? ¿Me lo estás prohibiendo?

-Si- digo rotundamente- Nunca estuviste tan apurada por hablar conmigo, ni te importaba lo que yo sentía, él ya tuvo su oportunidad contigo y la rechazó, entonces deja que piense lo que le dé la gana y si insistes en ir, asumiré que te importa más ese tipo, que yo.

-¿Qué? ¿Tienes acaso 10 años, para usar ese truco?- me dice también con molestia- Estoy aquí contigo de acuerdo, cometí errores con él y debo arreglarlos, a los demás también les debo una explicación y se las daré a su tiempo, tú apenas has vivido, sé que unos días te parecen una eternidad y hay cosas que todavía no entiendes- termina.

-¿Entonces si va a ir?

-Por supuesto, no eres mi esposo y aunque lo fueras no puedes prohibírmelo...

-Eres mi hechicera, como el rey de Camelot, te ordeno que no veas a Escanor- digo con la voz más ronca y seria que puedo lograr.

-Renuncio a mi puesto- me dice entonces Merlín y me reta con la mirada.

¿Qué debería decirle? ¿Si te vas no regreses? Obviamente quiero que regrese, no puedo amarrarla o encerrarla, mucho menos le pondría una mano encima por más molesto que esté, realmente está mujer me tiene completamente dominado, además no estoy pensando bien las cosas, estoy siendo un inmaduro y ella una niña caprichosa.

-Talvez deberías cambiar tu pecado Merlín- le digo finalmente- El Egoísmo te queda mucha mejor que la Gula.

Antes de que me responda salgo de la habitación, por los siguientes minutos que dura mi enfado, no me importa si se va o se queda.