Capítulo 27 - SONGS

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Narra Flavio

Todas las chicas se habían ido ya del café y solo quedamos Hugo, Gerard y yo. Luego que ellas se fueron quedé pensativo. Hacia tanto tiempo que no la veía a Samantha sonreír, que no la escuchaba reír, que no la escuchaba hablar, hacer esos gestos que tanto me gustaban y que solo eran propios de ella. Fue ahí cuando me di cuenta que la echaba demasiado de menos y que aún sentía algo por ella. Lo nuestro nunca terminó de la mejor manera, ella simplemente se fue y no supe de ella hasta hoy. Quisiera recuperarla pero por lo que vi, sería imposible. En uno de esos momentos en los que hablaba alcancé a ver un anillo en su dedo, no era un anillo cualquiera, era uno de  compromiso. Seguramente se había comprometido con el padre de su hija y eso me dejaría a mí sin esperanzas de recuperarla. 

Gerard: ¿Y tú que tal Flavio? – me preguntó sacándome de mis pensamientos

Yo: ¿De qué hablas?

Hugo: ¿Qué tal te sentó la noticia de que Sam tiene una hija?

G: si a nosotros nos sorprendió, no me imagino que sentiste tú

Yo: yo es que… es extraño ¿saben? Yo en todo este tiempo no pude olvidarme de ella, no podía conectar con ninguna chica porque ninguna era ella y saber que estando allá comenzó una relación con alguien y tuvo una hija es como… no se… ¿tan rápido se olvido de mi? ¿De verdad me quiso? – les respondí mirándome las manos

H: ya… es que es difícil Fla, ¿y no tienes pensado recuperarla?

Yo: ¿recuperarla Hugo? Si ni siquiera quiere verme

G: pero ustedes necesitan hablar Flavio y arreglar las cosas

Yo: lo sé, pero no es solo eso. Yo si quiero recuperarla porque viéndola hoy me di cuenta que aun la quiero, quiero estar con ella y vivir todo lo que no se nos dio hace tiempo

H: ¿y por qué no lo intentas?
Yo: porque… está comprometida

G: ¿y eso por qué lo dices?

Yo: tenía un anillo de compromiso puesto

H: ¿y tan seguro estas de que es de compromiso? Quizás y te equivocas. Eva no me contó nada de que Sam estuviera en pareja ni nada por el estilo

G: es verdad Fla, que ella tenga una hija no quiere decir que este con el papá

Yo: no lo sé chicos. Pero creo que mi oportunidad con ella ya pasó. Además por más que la quiera aún me duele que no me haya buscado antes de irse, que se fuera sin decirme nada. Es como que nada me garantiza que esta vez sí se quedará. Que no huirá.

G: ya, te entiendo Fla. Pero puedes esperar y ver como avanza todo. Yo creo que al menos amigos pueden ser

H: es verdad, si su relación no funcionó podrían ser amigos, en su momento lo fueron

Yo: en eso tienen razón. Debo pensarlo bien

G: oye Fla, me olvidé de decirte. Me gustaría que cantes algo en la fiesta. ¿Te gustaría?

Yo: claro que si, sería un placer

G: que bien. También se lo pedí a Sam Ella cantara alguna de sus canciones

H: que bien, hace tanto que la escuché cantar. Que ganas.

No sabía que necesitaba tanto esta conversación con ellos, era la primera vez que hablaba de Samantha desde que se fue, nunca antes había querido tocar el tema porque pensé que lo había superado. Me hicieron dar cuenta que ese anillo no necesariamente debía ser de compromiso pero no quería ilusionarme tampoco. Algo debía hacer, no quería quedarme con los brazos cruzados así que, ya que Gerard me había pedido cantar en su fiesta aprovecharía para cantarle a ella.

Narra Samantha

Hoy seria la fiesta en casa de Gerard y estaba viendo que usaría para la ocasión. Anaju me había propuesto ir de compras pero me negué porque tenía demasiados vestidos que me había comprado a lo largo de los años y algunos ni siquiera los había estrenado, seguramente encontraría alguno para la ocasión. Con el paso del tiempo deje de apenarme por usar vestidos escotados o con transparencias. Me quedaban bien y me sentía bien al usarlos así que la mayoría de ellos tenía algo de eso, eran… dentro de lo que cabe, sexis y me gustaba la idea de usar uno así. Quería terminar de demostrar hoy que soy una Samantha nueva, más segura de mi misma y fuerte. Me terminé inclinando por el que más me gustaba y aún no había tenido ocasión de usarlo. Era un vestido rojo fuego, hasta casi las rodillas y bien al cuerpo. Era de tirillas y tenía un escote bastante profundo con una transparencia para que no llegara a ser vulgar. Era elegante y demasiado sexy. Me fascinaba. Complete mi look con unas ondas suaves para llevarlas sueltas, el maquillaje fue bastante discreto acompañado de un sutil eyeliner y mis labios rojos, por supuesto.

Salí de mi habitación para que Debbie y Anaju me dieran su opinión

- Madre mía, ¿eres tú hermana? – me dijo bastante asombrada
- Mami, estas súper preciosa. Pareces una reina.
- Ay muchas gracias cariño. Y sí, soy yo Anaju. ¿Qué te crees tú? – le dije riéndome – tú tampoco  te quedas atrás por cierto. Estas guapísima – ella había optado por un vestido blanco con transparencias en la parte superior, y la parte inferior era con una sutiles volados que le llagaba hasta las rodillas. Ambas optamos por unos zapatos de tacón, no muy altos, que no sabíamos si lo soportaríamos pero la ocasión lo ameritaba
- Estamos hechas unas diosas hermana. ¿a que si sobrina?
- Siiiii. Yo también quiero vestirme así- nos dijo haciendo puchero
- Otro día te llevamos de paseo e irás vestida como toda una princesa, ¿te parece?
- Siiiii – respondió dando saltitos de emoción.



Llegamos a la fiesta y ya estaban todos. Habíamos sido demasiado puntuales y Gerard lo agradeció. Apenas terminamos de saludar el se dirigió al pequeño escenario improvisado que había armado en el patio de su casa y tras decir su pequeño discurso le pregunto a su novia si aceptaba casarse con él. Ella subió corriendo y le dijo que sí, todos estallamos en aplausos y gritos de emoción. Bajaron y  todos comenzaron a felicitarlos. Lo que el había organizado era sencillo pero le había dado un toque especial a cada detalle que hizo que todo fuera perfecto. Cuando llegaron a nosotras me pidió que subiera al escenario y cantara, si estaba lista para hacerlo. Yo asentí y subí.

Lo cierto es que fui segura al escenario pero estando ahí arriba lo vi, vi a Flavio hablando con Gerard y me puse nerviosa. La canción que había elegido para cantar era una de las primeras que escribí cuando me fui y la había hecho pensando en el. No era literalmente lo que había sucedido entre nosotros pero solo pensaba en el cada vez que la cantaba. Me arrepentí de haberla elegido pero me gustaba mucho como sonaba mi voz en ella y el no tenia porque sospechar que sería dirigida a él así que borré todo mis pensamientos y me dispuse a cantar.

Cuantas veces lo pensé y no supe decirlo
Cuantas veces el café que se nos terminó
Cuantas noches desde ayer en las que no he dormido
En las que no te he escrito que no te marches hoy.

Todos me escuchaban atentos y mis amigos me miraban con expresiones de admiración en sus rostros. No lo había pensado pero esta era la primera vez que cantaba frente a ellos una de mis canciones y les estaba gustando y, lo más importante, estaba feliz de estarlo haciendo. Seguí cantando y no pude evitar ver como Flavio me observaba y escuchaba atentamente.

Yo te quiero tanto, tanto, tanto
Tanto, tato, tanto que hoy voy a romper en dos mi corazón
Voy a romperlo tanto, tanto, tanto
Tanto, tanto, tanto que yo ya no puedo ni sentir dolor
Tómalo, tuyo es, mío no.

Sin darme cuenta, una parte de la canción se la canté mirándolo a él a los ojos

Dime la verdad, dime de una vez
No solo yo te quiero, me quieres tú también
Dime la verdad, que yo esperaré
Esperaré a que quieras, quererme otra vez.

Terminé de cantar y seguía mirándolo y él a mí. Pude notar que en su rostro no había odio, había tristeza y no entendía por qué. Mucho menos entendía por qué se la había cantado la canción a él, esa parte justamente. Creo que cometí un error. Todos me aplaudieron y bajé del escenario. Por lo que me dijo Eva cuando me acerqué, en un rato le tocaría cantar a Flavio. Después de tantos años lo escucharía cantar, escucharía su voz con la que tantas noches había soñado y que tantas sensaciones despertaba en mí. Madre mía, la que me esperaba. Estuvimos conversando con Mai y con Eva un buen rato y de vez en cuando no podía evitar mirarlo, estaba demasiado guapo y había algo en el que me llamaba la atención. Pero no sabía que era, lo  notaba diferente. Quizás fueran los años, no estoy segura pero aprovechaba cada momento que podía para mirarlo. Podría odiarlo pero no soy ciega, el siempre había sido guapo y esta noche no era la excepción.

Subió al escenario y, tras saludar, dijo que cantaría una canción que había compuesto él hace uno días. Me sorprendió saber que el componía porque eso no lo sabía. Miré a Mai y ella parece que entendió mi confusión y me contó, de manera resumida, que estuvo trabajando como compositor para varias obras musicales aunque nunca habían escuchado una composición suya que no fuera para uno de esos shows.

Puso una pista que él mismo había grabado con el piano, según sus propias palabras, y comenzó a cantar

Sin querer te he vuelto a ver, caminabas sin mirar
No parabas de reír, nada parecía igual
No pretendo molestar, solo quiero saludar
Saber cómo te ha ido, si me has podido olvidar
Si ya no quedan restos, de mis manos en tu piel
Si confundes mis besos con los de él
Si al cobijo de sus brazos, el tiempo se te olvida
Si se queda por las noches mirándote dormida
Y puede que él, si sepa valorar
Los consejos que yo no supe escuchar
Tal vez yo recuerde sin llorar, que ahora ya no estás

Mientras pronunciaba cada palabra me miraba a mí, me estaba cantando esa canción exclusivamente a mí, como si no existiera nadie más que solo nosotros. Yo no podía dejar de sostener su mirada, quería descifrar que era lo que quería decirme con esa canción.

Incapaz de comprender no había nada que dudar
Fuimos piedras de un camino, imposible de evitar
No te puedo reclamar lo que no te supe dar
Y aunque hoy me duela soñar, necesito preguntar

Cada palabra que pronunciaba estaba llena de dolor, era una canción muy triste y había tanta verdad en ella y el la estaba cantando con tanto sentimiento que a más de uno se le caían las lagrimas.

Si ya no quedan restos, de mis manos en tu piel
Si confundes mis besos con los de él
Si al cobijo de sus brazos, el tiempo se te olvida
Si se queda por las noches mirándote dormida
Y puede que él si sepa valorar
Los consejos que yo no supe escuchar
Tal vez yo recuerde sin llorar, que ahora ya no estás
Que ahora ya no estás

Terminó de cantar y yo me fui hacia adentro, no podía seguir allí. Conforme avanzaba la canción sentía algo dentro de mí que no podía explicar. No sabía que era, de lo que si estaba segura era que por la letra, Flavio creía que yo había tenido o tengo una historia con alguien y él quería que supiera todo lo que sentía con ello. Pero él quien se creía para cantarme una canción a mí, después de tanto tiempo y de lo que hizo, con qué cara. Con el enojo que tenia encima no lo vi a Gerard y casi me lo llevo puesto, le dije que necesitaba estar sola y me llevó a una de las habitaciones de invitados.

Empecé a dar vueltas por la habitación intentando entender por qué había hecho eso hasta que oí la puerta abrirse

- Gerard, estoy bien pero quiero estar sola – le dije sin mirar quien había entrado y al darme vuelta lo vi - ¿Flavio? ¿tú qué demonios haces aquí?

...
Bueno bueno bueno.
Los dejo con la intriga de lo que pasó ahí hasta el miércoles. Que se imaginan que pasará?
Este capítulo lo pensé mientras escuchaba la canción de Bruno (Los Restos), es una cancion tan bonita y con una letra tan especial que quise incluirla y la de Tanto de Sam me venía como anillo al dedo para que ambos se expresaran con canciones.
Espero que les hayan gustado los caps y el miercoles sabrán que pasó con este encuentro de ambos.
Muchísimas gracias por leer! Las quiero!!
Un beso❤

¿El sueño o la realidad? (Flamantha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora