Capítulo 28 - CONFUSION

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- No sabía que estabas aquí Samantha, no eres el centro del mundo para tu información

- Le dije a Gerard que quería estar sola y justo vienes tu

- Yo también quería estar solo pero Gerard me dijo que estaba desocupado el cuarto y me hizo entrar. Si sabía que estabas tú me ahorraba el mal trago y no entraba

- Maldito Gerard – dije bastante ofuscada y me acerqué a la puerta para salir de ahí, no quería compartir el mismo lugar con el por mucho más tiempo. Gran sorpresa me llevé cuando me di cuenta que la puerta estaba trabada, nos había encerrado aquí – la puerta no abre Flavio, nos encerró

- ¿Qué? Pero a este chico que le pasa, ya verá cuando lo vea, y mi móvil lo tiene él

- El mío lo tiene Anaju, maldición. Ahora tendré que estar aquí contigo hasta que se digne de abrir – le dije apoyando mi espalda en la puerta

- No creo que te mueras estando aquí conmigo Samantha

- Pero quisiera ahorrarme la molestia de tener que verte Flavio

- Hace rato no lo parecía

- ¿De qué hablas?

- No me quitaste los ojos de encima en toda la fiesta – me dijo con un tono que nunca antes había escuchado en el mientras se acercaba mas a mi

- Ay Flavio, por favor. ¿Cómo vas a creer que yo te miraba a ti? Yo solo observaba, si tú te cruzaste en la dirección a la que yo miraba no es mi culpa

- Ja ja, no me sorprende que no te quieras hacer cargo de tus actos Samantha

- Pero ¿y tú de qué vas?

- Eso, siempre prefieres huir antes de asumir lo que haces

- Tú no tienes ningún derecho a decir eso de mi porque tu tampoco eres perfecto Flavio

- Ah claro ahora yo tengo la culpa

- Por cierto, dices que yo te miraba pero tú no te quedaste atrás

- Lo sé, pero yo si voy a admitir que te miraba a ti Samantha porque por más que nos llevemos como perros y gatos me sigues pareciendo igual de guapa que antes, aunque creo que ahora lo estas aun mas – me respondió así, como si nada, mirándome a los ojos y pude notar sinceridad en sus palabras lo que me hizo enfurecer aún más

- Flavio pero tu quien te crees que eres para venir a decirme esto después de tantos años y encima haber cantado esa canción mirándome a mi – le dije prácticamente gritando y teniéndolo a él a centímetros de mi

- Samantha…

- No Flavio es que yo no entiendo que es lo que quie… - no terminé lo que quería decir porque acortó la distancia que nos separaba y me besó mientras con una de sus manos sostenía mi rostro y la otra la apoyaba en la puerta para que no me alejara. Al principio me resistí pero por alguna extraña razón me dejé llevar y le correspondí el beso. Fue un beso dulce pero intenso, uno de esos besos en los que quieres expresar todo lo que sientes porque con palabras no puedes, uno de esos besos cargados de tantos sentimientos que te llegan al corazón, sabía que solo él podía hacerme sentir todo eso, aun a pesar de todo. Nos separamos por la falta de aire y nos miramos fijamente a los ojos pero no le dije nada, simplemente lo miré. Justo Gerard había venido a abrir la puerta y Salí de allí sin darle oportunidad que me dijera algo. Huí como era costumbre.

Aun no me quería ir porque Gerard cantaría con Valeria y quería ser parte de ese momento tan especial e intimo que él quería compartir con nosotros.
Me dirigí a las chicas que me miraban con confusión por lo mucho que había tardado pero les dije que estaba todo bien. Los chicos se unieron a nosotras, incluido Flavio que tenía una expresión extraña en su rostro. No sabía si era tristeza o enfado o si simplemente estaba tan confundido como yo.

¿El sueño o la realidad? (Flamantha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora