Capítulo 19 - EVERYTHING IS LOST

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En la vida se pierde más por miedo que por intentar. Eso me estaba sucediendo a mí. Estaba perdiendo a las personas que mejor me habían tratado en la vida por miedo a que, al decirles la verdad, todo cambie. Los iba a perder por no haber intentado contarles todo. Los iba a perder por haber pensado demasiado.

Y ahora, estaba aterrada, tenía que citarlos a casa para contarles todo. Si decidían seguir molestos los comprendería, como para no, pero al menos debía dejar en claro que Anaju quiso todo el tiempo que contara la verdad. No podía irme a Inglaterra sabiendo que ella había perdido a sus amigos por mi culpa. Eso sí que no me lo perdonaría.

Me armé de valor y les escribí, uno por uno les mande un texto diciéndoles que si estaban dispuestos a escuchar mi verdad que se llegaran esa tarde a casa. Todos me respondieron diciendo que irían. Menos uno… Flavio. No lo culpo, sé que él no me perdonará por haberle ocultado la verdad. Tuve más de una oportunidad para hacerlo pero la cobardía me ganó, ahora debía atenerme a las consecuencias.

Estaba asustada por hacerle frente al grupo pero sabía que no me derrumbaría. Había llorado tanto que no podría hacerlo más. Además, si seguía llorando mi madre se preocuparía y mañana debía irme a Inglaterra y no podía irme si ella estaba preocupada. Si, mañana ya regresaría a Inglaterra. La discográfica me obligo a hacerlo para solucionar todo este problema y ya debía comenzar a trabajar en nuevos proyectos. Por esto es que necesitaba hablar con ellos hoy mismo.

Escuché sonar el timbre, Anaju bajó y yo respiré hondo antes de abrir la puerta. Les di la bienvenida y los invité a pasar. Estaban casi todos

-Gerard – le dije – Flavio no vendrá, ¿Verdad?
-Pasé por su casa y me dijo que no, lo lamento. Traté de convencerlo pero no pude – me respondió apenado
-No te preocupes, lo merezco – les pedí que se sentaran y comencé a hablar - Chicos primero que nada quiero agradecerles que hayan venido, pensé que no lo harían y lo hubiera considerado justo. No fui honesta con ustedes y si están molestos y decepcionados conmigo lo entiendo perfectamente- continuaría hablando pero Maialen me interrumpió
-Mira Sam Nos sorprendió mucho todo lo que sucedió ayer. Antes de venir estuvimos hablando entre nosotros y decidimos darte la oportunidad de explicarnos lo que realmente sucedió y por qué no nos lo quisiste contar. Te conocemos y estamos seguros que si lo ocultaste es por algo, no simplemente porque lo hayas querido. 
-Antes de explicarles las cosas quiero decirles que si Anaju no les contó fue porque yo se lo rogué. Ella me aconsejó que lo hiciera hace ya un tiempo pero no era capaz. Además ella no estaba enterada ni de la mitad de cosas que realmente sucedieron – todos asintieron y me dijeron que no me preocupara que con ella estaba todo bien – quiero que sepan que lo que dijo Candela de que huí porque no soportaba que me tildaran de infiel, no es cierto. Si es cierto que huí pero no por esa razón.
-Sam, tú no te preocupes que nosotros decidimos dejar de lado lo de Candela, no te juzgaremos ni nada. Venimos a escuchar lo que tú tienes que decir y tranquila que nosotros te seguimos queriendo. Nunca dejaras de ser nuestra amiga por nada. Todos cometemos errores, quizás algunos son más graves que otros, pero cuando detrás hay una razón que merezca la pena, entonces también merece la pena escuchar esas razones – me dijo Eva dándome fuerzas para seguir hablando
-Muchas gracias Eva – tras agradecerle empecé a contarles todo. Desde que me fui a Inglaterra hasta que vine para aquí. Respiré profundo antes de contarles la parte más difícil.

Al hablar, lo hice mirándolos a los ojos porque quería ver sus reacciones. Las caras de Hugo y Gerard eran de bronca, ellos me querían como una hermana y pude ver la impotencia en sus rostros y estaba segura que si ellos hubieran estado conmigo allá o que si se lo cruzaran a John por la calle lo harían pagar por lo que me hizo. Por su parte, Mai y Eva se tapaban la mitad de su rostro con las manos y tenían los ojos llenos de lágrimas. Maialen daba vueltas alrededor de nuestro sofá y Eva simplemente estaba quieta. Mi hermana seguía al lado mío, con su mano sobre mi rodilla para darme fuerzas. Terminé de contarles todo y estuvimos en silencio un momento hasta que las chicas vinieron a abrazarme y los chicos por detrás. Fue un abrazo largo y necesario, con ese gesto tan simple pero tan significativo sabia que me había equivocado al pensar que se molestarían, sabía que si les hubiera contado antes iban a ayudarme a curar las heridas. Las chicas lloraban, pero yo no y les agradecí el abrazo

¿El sueño o la realidad? (Flamantha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora